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La Importancia De La Opinion Publica


Enviado por   •  4 de Septiembre de 2011  •  2.708 Palabras (11 Páginas)  •  6.314 Visitas

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LA OPINIÓN PÚBLICA

Desde el momento en que nos despertamos, nuestro día está lleno de acontecimientos, algunos buenos, otros malos, pero todos tienen el mismo efecto en nosotros, nos generan un sentimiento, una postura, nos hacen ver de cierta forma un hecho, un acontecimiento, una noticia, nos permiten reaccionar a favor o en contra de lo que esté pasando, pero sobre todo, nos genera una forma de pensar con la que nos quedaremos hasta que otra ideología nos convenza y logre cambiar nuestra postura hacia esta nueva.

En realidad, de lo único que estamos hablando es de la OPINIÓN PÚBLICA, ya que es de aquí, de donde se desprende la forma en cómo reaccionamos al acontecimiento y la postura que tomamos frente al mismo.

Todas estas sensaciones que nos generan una opinión, pueden ser detonadas por una simple imagen, una simple palabra o un simple sonido, pero, ¿qué pasa cuando los medios hacen uso de ella y la convierten en su arma más poderosa?

Los medios saben mejor que nadie que la gente todo el tiempo esta opinando, opina sobre algún tema, opina sobre algo y sobre todo, opina sobre alguien, siempre se tiene algo que decir sobre cualquier cosa, no hay que hacer estudios para comprobar que en el día a día siempre existirá una opinión que dar, pero, ¿qué tan poderosa es la opinión?, o mejor dicho, ¿qué tan poderosa es la opinión pública?

Para poder entender esta gran fuerza llamada opinión pública debemos de regresar un poco en la historia ya que el término es en realidad más antiguo de lo que inicialmente se piensa. Es un término que ha tenido y tiene una variedad muy grande de definiciones, a tal punto que hace más de treinta años el profesor Harwood Child había encontrado, después de una copiosa recopilación, que se manejaban cincuenta definiciones en la literatura especializada. Por ello, Phillips Davison, profesor de la Universidad de Columbia en su artículo “Opinión Pública” para la International Encyclopedia of the Social Sciences, señalaba en forma pesimista que “no hay una definición generalmente aceptada de opinión pública”. Pese a ello el término se ha utilizado con mayor frecuencia. El mismo reconoce que los esfuerzos por definir el término han llevado a expresiones de frustración tales como que la opinión pública “no es el nombre de ninguna cosa, sino la clasificación de un conjunto de cosas”1. Algunos fueron más allá, como Jean Padioleou quien irónicamente señalaba que a la “opinión pública le ocurre como a los elefantes: puede ser difícil definirlos, pero es muy fácil reconocer uno” o cuando sostiene que a “la opinión pública le sucede lo que al diablo, debe existir puesto que pronunciamos su nombre”2.

Para otros, parte de la confusión conceptual dominante tiene que ver con el hecho que hay una variedad de especialidades que han intentado estudiarlo. Para el derecho y ciencia política la opinión pública es una abstracción que permite verificar el sistema político democrático; en cambio para algunos enfoques de la sociología se trata de un instrumento del control social; y, para otros especialistas, la opinión pública no es más que una categoría formal bajo la que se clasifica los resultados de los sondeos de opinión pública.

Estas y otras disciplinas académicas, sin reconocerse y más bien ignorándose entre ellas, han moldeado sus propias concepciones y definiciones sobre la opinión pública, así pues, para fines de este ensayo definiré a la opinión pública como un fenómeno psico-social, como la opinión de los individuos miembros de una sociedad sobre un asunto en particular, como la suma o resultado de todas las opiniones individuales. Aunque también puede ser definida como la valoración predominante en determinado público, sobre un acontecimiento o problema.

Aunque hablar de público también nos compete, es difícil definir bien este concepto ya que esta palabra logra tener varios sentidos por el siguiente motivo: como se menciona líneas arriba, la facilidad para tener más de un significado del término opinión pública, según algunos autores, nos permite tener varios sentidos de la palabra público. Existe una acepción legal que se centra en la idea de “apertura”, en el sentido de ámbito abierto a todos (plaza pública, lugar público, juicio público, etc.), en contraste al de la esfera privada. Un segundo sentido, desarrollado por el derecho y el poder público, es el otorgado por la relación con el Estado. Es decir, en el sentido de los asuntos relacionados con el bienestar general. Por último un tercer sentido, sociológico, coloca el énfasis en que el individuo no desarrolla su vida hacia adentro, en su intimidad, sino hacia afuera dirigida no sólo a otras personas sino también a la sociedad como un todo3.

 Los públicos están compuestos –según Gerth y Mills– por gente que no está en relación cara a cara, pero que, sin embargo, manifiestan intereses similares, o está expuesta a estímulos semejantes, aunque más o menos distantes”. Público es, entonces, aquella pluralidad de personas que constituyen el soporte de la opinión pública. A diferencia de otras pluralidades, como masa, muchedumbre o multitud, este término incorpora implícitamente, valoraciones positivas4. Por lo tanto, sólo el público es portador de opinión pública. Es por ello que, “cuando el público deja de ser crítico –sentencia R.E.Park–, se disuelve o se transforma en multitud”5. Una característica, por lo tanto, del público es el desacuerdo, la diferencia en los intereses similares. La investigación de la opinión pública permite desprender que existe un contínuo que va de masa a público, en las siguientes formulaciones colectivas:

a)  El público en general. Es el que corresponde a aquellos que consideran al público como a la totalidad de la población. Allport, en el primer número de la prestigiosa revista Public Opinion Quarterly (1937), se define decididamente en esta concepción y que ayudó a las prácticas de las encuestas. Existía detrás de esta concepción, la idea democrática de la inclusión de todos los miembros de la sociedad. El problema es que de este universo sólo un porcentaje –que varía en el tiempo y de una sociedad a otra– está interesado e informado de las cuestiones públicas.

 

b)   El público que vota. Es una de las más comunes operacionalizaciones del público, siendo el resultado de las elecciones –para quienes la defienden– la mayor visibilidad de la opinión pública en un sistema de democracia representativa. Pero, este colectivo indiferenciado representa, en EEUU por ejemplo, sólo a la mitad de la población apta para votar. Pero, muchas evidencias señalan que muchos electores,

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