La tercer ola Cristian David Quimbayo Daraviña

Ensayo:

La Tercera Ola

Cristian David Quimbayo Daraviña

Ingeniería Industrial

I semestre

Universidad Pontificia Bolivariana

Seccional Palmira

Valle Del Cauca  

Marzo 10 de 2014

Ensayo:

La Tercera Ola

William Andrés Álzate Cobo

Director Programa Ingeniería Industrial

Introducción a la ingeniería

Universidad Pontificia Bolivariana

Seccional Palmira

Valle Del Cauca

Marzo 10 de 2014

El mundo, un contraste de cambios.

La Tercera Ola escrita por el futurista y visionario Alvin Toffler, hace referencia al pasado, presente, futuro o dicho de otra forma de nuestro porvenir. Lleva acabo una especulación de lo que está por llegar, se enfoca con la mirada puesta en la lejanía, de que va a suceder con la familia en un ámbito laboral, social y en la producción económica, mercantil  ya sea nacional o internacional.

Alvin Toffler nos da a conocer tres cambios que han marcado el rumbo de pueblos, ciudades, países, civilizaciones, el mundo e incluso del hombre mismo. Estos cambios que comenzaron hace miles de años y que se fueron entrelazando con el transcurrir de épocas, marcan el avance o progreso sucesivo de la ciencia, tecnología e industria.

El segundo cambio u ola supero unas expectativas y logro un punto culminante en la mitad del siglo XX, esta ola aplasto a la primera de una forma inimaginable, pero actualmente se encuentra en una inestabilidad a razón de unas circunstancias, lo que impide que sus instituciones u organizaciones aborden los problemas que nos apremian hoy en día.

El hombre fatigado de desplazarse de un lugar a otro para la recolección de sus alimentos, decidió quedarse en un mismo sitio y acogió el sedentarismo. Se dio cuenta que en el lugar donde se erradicara, podía “hacer parir al suelo” cultivar, producir su propio alimento sin necesidad de recorrer grandes distancias. Al volverse sedentario adopto a los animales no solo como alimento sino como unas herramientas.

Todo esto dio origen al primer gran cambio, la primera ola, que trajo consigo una serie de sucesos, donde nace la propiedad, el hombre se vuelve una “batería viviente” el mismo es productor y consumidor. Por consiguiente y a mi parecer Toffler no le da una naturaleza humanizadora al hombre, si no que desde un principio lo vuelve una tipo de máquina, la cual lleva las riendas de este avance hacia lo industrial.

Con la llegada de la segunda ola las personas parten hacia el proceso de la industria, las sociedades se vuelven industrializadas y llega el avance tecnológico que ayuda a que el hombre ya no sea más la fuente de energía, nacen las máquinas, nacen las fuentes de energía no renovables.

Las industrias empiezan a aparecer y con estas unos caracteres como son la centralización, masificación, maximización, uniformización, sincronización, especialización, concentración, se empieza a ver una producción en serie, en masa, unos movimientos monótonos, horarios de trabajo, se pierde la libertad, una flexibilidad que el hombre tenía en un principio.

Al llegar esta ola de grandes cambios, la sociedad de la primera ola cambio de una forma radical, la producción y consumo dejan de estar “unidas” para el hombre y aparece lo que el autor llama “cuña invisible” lo que las separa, ya es alguien que produce y otro el que consume. Pero todo esto se da por la especialización, por una complejidad a la hora de llevar la realización de los procesos lo que vuelve el trabajo del hombre aún más mecánico, un esclavo del trabajo, de una corporación.

Abarcando los caracteres antes mencionados, estos mismos se empiezan a aplicar no solo en industrias, si no en el diario vivir de nuestra sociedad, como claro ejemplo esta la educación donde se le da más importancia a la memorización a una uniformidad que impide una libre expresión, un libre conocimiento y se les prepara o programa para que salgan a efectuar una única labor que se vuelve mecánica una y otra vez sin parar y esto nos lleva a las rutinas exhaustas, sin fin.

En esta segunda ola el núcleo familiar sufre una modificación, ya deja de ser extensa como lo era en un principio y se compacta, generando una eliminación de parientes que no son esenciales, una eliminación que causa la ruptura de un equipo y de un trabajo que se realizaba con este en la primera ola. Se da por sentado una idea de familia que solo la componen padre, madre y unos cuantos hijos, solo para lograr una mayor movilidad y efectividad en esta nueva era de industrias, donde solo importa el cuanto soy capaz de producir y cuanto soy capaz de ganar.

Dejando a un lado el tema social, familiar, el trabajo etc., pasamos al ámbito de las naciones, donde se empieza a ver que una nación mayor quiere suprimir y manejar a su antojo a una nación menor para un beneficio propio y no mutuo, extrayendo y explotando recursos tanto naturales como humanos para sus industrias, esto se conoce como el imperialismo.

Según Toffler la gran era industrial demandaba una economía que fuera unificada, donde hubiera un mayor acceso a los mercados con el fin de vender productos a altos precios y comprar recursos a muy bajo precio y por ende un sistema político que también estuviera unificado para la creación de leyes que controlaran más a organizaciones, a personas, países imponiendo sus regímenes a conveniencia, haciendo que las toma de decisiones fueran más complejas.  

La naturaleza es un “objeto” que debe ser explotado al máximo, pero ¿porque tratar la naturaleza como un objeto? Eso es lo que esta era hizo y sigue haciendo pero de una forma menor, tratar a todos como objetos sin sentido, máquinas para realizar tareas. El hombre es la “cumbre” de esta evolución lo que hace que sociedades y países evolucionen para lograr una mayor industrialización lo que justifica la explotación y el uso de otros países menos industrializados. El avance se mide en unos términos de tecnología y nivel “material” de la vida “dime cuanto vales y te diré quién eres”. Somos un fruto del tecnicismo, del industrialismo. Objeto, cumbre, material, esas son las palabras claves que rigieron en esta segunda ola.

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