La oratoria en los abogados

La oratoria es, cada vez más, una habilidad que se exige a los abogados.  Es una de las habilidades que todo abogado debería poseer a la hora de ejercer su profesión, demostrando así su seguridad, formación y liderazgo.

Es evidente la suma importancia en el ámbito del derecho la cualidad de poder expresar, hablar, y comunicar de manera clara, sencilla y a la vez segura y contundente lo que facilita y potencia a su vez la comunicación y persuasión necesaria entre abogado y Juez. La oratoria permite al abogado ser un gran comunicador, mediante una exposición clara, directa y natural de sus argumentos.

El abogado tiene que ser un gran comunicador que pueda transmitir seguridad, consustancial al dominio que pueda tener respecto de  la materia tratada.

Dominar las técnicas de la oratoria te puede llegar a proporcionar una serie de herramientas muy útiles y eficaces que te ayudan a buscar una mejor expresión, mayor amplitud de lenguaje, profundidad del discurso, rapidez en el contraataque, así como capacidad de adaptación ante imprevisto durante, como por ejemplo en el juicio oral.

En un abogado no se buscan exclusivamente conocimientos legales, sino otras características como empatía, accesibilidad y capacidad de comunicación. Si bien es cierto que los conocimientos legales son sin duda lo principal, el abogado actual tiene que saber comunicar y empatizar con su cliente. Por ello, creo que la oratoria además de aportar imagen de seguridad aporta también inteligencia emocional, mejorando la relación y comunicación con el cliente. El abogado no solo tiene que saber comunicar, tiene también que saber ponerse en lugar del otro, es decir, tiene que tener capacidad para ser empático, cercano y sensible hacia las necesidades del cliente, pero también con capacidad para imponerse y fijar límites. 

Dicho esto, a la hora de defender o de proceder al alegato, desde mi punto de vista es imprescindible que el abogado previamente, se haya preparado el alegato, ya sea a base de repeticiones o por memorizarlo.

Escribe el Sr. Julio García Jiménez que los abogado deben conseguir almacenar toda la información necesaria para los alegatos en la memoria de corta duración y no en la memoria de larga duración. Dice, además, que la repetición así como la comprensión no son parte esencial de todo este proceso. Es aquí donde discrepo con el autor del artículo. Tras varios años estudiando la carrera de Derecho de forma presencial, he podido darme cuenta que, en algunas materias de difícil interpretación y complejas, la constancia, la repetición y sobre todo la comprensión lo han sido todo. Una buena y lenta lectura en la que se va entendiendo y comprendiendo cada párrafo de los apuntes es fundamental a la hora de que esa materia la puedas retener en la mente.

Una buena lectura tranquila, intentando comprender todas las ideas, realizando esquemas e intentando plasmar una organización de ideas en tu cabeza es esencial. Si bien es cierto, tal y como dice el Sr. Julio García, que todo esto de nada sirve si no descansamos e intentamos mantener la serenidad mental.

Desde la experiencia personal, a la hora de preparar y estudiar para los exámenes me he dado cuenta de que es parte importante el descanso.

El caso de los exámenes lo podríamos relacionar con la elaboración del alegato. Es fundamental para memorizar las ideas básicas que conforman el alegato empezar a trabajar en ello con anterioridad. Siguiendo un poco con la idea del estrés, si se comienza a preparar el alegato con poca antelación seguramente el abogado se pondrá más tenso y nervioso ya que ve como rápidamente se acerca el día del juicio sin que haya tenido tiempo de poder prepararse el alegato de manera tranquila y sin prisa.

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