La compostura en la mesa - Ensayo

La compostura en la mesa

Flor de María Romero Sánchez

Grupo: 9180

En el primer apartado de la lectura se incluyen varios poemas y fragmentos en diversos lenguajes, en el que se abordan los rudimentos de la buena crianza, como el comportamiento en la mesa, al comer y al convivir con otras personas. Las admoniciones que se ejemplifican en el texto pueden parecer obvias al lector, pero son los fundamentos de la buena educación. Lo interesante acerca del texto, es que todas hacen referencia a la limpieza y lo principal, la convivencia en la mesa, que antaño era el principal centro de socialización. Esto quiere decir, que en varias culturas, si no todas, observar el buen comportamiento en la mesa es parte de una buena crianza, pues “el lenguaje es una de las manifestaciones de la vida social y psíquica… se han de aducir <> para justificar la prohibición de <>… se justifica un mandato o prohibición con la remisión al sentimiento de repugnancia que puede despertar en los demás”^[1] es decir, por la convivencia básica con otros semejantes.

Aunque no viene incluido en el texto, me hace recordar diversos ejemplos en Las mil y una noches, donde se pone mucho énfasis en el buen comportamiento de los comensales a la mesa, como el hecho de compartir el pan y la sal, si uno no lo hacía, era señal de que un ultraje posterior se avecinaba^[2], o la costumbre de comer con la mano derecha, pues los árabes comían (y me parece que en algunos lugares siguen comiendo) con la mano derecha, que se utiliza para saludar, comer y escribir, y la mano izquierda se usa únicamente para limpiarse (cualquier impureza o al defecar), por lo tanto, una persona deshonesta o que anteriormente haya sido castigada por robo, usualmente se le cortaba la mano derecha, con el fin de avergonzarles para siempre condenándoles a comer y saludar con la misma mano impura con que se limpian^[3].

En el texto que nos ocupa, resalta que los “niños corteses” son quienes siguen estas normas a pie juntillas, de alguna manera para que los comensales que carecían de estos modales básicos, no se sintieran aludidos, pues como indica el texto, eran folletos de divulgación popular, pensados para las personas de campo que no tenían acceso a una visita o educación en la corte.

Posteriormente en el texto, se explica que estos rudimentos fueron evolucionando a través del tiempo, modificando algunas reglas concernientes a cortar o trozar el pan y la carne, el uso del tenedor y la cuchara, y la localización de la servilleta, lo cual, así como en las teorías pedagógicas, van evolucionando y refinándose.

Hemos pasado del método pavloviano, de condicionar a los niños a comportarse de cierta forma, condicionándolos con estímulos que no inciden en el resultado, las teorías positivistas de orden, limpieza y trabajo de Gabino Barreda, a las teorías de María Montessori, las escuelas activas, etc. Paradójicamente, y como indica la lectura, algunas costumbres del pueblo más bajo comienzan a subir, a veces para bien, y a veces para mal. Esto también podemos verlo inmerso en diversas corrientes educativas. Sin embargo, las consecuencias de muchas de estas acciones no comienzan a notarse sino varios años después de que se adoptan.

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