La Educación

La Prevención y Atención Integral Temprana

La distribución espacial de la población presenta un gran equilibrio, concentrándose mayormente en las grandes ciudades como consecuencia del éxodo proveniente del campo hacia los centros urbanos, sin la correspondiente adecuación de los servicios de manera tal que puedan responder a sus necesidades. Esta situación ha generado una población conformada en su mayoría por grupos de escasos recursos, con grandes deficiencias en los servicios básicos, sanitario, asistenciales, educativos y habitacionales entre otros.

La severa crisis económica por la que actualmente atraviesa el país, está provocando un ambiente de alto riesgo con efectos negativos sobre el desarrollo de los niños, la pobreza, los servicios inadecuados y las presiones que amenazan la supervivencia diariamente contribuyen a una aguda mal nutrición de los niños cuando ellos son más vulnerables.

En primer lugar, se debe destacar que en Venezuela muchos de los problemas presentados por los niños en su desarrollo son prevenibles. Otra repercusión de la crisis social se refleja en la débil coordinación de los programas dirigidos a la protección de la salud para la población en general. Por parte del Estado en tal sentido, la red de atención primaria en salud es prácticamente inexistente, además de la carencia de información en materia de educación para la preservación de la salud.

El desarrollo de políticas de salud, sociales y educativas encaminadas a la atención integral temprana de la infancia desde la concepción hasta los seis (6) años de edad que permitan la coordinación y ejecución de programas intersectoriales basados en una comprensión de las necesidades reales del niño y la familia.

Dos aspectos básicos en la orientación del modelo de atención que se deben considerar lo que constituyen aquellos, de orden conceptual y aquellos de orden estratégicos, tomando en consideración las nuevas tendencias e investigación en el campo relacionados con la prevención e intervención temprana.

El plano conceptual constituye un aspecto clave para la reorientación del modelo de prevención y atención integral temprana la orientación del programa “intervención precoz” fue sustituido por el de “intervención temprana” ya que el primero pareciera ” acelerar procesos en el desarrollo de competencias”, dejando de lado los procesos madurativos, la intervención temprana detecta e interviene lo antes posible para reducir, aminorar, atenuar o compensar factores de riesgo que puedan afectar el sano desarrollo de los niños.

La prevención y atención integral temprana de los niños de alto riesgo de cero (0) a seis (6) años en una dimensión de mayor alcance en cuanto a sus posibilidades, desarrollo para que puedan ejercer su derecho a la educación. La atención integral temprana resulta fundamentalmente, ya que durante los primeros años de vida se establecen las bases fundamentales de la personalidad y de la inteligencia.

La atención integral suministra al niño en los primeros seis años de vida es determinante en la formación de un alto pleno y equilibrado, apto para incorporarse a la sociedad y con capacidad para participar en la transformación de su país, en consecuencia, lo planteado anteriormente constituye una plataforma en la conceptualización del modelo de prevención e intervención temprana de cero (0) a tres (3) años y atención educativa temprana de tres (3) a seis (6) años.

En los programas de intervención temprana se enfatizan los factores de riesgo, sin embargo, las investigaciones en el área destacan los factores protectores relacionados con la dinámica familiar. En tal sentido los programas preventivos deben considerar estos elementos para promover el sano desarrollo de los niños.

Caracterización de la Población Objeto de la Prevención y Atención Integral Temprana

Desde el punto de vista biológico, el desarrollo físico y la estructuración y funcionamiento del sistema nervioso son los determinantes fundamentales de la calidad del proceso de maduración, el cual a su vez está determinado por las condiciones sociales y la calidad de vida desde el punto de vista psicológico, la personalidad del individuo es el resultado de la interacción.

Desde el punto de vista social, cada individuo se constituirá en un ente mediador y producto del sistema relaciones en el cual él estará actuando es así como surge la orientación humanista y social de la educación. Este enfoque enfatiza la adquisición del conocimiento como construcción social. Es en este sentido que se percibe la prevención y atención temprana como un proceso integral verdadero.

Al niño como ser dinámico bio-psicosocial que interactúa con sus iguales y, en general con su entorno se le debe garantizar su formación integral desde el nacimiento en todos aquellos ámbitos encargados de propiciar su desarrollo. Se puede definir toda situación de desventaja, propia del niño o de su entorno en donde la interacción y coexistencia de un conjunto de factores biológicos, psicológicos y sociales, pueden generar en él mayor probabilidad de alteraciones en su desarrollo, adaptación e integración eficaz al medio donde se desenvuelve.

Riesgo Biológico: Un niño se encuentra en situación de riesgo biológico en el caso de que ocurran el él alteraciones orgánicas. Dentro de este grupo se encuentran algunas condiciones como el síndrome de down, los trastornos de tipo genético y metabólico, otros

Riesgo biológico establecido: Cuando el niño presenta problemas de tipo biológicos claramente identificados como: Las anomalías cromosomitas y los trastornos metabólicos entre otros.

Riesgo biológico inferido: Cuando existen condiciones prenatales, perinatales, neonatales y de la primera infancia que puedan producir una lesión en el sistema nervioso central (snc) en desarrollo, incrementando así la posibilidad de retardo o de alguna otra limitación que conduzca a la necesidad de educación especial.

Riesgo psicosocial: Se aplica al niño cuyo componente biológico se ubica dentro de límites normales, pero las experiencias tempranas de su vida.

El peso fundamental del programa recae sobre la incidencia de los factores sociales en detrimento del desarrollo infantil. El niño es vulnerable a los factores nocivos del ambiente desde el momento de la concepción, pues ya en la forma embrionaria mantiene una relación permanente con su entorno, la cual se prolongará hasta después del nacimiento y durante toda la vida.

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