La religión y la ciencia
tsundeEnsayo19 de Septiembre de 2011
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“Cuando aparece un gran genio se puede reconocer por esta señal: todos los mentecatos confabulan contra él” Jonathan swift.
Mejores palabras no se me pueden ocurrir para lo que le ocurrió a Leeuwenhoek, que después de haber sido menospreciado por ser un simple comerciante, lucho hasta demostrar que en su pasatiempo él había logrado descubrir algo que nadie mas había visto: los animalículos. Y, aun sin entenderlo, dio comienzo a lo que ahora conocemos como microbiología, me encanta el leer como dentro de su paranoia y negación a compartir el como había producido esos magníficos lentes, decidió dar parte al resto del mundo, el como dentro de su misantropía y egoísmo dejaba a los demás observar los pequeños animalejos que él había visto primero, sus vidas, sus formas. Pasó de ser un simple comerciante a ser miembro honorario de la real academia de ciencias, pero a él no le interesaba el titulo, solo quería ser escuchado por los demás, y hasta el ultimo de sus días decidió compartir el cómo fabricaba sus lentes para que el resto pudiera observar lo que el ya conocía.
“Es un gran error creerse más de lo que uno es, o menos de lo que uno vale” Goethe
Spallanzani, hombre de religión y científico, que con la convicción de alimentar a su ego, demostró que los animalículos que ya habían sido olvidados, provienen de otros animalículos. Tras muchos experimentos y confrontaciones con otros hombres de ciencia-religión (y dinero), buscó la manera de ir perfeccionando todas las teorías que se le venían a la mente, aun si ello significaba tener que dejar atrás, o contradecirse algunas veces, lo que el creía como verdadero para poder callar las insensateces que le decían sus enemigos, y aun peor, comprobar por una u otra razón todas las mentiras que le decían, aun a sabiendas de que eran verdades (por lo de su colección privada a expensas del museo del cual estaba a cargo). Puso en manifiesto que sin su ego, dedicación y placer de experimentar, muy pocas personas en esa época hubieran podido aislar un solo bicho subvisible para poder dar razón a De Saussure, aun cuando ello le costo su propio ego, ya que alguien se le adelantó.
“Una botella de vino tiene más filosofía que todos los libros del mundo” Luis Pasteur.
En cierta forma, se parece mucho a Spallanzani, ya que en sus inicios era un químico, que por azares del destino llego a ser microbiólogo, donde todo tenia que ser perfecto, aunque para ello tuviera que errar de manera premeditada. Me gusta mucho el hecho de que nos dicen que le era una necesidad estar observando todos los cambios que hacían los fermentos sobre los vinos y como otros animalillos subvisibles le hacían la vida imposible a estos fermentos y echaban a perder los buenos vinos de Francia, y de cómo su pobre esposa tenia que soportar que fuera tan descuidado con ella y su familia, viendo como el laboratorio se transformaba en la mejor amante de su esposo, y como era ella quien tenia que traspasar los garabatos de su esposo a una caligrafía legible. Así mismo yo lo llamaría un “work-a-holic”, ya que era tal su desenvolvimiento que, aun en época de descanso, seguía aprovechando para seguir con sus experimentos dándole un buen recorrido a su mundo de paso, y aunque le fue extraño el paso de cazador de bacterias y fermentos hacia sanador de orugas de seda, demostró que todo el conocimiento, por vasto que le sea a una persona, no tiene validez si no es comprobado mediante observaciones, ya que la teoría presenta todo como hermoso y perfecto, pero en la practica todo es diferente y no siempre se obtiene lo que se esperaba. También me encantó el como uso al catador de vinos para demostrar que con tan solo observar una gota podía predecir el sabor del contenido de esa botella, y del como se aferro a crear una cerveza mejor que la alemana tras ir a buscar a su hijo que era sargento.
“Hay más hombres
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