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La Diversidad En Mexico


Enviado por   •  19 de Abril de 2015  •  2.935 Palabras (12 Páginas)  •  156 Visitas

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Historia económica

Trabajadores ofreciendo sus servicios junto a la Catedral Metropolitana en México D.F.

Durante la época colonial y el siglo XIX, México fue un país dedicado a laagricultura. La mayor parte de sus ingresos por ventas extranjeras provenían de la explotación minera, especialmente, de la plata. De este mineral, México ha ocupado el primer lugar mundial en producción desde hace más de dos siglos.

El proceso de industrialización de México durante la Colonia y el primer siglo de vida independiente fue sumamente lento. Entre los siglos XVI y XVIII, las leyes coloniales impedían el desarrollo de las manufacturas en la Nueva España como en el resto del Imperio Español. Éstas debían importarse de la metrópoli, que a su vez las adquiría mayormente de las naciones industrializadas del norte deEuropa. Todo el siglo XIX hubo intentos por dotar de una planta industrial al país. Los gobiernos intentaron atraer empresarios extranjeros, sin mucho éxito. Durante la década de 1830, Lucas Alamán estableció el Banco de Avío, destinado al fomento industrial. Sin embargo, todas estas tentativas rindieron escasos frutos.

A finales del siglo XIX, en el porfiriato, la industria textil era la más desarrollada. Se había establecido en el valle de Puebla, en la región de Orizaba y el valle de México. El gobierno de Porfirio Díaz dio grandes privilegios al capital extranjero con la intención de atraer inversión directa en la construcción de infraestructura de comunicaciones y transporte, y en el crecimiento de la planta industrial. Sin embargo, los beneficios eran para unos pocos extranjeros, mientras la mayoría de los mexicanos vivían en condiciones de miseria y explotación.

En ese período de más de treinta años, entre 1876 y 1910, la red ferroviaria creció asombrosamente: alcanzó los 20 000 km de vías. Por otro lado, se construyó la primera hidroeléctrica de la nación llamada Necaxa en Puebla y se dio inicio a la explotación de los yacimientos petrolíferos, que colocaron a México en el primer lugar mundial de exportación de petróleo en la década de 1910. Cabe mencionar que los ricos campos petrolíferos de Faja de Oro y Cerro Azul, localizados en el norte del estado de Veracruz, fueron brutalmente agotados por la Standard Oil Company, Royal Dutch Shell y sus subsidiarias mexicanas, con un magro beneficio para el erario mexicano.

Tras el triunfo de la Revolución, dio inicio en México un segundo período de expansión industrial, favorecido, entre otras cosas, por la nacionalización del petróleo y la Segunda Guerra Mundial. En las décadas que siguieron a la conclusión de ese conflicto internacional, la economía mexicana tenía un carácter mixto, es decir, la inversión provenía tanto de la iniciativa privada como del Estado. Los sectores estratégicos fueron convertidos en industrias paraestatales, tal fue el caso de la explotación minera, la siderurgia, la producción de electricidad, la infraestructura carretera. Con la intención de favorecer la transferencia tecnológica, el gobierno permitió que muchas firmas internacionales establecieran filiales en el país, aunque siempre asociadas al capital nacional. La agricultura, por otro lado, era fuertemente subsidiada por el Estado, que se convirtió en el principal intermediario de los productos agropecuarios. Durante el período comprendido entre 1940 y 1970, la economía de México creció a un ritmo de 6,27 % anual, en lo que se dio en llamar el Milagro mexicano.

Sin embargo, el proteccionismo y el cierre del mercado mexicano; así como fiebre de endeudamiento de la década de 1970 que concluyó con la crisis de la deuda de los años ochenta, dieron fin al período de crecimiento de la economía mexicana. En 1983, el país estaba en la bancarrota, y era incapaz de pagar sus deudas internacionales. Algo similar estaba ocurriendo en el resto de América Latina. Para salir del trance, el gobierno cambió sus políticas y dio inicio el período que en México se conoce como de los tecnócratas, que continúa hasta el año 2006. Este período ha estado marcado por la austeridad en el gasto social, el impulso que se ha dado a la privatización de las grandes empresas paraestatales (de las que a la fecha solo se conservan dos: Pemex y la Comisión Federal de Electricidad), y un crecimiento económico dependiente de las exportaciones de manufacturas (básicamente, hacia Estados Unidos).

La era tecnócrata no ha estado exenta de sobresaltos. Tras el relevo presidencial de 1994, México se vio sumergido en una nueva crisis, derivada de lo que el ex-presidente Salinas de Gortarillamó «el error de diciembre». La economía no se recuperó sino hasta tres años después. A partir de ahí, el crecimiento ha promediado 4,85 % anual, y el incremento medio en el sexenio de Vicente Fox, que concluyó el 30 de noviembre de 2006. La economía mexicana en 2006 creció por encima del 4,5 %, la cifra más alta en los seis años de mandato del expresidente Vicente Fox, logrado gracias a la estabilidad económica, los altos precios del petróleo y el dinamismo de las exportaciones y de la demanda interna.

Los resultados macroeconómicos se fortalecieron, con bajas tasas de interés y de inflación, que se situó entre el 3,5 y 4 % de promedio. Un factor favorable para México fue la denominada bonanza petrolera, por los altos precios del crudo, que llegaron hasta los 70 dólares por barril durante ese período.

No obstante, diversos analistas censuran que el Gobierno haya desaprovechado los ingresos extraordinarios por venta de petróleo y que éstos se usaran solo para equilibrar el gasto público, en detrimento de la inversión. La empresa estatalPemex prevé para este año ingresos totales por unos 100 000 millones de dólares, por sus ventas en los mercados interior y exterior, lo que beneficiará al fisco en unos 70 000 millones de dólares.

Asimismo, la entrada de remesas provenientes de los mexicanos en el exterior en 2006 superó los 20 000 millones de dólares, cifra superior a la del año pasado y que supera la inversión extranjera directa y a los ingresos por turismo.

Los analistas calculan que el crecimiento del PIB alcanzará en 2008 el 4,54 %, dato que supera los incrementos alcanzados durante todo el presente año.

La creación de empleos también registró en 2006 resultados positivos, con cerca de 0,9 millones de puestos de trabajo nuevos, cifra que aunque no cubre la demanda actual, es superior a la de los años anteriores, cuando apenas se creaban 0,5 millones de puestos de trabajo.

De las 44,4 millones de personas que integran la Población Económicamente Activa, unos 18 millones tienen un empleo precario o trabajan en la economía sumergida. La cifra de desempleados se sitúa en

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