La Identidad Del Profesor

Identidad del profesor:

Su construcción se inicia desde la formación inicial del profesor y se da a lo largo de todo su ejercicio profesional. La identidad es una construcción diaria que no surge con el solo hecho de obtener un grado de estudio y un título profesional. Su construcción requiere un proceso individual y colectivo de naturaleza compleja y dinámica que da lugar a representaciones subjetivas, al modo de pensar o sentir propia del profesor, se refiere a cómo viven los docentes su trabajo y a los factores de satisfacción o insatisfacción.

La identidad docente además de ser una experiencia personal se rige también por el reconocimiento que le otorga la sociedad. Existen distintas identidades que dependen de los diferentes contextos en los que se desarrolla el profesor. (Trabajo, personales y de trayectorias de vida de profesional). La identidad docente forma parte de su identidad social y se concibe como la definición de sí mismo que hace profesor. Vaillant, D. (2007 p.3)

Vaillant, D. (2007) El cambio social y el trabajo de los profesores. Congreso Internacional “Nuevas Tendencias en la Formación Permanente del Profesorado”. Barcelona. Recuperado el 22 de octubre de 2012 de: http://es.scribd.com/doc/2030599/La-identidad-docente

El término identidad alude a “lo que es lo mismo” es decir ser uno mismo apreciando los significados de similitud total y de particularidad que permanecen a lo largo del tiempo, haciendo referencia a la noción de similitud y diferencia.

La identidad es un proceso activo mediante el cual la persona se identifica como algo o alguien recociéndose diferente en el sentido particular. Podría decirse también que la identidad es la expresión, lo que nos distingue de los demás.

La psicología social ha aportado una vasta tradición al estudio de la identidad no sólo desde la perspectiva individual sino desde los procesos de referencia social a los otros, pero una mirada retrospectiva a los inicios de la psicología nos descubre el papel de la identidad como “ser”. Podría decirse que la identidad es la expresión de un conjunto de rasgos particulares que diferencian un ser de todos los demás. Costa (1992) añade: “La idea de identidad supone la idea de verdad, de autenticidad, puesto que identidad significa sobre todo, idéntico a si mismo”.

Esta connotación de proceso inherentemente genuino subraya su acepción no sólo de referencia a un sujeto implícito sino a un acto de “ser”, entendiendo la identidad como “plena presencia”. La preexistencia de un potencial observador último capaz de sentir e integrar las distintas apariencias revela un doble proceso donde coexiste una identidad sustancial y una identidad esencial. La identidad puede expresarse como el propio ser, el ente, lo que es

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