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LOS RETOS DEL TERCER SECTOR

carcubov31 de Agosto de 2014

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Tema 2: LOS RETOS DEL TERCER SECTOR

2.1. El contexto: la crisis económica y de empleo

La actual crisis económica se ha presentado con el drama del paro. En España, la rápida e intensa destrucción de empleo en los últimos años ha propiciado que en el 3º trimestre de 2011 contemos con una tasa de paro del 21,5%. Con casi 5 millones de parados que se suman a la situación de pobreza de determinados sectores de España. La OCDE pronostica una recesión de larga duración para España y estima que la salida de la misma le supondrá un mayor tº que el resto de los países desarrollados.

Es difícil hacer predicciones de a qué velocidad saldremos de la crisis pero parece razonable pensar que España deberá por un lado, apostar por generar trabajo, teniendo en cuenta que debería hacerlo cambiando también el modelo económico.

La creación de empleo debería situarse en el centro de las estrategias económicas nacionales, acompañando a las políticas de medidas sociales para proteger a las personas que han resultado más perjudicadas en este periodo.

2.2. Los grandes perdedores de la crisis

Los grandes perdedores son las personas que ya se encontraban en situación de exclusión social y los llamados ‘nuevos pobres’, que son quienes se han quedado sin empleo y no cuentan con medios de vida para satisfacer sus necesidades vitales y las de su familia.

Familias monoparentales, jóvenes, personas con discapacidad, sobre todo aquellos con baja cualificación laboral, las familias numerosas y familias inmigrantes, sobre todo si no cuentan con la residencia legal. La cara más amarga de los datos del paro corresponde al nº de hogares donde no trabaja nadie.

El objetivo prioritario de las políticas sociales del Estado, deberían ser aquellos hogares en situación de pobreza extrema y los en situación de pobreza moderada pero en riesgo de exclusión social. Laparra y Ayala estiman que si se estableciera un sistema de ingresos mínimos en España, este país dejaría de pertenecer al reducido grupo de países de la UE que no cuentan con dispositivos homogéneos de rentas mínimas que cubren el riesgo de insuficiencia de ingresos de los sectores de población que han agotado el derecho a otras prestaciones. En efecto, si se quiere mantener un modelo de cohesión social siguiendo el modelo europeo se deberá revisar las políticas sociales para establecer las prestaciones básicas suficientes para proteger a la población de las situaciones de precariedad.

2.3. El impacto de la Crisis en el Tercer Sector

La crisis actual impacta en el TS evidenciando las siguientes peculiaridades:

1. Aumento de las necesidades sociales y colapso de los servicios sociales públicos. Según un informe de Caritas de 2011, sobre las demandas atendidas en 2010, producto de la crisis la entidad dobló el nº de personas atendidas por los Servicios de acogida y atención primaria. Caritas ha alertado sobre la falta de respuesta que están dando los servicios públicos a los efectos de la crisis, pues en efecto gran parte de las personas atendidas venían derivadas desde los servicios sociales. Este fenómeno responde a la escasez de recursos de la Admin. Pública, a la dureza de criterios vigentes para acceder a las prestaciones o la excesiva lentitud de respuesta a las solicitudes demandadas. La entidad denuncia que los servicios sociales no cubren de manera universal las situaciones de precariedad, demandando al Estado dotar de recursos económico a estos servicios, pues la responsabilidad es del Estado.

2. Reducción presupuestaria de las administraciones públicas y el retraso en los pagos. Que acarrea problemas financieros y de sostenibilidad.

3. Efectos perjudiciales en las empresas sociales. Como las empresas de inserción y centros especiales de empleo, que dependen de la actividad productiva.

4. La reducción de otros ingresos provenientes de las empresas y la ciudadanía. La crisis en las economías familiares y en las empresas se evidencian en la reducción del dinero que aportan a as iniciativas sociales.

2.4. Los retos del Tercer sector: la oportunidad ante la crisis

Para contrarrestar las dificultades actuales, el TS debe asumir retos con los que va a resultar fortalecido. Estos retos son:

a) Mejorar las relaciones con el poder político. Las organizaciones solidarias deben mantener una línea de máxima colaboración y cooperación con los poderes públicos y las Admin. Públicas, cualquiera que sea su orientación política, siempre al servicio de una estrategia social solidaria. No se debe caer en la trampa de pensar que se es más independiente porque se perciban menos recursos del sector público: al sector público hay que exigirle que establezca los marcos legislativos, los escenarios presupuestarios adecuados, mecanismos de gestión mixta, estándares de calidad y procedimientos de control de calidad. Hay que continuar en la línea de percibir recursos necesarios desde el Estado, pues el sector público debe apoyar al TS desde la racionalidad y responsabilidad social, y en un clima de confianza y cooperación.

b) Mejorar las relaciones con los mercados. La línea del sector solidario debe ser de cooperación con todo aquel operador que esté dispuesto a hacerlo y con el que exista un razonable grado de sintonía en la misión social. Muchas de las ENL son creadas y en cierto modo dependen de las empresas, y que incluso las mismas ENL crean entes empresariales como instrumentos operativos para desarrollar algunas de sus actividades de contenido económico.

c) Avanzar en la eficacia de captar fondos. Hay que diferenciar entre lo que es el fin de lucro de las entidades (intención de aplicar los beneficios para fines de interés particular) y el concepto de beneficio. El beneficio, que debe ser perseguido como un criterio del buen gestor social, es un resultante positivo de explotación, sin el cual no hay robustez financiera posible; permite el desarrollo normal y estable de las actividades y fines de las organizaciones sociales. Una organización solidaria por su propia naturaleza no será lucrativa en la medida en que todos los excedentes de explotación que consiga los reinvierta en fines de interés general y en cumplimiento de su misión social. Las organizaciones sociales pueden y deben utilizar herramientas empresariales para el cumplimiento de sus fines sociales, siempre que los mismos estén al servicio de la misión de la entidad. Es lógico que las organizaciones sociales utilicen como una de sus vías de financiación la percepción de precios o compensación de costes económicos de sus servicios, siempre que ello no sea un factor de discriminación en función de la capacidad de renta real.

d) Búsqueda de equilibrio entre el compromiso personal y la gestión profesionalizada. Nuestras organizaciones necesitan de un mayor esfuerzo de formación y profesionalidad de nuestros gestores y administradores, adoptando las técnicas del managment. Pero hay que tener especial cuidado, pues una excesiva profesionalización puede llevar a una pérdida del compromiso personal con la misión de la entidad y una despersonalización de los objetivos sociales. Asimismo, un enfoque basado en la aplicación excesiva de procedimientos y métodos, puede llevar a una burocratización elevada, con la consiguiente pérdida de frescura, capacidad de innovación y de atención cálida a las necesidades de las personas.

e) Superar la preocupación por la independencia. La no dependencia de los demás sectores es un factor sustancial de las organizaciones solidarias, pero es un concepto que hay que relativizar lo suficiente para que no se convierta en un dogma limitador. Siempre habrá un grado de dependencia de la Entidades públicas debido a los programas de cooperación y los recursos que de este sector se obtienen. Hay que entablar relaciones con los mercados de forma transparente y sin comprometer la misión social. Tampoco se debería depender de organizaciones de sesgo ideológico, político o religioso, pues cada entidad social debe ser fiel a sus propios valores, salvo que la identificación con los valores de la entidad de la que se depende sea total.

f) Avanzar en la diversificación de las fuentes y en la sostenibilidad financiera. Sin recursos suficientes nos es posible afrontar ningún tipo de política ni programa social. Debemos situar la tendencia hacia lo deseable, siendo conscientes de su dificultad, en una financiación mixta o combinada de diferentes fuentes.

1) Al sector publico hay que exigirle su parte: marcos legislativos adecuados, pero tb transferencias de recursos al sector solidario, fijación de un marco fiscal lo más favorable posible para las ENL, y el establecimiento de un sistema de incentivos a la participación privada en fines de interés general.

2) Sector privado: A las empresas debemos seguir pidiendo sus aportaciones a través de mecenazgo, la canalización de recursos derivados de su nueva estrategia de responsabilidad social y tb la articulación de sus mecanismos de colaboración gerencial y empresarial en proyectos de gestión mixta (privada/iniciativa social) destinados a la satisfacción de necesidades sociales. Transferencia de tecnología, de capacidad formativa y de capital humano de las empresas al 3ºS puede ser una contribución cualitativamente relevante. Respecto a las personas físicas, hay que buscar mecanismos que canalicen sus recursos y aportaciones a favor de las organizaciones solidarias, articulándose mecanismos de garantía en la aplicación de dichos recursos a través

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