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La Fiesta De Las Carretas


Enviado por   •  14 de Junio de 2013  •  648 Palabras (3 Páginas)  •  300 Visitas

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La fiesta de las carretas

Eran las dos de la mañana se encogía la vida a la proporción diminuta del hombre encerrado de nuevo como cada noche lo podían hacer, al lado de su cuerpo reposan sus miedos, sus angustias y lo que es peor sus obligaciones, así era la noche para algunos porque de los otros algunos no se sabe nada o muy poco.

Como de costumbres y herencias está construido el hombre, al final de la línea se hallaban en la calle las “fiestas de las carretas”, y si de fiestas esta hecho esta parte del mundo, pues esta era algo particular no se anunciaba y no se celebraba en fecha alguna, era una celebración como muchas de origen religioso con el ritual y la orgia de drogas en cada cerebro.

La noche llegaba las estrellas estaban grises en un firmamento gris, y los ojos del hombre se cerraban para descansar, pero allá afuera todo era goce, distracciones, disfraces, y alegría, después se pasaba al máximo de los placeres, si están imaginando la comunión con Dios, el sexo, la gula nunca estuvieron cerca se trata del pánico al pánico de que otros los están atormentando sin estar presentes, si así era el pánico el disfraz que la mente se colocaba para atormentar a los cuerpos de aquellos hombres que estaban celebrando con otros la separación o rompimiento de las obligaciones.

Ahora su único compromiso era el de exponerse a la vida sin orgullo, sin soberbia, sin tener ojos altaneros, con humildad ante los ojos de los demás, han hecho lo que se debe hacer y es no hacerle caso a las obligaciones de un mundo que se satisface con las obligaciones de los hombres, si así eran antes y ahora son estos que repugnan por su apariencia, olor y sabor.

Gozaban al calor de nada porque es solo frio y bazuco y la música era el silencio y la mirada extraviada en el delirio de la persecución, ellos eran perseguidos por hombres inexistentes y los que dormían en sus casas eran perseguidos por los hombres que tienen rostro y nombre, así la celebración continuaba las carretas estaban parqueadas desocupadas esperando el sol para salir a recorrer la ciudad en busaca de lo que los otros hombres llaman basura.

Un hombre pequeño de piel roja y brillante, saluda a los otros hombres que están acompañados de una joven que esta acogida por la ansiedad y que a cada hombre pide más bazuco, solo desea este placer el de “estar bien” pasa de un lado a otro recibiendo caricias de manos sucias, mirando rostros constreñidos de dentaduras podridas y alientos de aromas de los infiernos cada uno de estos hombres querían algo a cambio.

La promiscuidad de todos con ella era aceptada con risas encubridoras y palabras cargadas de repugnancia, cuando el hombre que acaba de llegar quería ser parte de la posesión de la carne de la joven, fue rechazado y censurado por la joven que se sentía muy ansiosa y afanosa para rechazar al nuevo hombre haciéndole sentir

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