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LISTA DE ENFERMEDADES

riverdani8 de Octubre de 2012

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Acné.

El acné es una afección de la piel, fre­cuente sobre todo en la adolescencia; es difícil de tratar, lo que suele provocar desánimo en los que la padecen.

Signos clínicos: un conjunto de puntos ne­gros, de granos de cabeza blanca y de man­chas rojas o violáceas cuyo tamaño es varia­ble, desde la cabeza de un alfiler hasta un guisante. Estas lesiones dan lugar seguida­mente a pústulas, cicatrices y agujeritos; se da más frecuentemente en individuos de piel grasa. Se localiza preferentemente en rostro, nuca, pecho y espalda.

Médico a consultar: dermatólogo.

Tratamiento: se basa en el lavado de las par­tes afectadas con jabón o un detergente es­pecial unas tres veces al día y en un secado muy profundo. La exposición al sol es buena para hacer desaparecer el acné. A veces se uti­lizan antibióticos. Hay que seguir un régimen que prohíba ciertos alimentos favorecedores del acné, como el chocolate. Abstenerse tam­bién de llevar prendas de piel o de lana en con­tacto directo con la piel.

Adelgazamiento.

El adelgazamiento anor­mal suele revelar numerosas afecciones mé­dicas y puede producir complicaciones graves.

Signos clínicos: se habla de adelgazamiento mínimo si existe una pérdida de peso del 10 % del peso normal; de adelgazamiento moderado, entre el 10 y el 20%; de adelgazamiento severo, de más del 20%. Se habla de caquexia si la pér­dida de peso es de más del 30 %; si sobrepasa el 40 %, llega a ser mortal. Los cabellos están secos y quebradizos; las uñas estriadas y que­bradizas; la piel es fina con arrugas, y se cons­tata una sudoración importante; la presión arterial es baja; las ganas de orinar son fre­cuentes, sobre todo por la noche.

Médico a consultar: médico de cabecera.

Tratamiento: se basa en el tratamiento de la elección responsable del adelgazamiento, y se acompaña de un régimen rico en calo­rías.

Adenoma de próstata.

El adenoma de prós­tata es un tumor benigno, muy frecuente en el hombre de más de 5O años.

Signos clínicos: el adenoma no suele presen­tar síntomas, se descubre por un tacto rectal fortuito; perturbaciones de la micción (se orina muy a menudo y muy poca cantidad, sobre todo por la noche); a veces se encuentra sangre en la orina. El adenoma en un estadio avanzado puede producir retención de orina. Médico a consultar: urólogo.

Tratamiento: en un primer estadio consiste en seguir unas normas higienicodietéticas (evitar comidas abundantes, alcohol, especias; largos trayectos en coche) y en los descon­gestivos prostáticos. Si esto no funciona, se ha de recurrir a la cirugía: se extirpa la próstata (lo que tiene como consecuencia, casi siste­máticamente, una eyaculación retardada).

Agudeza visual (pérdida de visión).

Toda pérdida rápida de visión es grave. La rapidez es un fac­tor de mal pronóstico.

Signos clínicos: visión borrosa, muy difícil; ceguera completa; dolor ocular con enrojeci­miento del ojo; sensación de ver «moscas vo­lando» o «rayos luminosos».

Médico a consultar con extrema urgencia: oftalmólogo.

Tratamiento: la hospitalización es práctica­mente siempre necesaria para definir la afec­ción causante y el tratamiento adecuado. La rapidez terapéutica es el factor de pronóstico más importante.

Amigdalitis.

La amigdalitis, o anginas, es una infección bacteriana o vírica que ataca principalmente a las amígdalas palatinas.

Signos clínicos: garganta de color rojo vivo; las amígdalas están recubiertas de una capa blanca y cremosa; fiebre acompañada de dolor de garganta y de dolor en el momento de la deglución; a veces aparece erupción cutánea.

Médico a consultar: médico e cabecera.

Tratamiento: se basa en el reposo y la toma de antibióticos durante una semana, más o menos.

Anemia.

La anemia es una bajada de la tasa de hemoglobina y glóbulos rojos en la sangre. Los órganos del cuerpo humano se encuen­tran en este caso peor oxigenados.

Signos clínicos: palidez de la piel, con mora­dos dispersos; dificultad respiratoria acompa­ñada de sudores, vértigos, zumbido de oídos y dolor de cabeza. Puede ser debida a una he­morragia aguda o crónica, a una inflamación, a una carencia de hierro, a un déficit de enzi­mas o ser hereditaria (esta lista no es exhaus­tiva) .

Médico a consultar: hematólogo.

Tratamiento: se basa en el tratamiento de la afección que provoca la anemia. Sí es mal to­lerada, se puede recurrir a las perfusiones.

Angina de pecho.

La angina de pecho es consecuencia de un aporte insuficiente de oxí­geno al corazón. Se la considera la etapa pre­cedente al infarto de miocardio. Se produce al taponarse las arterias que transportan el oxí­geno al corazón.

Signos clínicos: dolor muy agudo constrictivo en «tenaza» a nivel del tórax, que irradia hacia los brazos hasta las muñecas, hacia el cuello y la mandíbula. El dolor sobreviene normal mente en el curso de un esfuerzo y no en re­poso; se calma en pocos segundos tras la toma de algún medicamento que contenga nitrogli­cerina.

Médico a consultar de urgencia: cardiólogo.

Tratamiento: se basa en la hospitalización con reposo, vigilancia cardiológica y adminis­tración de nitroglicerina y oxígeno. Si las crisis de angina de pecho sobrevienen frecuente­mente, se puede recurrir a una intervención quirúrgica de by-pass.

Apendicitis.

La apendicitis es la inflamación aguda del apéndice (pequeño divertículo del intestino). Es la urgencia más frecuente en ci­rugía digestiva.

Signos clínicos: dolor de aparición súbita o progresiva en el costado derecho, a nivel del «bajo vientre, que a veces irradia a todo el ab­domen; fiebre moderada de 38 °C, estreñi­miento o diarrea; náuseas o vómitos; lengua «cargada con aliento fuerte; el abdomen es duro a la palpación.

Médico a consultar de urgencia: cirujano di­gestivo.

Tratamiento: se basa en la intervención qui­rúrgica de extirpación del apéndice enfermo. No se debe esperar ante una apendicitis, ya que puede llegar a producir una peritonitis, que es una afección mortal.

Arteritis de las extremidades inferiores.

La arteritis de las extremidades inferiores agrupa las lesiones de la pared arterial cuyo re­sultado es la obliteración total de la arteria.

Signos clínicos: según la gravedad clínica se definen 4 estadios. Estadio 1: no hay dolores, pero sí desaparición de uno o varios pulsos (que indican la obliteración de una o varias ar­terias). Estadio 2: al cabo de un cierto esfuerzo durante la marcha, el paciente siente un vivo dolor que le obliga a detenerse; el dolor de­saparece en reposo. Estadio 3: el paciente siente dolor cuando está estirado, no puede dormir más que con las piernas colgando. Estadio 4; es el estadio más grave; hay a teraciones tróficas (piel en mal estado) y puede llegar a provocar una gangrena.

Médico a consultar: cardiólogo o flebólogo.

Tratamiento: se basa en anticoagulantes y va­sodilatadores y, sobre todo, en la higiene de vida. La supresión del tabaco es primordial. Si el tratamiento médico se muestra ineficaz, se impone la cirugía. En caso de que la enfer­medad se halle en un estado muy avanzado, la única solución es la amputación del miem­bro inferior.

Artritis.

Las artritis son debidas a una infla­mación de la membrana sinovial que recubre una articulación móvil.

Signos clínicos: dolor inflamatorio caracterís­tico por su inicio rápidamente progresivo. El dolor es pulsátil, generalmente nocturno, des­pierta al paciente durante la segunda parte de la noche y alcanza la intensidad máxima por la mañana, difuminándose después de un pe­ríodo de «desbloqueo>. La articulación está rí­gida, impidiendo el movimiento; aparece en­rojecida, caliente y dolorosa a la palpación.

Médico a consultar: reumatólogo.

Tratamiento: es diferente, según la causa de la artritis, pero siempre comprende la inmo­vilización de la articulación. Si no se trata la artritis rápidamente, puede degenerar en la destrucción de la articulación.

Artrosis.

La artrosis se debe a alteraciones del cartílago articular.

Signos clínicos: dolor mecánico a nivel de la articulación, poco irradiado, normalmente sordo y permanente, agravado por la utiliza­ción excesiva de la articulación, que se calma durante el reposo. Suele sobrevenir al poner en movimiento la articulación después de una Inmovilización prolongada; son frecuentes los crujidos, generalmente poco dolorosos. La ri­gidez articular aparece tardíamente, durante el curso de la evolución.

Médico a consultar: reumatólogo o médico de cabecera.

Tratamiento: no existe ningún tratamiento médico que haga desaparecer por completo el dolor. En casos determinados suele recurrirse a la cirugía.

Asma.

El asma está caracterizada por una exa­geración

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