La Responsabilidad

La responsabilidad

El presente trabajo se refiere al tema “La Responsabilidad”, como uno de los valores que rigen nuestra vida, que puede ser definido como el cumplimiento de todo aquello en lo que se ha comprometido y asumir las consecuencias de nuestros actos. Es uno de los valores de la base de nuestra convivencia social y personal, de este depende la estabilidad de las relaciones personales. La responsabilidad es valiosa porque no es difícil de alcanzar, si actuamos con voluntad y entendimiento. Las personas con ideales y metas elevadas se responsabilizan enseguida de sus decisiones. La responsabilidad es un signo de madurez. La responsabilidad abarca muchos aspectos de la vida humana, pues está aplicada a todas las acciones hechas con libertad.

La responsabilidad es un valor ya que gracias a ella se puede vivir pacíficamente en familia, escuela y sociedad. La responsabilidad implica asumir las consecuencias de nuestros actos, sean estos buenos o malos, implica estar consciente de que tenemos que afrontar los problemas que acarrea el haber efectuado una mala acción u omisión, por lo que es necesario que antes de tomar una decisión, sea analizada detenidamente, a efecto de no perjudicar a terceras personas. La responsabilidad es un valor que se puede aplicar en todos los aspectos de nuestra vida; Se puede aplicar con nuestra familia con el hecho de cumplir con los quehaceres domésticos, apreciar y reconocer lo que nuestros padres hacen por nosotros, aceptar que somos parte de hacer que el hogar funcione lo más armonioso posible, obedecer y respetar las buenas acciones de los miembros del hogar y desarrollar las habilidades y destrezas al máximo de la capacidad de cada uno. En la escuela, al cumplir con las tareas y deberes que nos dejan nuestros maestros y hacer nuestra parte en un trabajo en equipo. Y con la sociedad, cumpliendo de forma adecuada a cuidar, preservar y mejorar el ambiente que nos rodea, al igual que cumplir con nuestros deberes como ciudadano.

La responsabilidad tiene un efecto directo con otro valor fundamental: la confianza. Confiamos en quien sabemos que es responsable, es independiente, reconoce sus fallos y responde por sus actos rindiendo cuentas de los propios ante alguien que ha regulado su comportamiento y no en quien anda echando la culpa a los demás, en quien asume en forma cabal todos sus deberes y ejercita todos sus derechos. En quien tiene la iniciativa, no es simplemente hacer lo que debo, sino emplear toda su inteligencia para hacerlo de la mejor manera. En quien posee la prudencia para decidir y la justicia para dar a cada uno lo que le corresponde.

La responsabilidad es un signo de madurez. A veces, el cumplir una obligación de cualquier tipo no es generalmente agradable, implica esfuerzo. Cumplir o no con las metas que nos marcamos y compromisos, nos permite aprender que hay cosas y situaciones que sólo dependen de nosotros mismos. Con la edad suelen tomarse decisiones más importantes, y normalmente la responsabilidad aumenta. Pero no mejora por el simple paso de los años, sino por los hábitos que se adquieren. Es una conducta madura porque somos capaces de responder, de dar cuentas de nuestros actos, capaces de tomar decisiones y de asumir sus consecuencias. Las personas que no han alcanzado la madurez, aún no son plenamente dueñas de sus poderes; sólo quien es dueño de sus actos puede responder por ellos. La madurez incluye un ejercicio responsable de la libertad, reconociendo y reparando los errores y sus consecuencias. En su sentido más profundo se vincula con el respeto a los compromisos que hicimos con las demás personas y con la tarea de definir la dirección de nuestra propia vida.

En conclusión, la responsabilidad es una capacidad existente en todo sujeto activo de derecho para reconocer y aceptar las consecuencias de un hecho realizado libremente. Una persona responsable es capaz de responder y

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