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La Violencia íntima


Enviado por   •  27 de Marzo de 2014  •  2.279 Palabras (10 Páginas)  •  248 Visitas

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La violencia íntima

Como la familia o las relaciones entre parientes forman parte de la existencia de todos noso¬tros, la vida familiar abarca prácticamente toda la gama de experiencias emocionales. Las relaciones familiares —entre cónyuges, padres e hijos, hermanos y hermanas o entre pa¬nales lejanos— pueden ser cálidas y satisfactorias, pero pueden igualmente estar llenas de tensiones pronunciadas y llevando al individuo a la desesperación o causándole un profun¬do sentimiento de ansiedad y culpa. Este aspecto de la vida familiar contrasta con las imá¬genes edulcoradas de armonía frecuentes en los anuncios de televisión o en los medios de comunicacion populares. La violencia doméstica y los malos tratos a los niños son dos de sus aspectos más perturbadores.

H abuso sexual en la infancia

El abuso sexual en la infancia se puede definir de forma sencilla como la realización por parte de un adulto de actos sexuales con menores que aún no han alcanzado la edad de con¬sentimiento (dieciséis años en Gran Bretaña). El incesto se refiere a las relaciones sexuales entre parientes cercanos. No todo incesto es abuso sexual de niños. Por ejemplo, las rela-ciones sexuales entre hermano y hermana son incestuosas pero no se ajustan a la definición de abuso sexual. En el abuso sexual de la infancia un adulto explota a un bebé o a un niño con fines sexuales. No obstante, el tipo más común de incesto es aquel en el que también se da abuso sexual de menores: las relaciones incestuosas entre padres e hijas jóvenes.

El incesto y, más en general, el abuso sexual de niños son fenómenos que sólo han sido «descubiertos» en los últimos diez o veinte años. Naturalmente, desde hacía mucho tiempo se sabía que se producían actos sexuales de esta clase, pero la mayoría de los observadores daban por supuesto que los fuertes tabúes que existen contra esta conducta hacían poco probable que estuviera muy extendida. Pero esto no es cierto. Se ha demostrado que el abu¬so sexual de niños es un fenómeno que tiene lugar con una frecuencia inquietante. Es pro¬bable que sea más habitual en las familias de clase baja, pero existe en todos los niveles de la jerarquía social, así como en las instituciones, como veremos más adelante.

Aunque en los casos más evidentes la naturaleza del abuso sexual de menores es paten¬te, resulta difícil, si no imposible, calcular cuál es el alcance real de esta práctica debido a las múltiples formas que puede adoptar. Ni los investigadores ni los tribunales han llegado a un completo acuerdo sobre la definición de los malos tratos a menores en general o del caso concreto de los abusos sexuales. Uno de los apartados de la Ley del Menor británica de 1989 hace referencia a los «daños considerables» que causa la falta de cuidados sensatos pero no queda nada claro lo que se entiende por «considerable». En el Reino Unido la Sociedad Nacional para ia Protección del Menor define cuatro categorías de malos tratos: «abandono», «maltrato físico», «maltrato emocional» y «abuso sexual». Esta última cate¬goría se define como el «contacto sexual entre un niño y un adulto con el fin de alcanzar la excitación sexual del segundo» (Lyon y De Cruz, 1993).

Muchos casos de incesto conllevan la utilización de la fuerza o la amenaza de violencia. Los niños, en algunas ocasiones, participan de forma más o menos voluntaria, pero ésta no suele ser la norma. Naturalmente, los niños tienen su sexualidad, y con bastante frecuencia se entregan a juegos sexuales o a suaves exploraciones mutuas. Pero a la gran mayoría de los que se ven sometidos al contacto sexual con los adultos de su familia la experiencia les parece repugnante, vergonzosa o perturbadora. En la actualidad existe bastante información que indica que el abuso sexual de niños puede tener consecuencias a largo plazo para quie¬nes lo sufren. Los estudios sobre prostitutas, delincuentes juveniles, adolescentes huidos de sus hogares y drogadictos demuestran que una elevada proporción de ellos tiene detrás una historia de abuso sexual en la infancia. Naturalmente, correlación no significa relación cau¬sal, y el demostrar que las personas incluidas en estas categorías han sufrido abusos sexua¬les cuando eran niños no demuestra que dichos abusos tengan una relación de causa-efecto con su conducta posterior. Probablemente hayan influido factores muy diversos, tales como conflictos familiares, abandono por parte de los padres y violencia física.

La violencia doméstica

Podemos definir la violencia doméstica como los malos tratos físicos que inflige un miem¬bro de la familia a otro u otros. Los estudios muestran que las principales víctimas de este tipo de violencia son los niños, en particular los más pequeños. El horrendo asesinato de una niña de ocho años, Victoria Climbié, en febrero de 2000 hizo que la atención pública prestara atención a las formas extremas de violencia contra Jos niños. Victoria, que llegó desde África Occidental a Europa, murió de hipotermia tras meses de tortura y abandono por parte de su tia abuela. Mane Therese Kouao y la pareja de ésta, Cari Manning. Sus maltratadores fueron condenados a cadena perpetua en noviembre de 2000. Durante el jui¬cio, la policía y los servicios sociales fueron criticados por haber perdido la oportunidad de salvar a la niña. El gobierno ordenó una investigación, presidida por Lord Laming, para es¬tudiar el papel de los profesionales y efectuar recomendaciones al gobierno sobre la forma de prevenir que volviera a suceder una tragedia así (Laming, 2003).

La violencia de los maridos hacia sus esposas es el segundo tipo más frecuente de vio¬lencia doméstica. Cada semana son asesinadas dos mujeres en el Reino Unido a manos de sus parejas. En cualquier día determinado el 10% de las mujeres está sufriendo violencia doméstica, y este problema afecta a entre una tercera y una cuarta parte de las mujeres en algún momento de sus vidas. La violencia doméstica es el delito más común contra la mu¬jer y es más probable que lo cometan los hombres de su familia o los conocidos de su círcu¬lo más íntimo que los extraños (Rawstorne, 2002).

Este problema suscitó mucha atención popular y académica durante los años setenta, como consecuencia del trabajo realizado por los grupos feministas, que cuentan con centros donde se refugian las «mujeres maltratadas». Hasta ese momento la violencia doméstica, al igual que el maltrato a menores, era un fenómeno discretamente silenciado. Los estudios feministas sobre violencia domestica llamaron la atención sobre el predominio de la que sufrían las mujeres en el hogar y la gravedad de ésta. La mayoría de los episodios violentos entre los cónyuges

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