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Las Cajas Rurales En El Sector Financiero

17_10_0913 de Junio de 2014

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CAJAS RURALES DE AHORRO Y CREDITO

I.CONCEPTO:

Las Cajas Rurales de Ahorro y Crédito (CRAC) son entidades financieras, que captan recursos del público y fundamentalmente otorgan financiamiento a la mediana, pequeña y microempresa del ámbito rural.

Constituyen instituciones financieras no bancarias reguladas por la SBS, que fueron establecidas desde 1993 con limitadas exigencias de capital mínimo y accionistas privados. Concebidas inicialmente como una respuesta frente a la liquidación de la banca de fomento pública, las Cajas se orientaron a proveer servicios financieros a los segmentos de la población no atendidos por la banca comercial, priorizando al sector rural.

Las CRAC atienden a una numerosa clientela de sectores de ingresos medios y bajos en las zonas urbanas y rurales, ofreciéndoles una significativa variedad de productos financieros, que son distribuidos a través de una amplia red de agencias.

En la actualidad solo existen 9 cajas rurales, dentro de ellas se encuentran las siguientes:

1. Cajamarca

2. Credi Chavin

3. Caja Rural de Ahorro y Credito CREDINKA

4. Caja Rural de Ahorro y Credito INCASUR

5. LOS ANDES

6. CAJA LOS LIBERTADORES

7. PRYMERA

8. SEÑOR DE LUREN

9. SIPAN

II.LAS CRAC EN EL SISTEMA FINANCIERO

En los años 90 las micro finanzas experimentaron un significativo desarrollo en el Perú, como resultado de la estabilidad macroeconómica, el crecimiento del aparato productivo, la reforma financiera y la creación de un marco regulatorio favorable, así como por la importancia de la microempresa en la estructura social y económica del país. Como parte de este proceso se crearon entidades especializadas como las CMAC, las CRAC y las EDPYMES.

Desde su creación las CRAC se han desarrollado en tres etapas fundamentales:

• En una primera fase en 1993-96 se establecieron 18 CRAC, con un significativo apoyo del Ministerio de Agricultura, pero sin contar con una asistencia técnica sistemática. Las Cajas se iniciaron con una estructura patrimonial muchas veces fragmentada , y su principal fuente de recursos en esta fase fueron los fondos subsidiados del sector público. A fines de 1996 los adeudados representaban el 67.1 % de los pasivos. Por otro lado, sus colocaciones netas se ampliaron rápidamente, con una marcada concentración en el sector agrícola, pasando de US $ 7.8 millones a fines de 1994 a US $39.7 millones al 31.12.1996 pero mostrando en esta última fecha una preocupante mora del 13.6%. En esta etapa el sector público mostró cierta flexibilidad en su supervisión.

• La segunda etapa, que se extiende de 1997 al 2000, estuvo marcada por una profunda crisis, al evidenciarse un marcado deterioro de la calidad del portafolio crediticio que puso en peligro la viabilidad financiera de las CRAC y generó la liquidación por parte de la SBS de 7 Cajas.

Asimismo, en esta etapa se modificaron las disposiciones legales que impedían una mayor concentración accionaria en las Cajas y se acentuaron las intervenciones públicas en los mercados financieros rurales, con la aprobación de amplios programas de refinanciación y transferencias de cartera, reflejada en la aprobación del Decreto de Urgencia 031-2000 y del Rescate FinancieroAgropecuario.

Durante esta etapa el desarrollo de las CRAC estuvo marcado por un práctico estancamiento de las colocaciones, que pasaron de US $ 52.2 millones en diciembre de 1997 a US $ 55.4 millones a fines del 2000, mientras que se registró un marcado incremento de la cartera en riesgo, que pasó del 18.9 % al 30.4 % entre ambas fechas, por efecto del aumento de los créditos refinanciados de US $ 2.4 millones a US $ 9.8 millones.

Sin embargo, los depósitos crecieron dinámicamente, lo que permitió que su participación en los pasivos de las CRAC se elevara del 28,7 % en 1997 al 43.3 % en el 2000. A su vez, la rentabilidad de las Cajas se redujo fuertemente en esta etapa, registrándose pérdidas en 1998 y 1999, como reflejo en lo fundamental de la necesidad de constituir provisiones ante el incremento de la cartera en riesgo.

• La tercera etapa se inicia en el 2001 y se caracteriza por una orientación a la diversificación del portafolio crediticio y a la reducción de las colocaciones agrícolas. Al mismo tiempo, mejoran la calidad de cartera y los resultados, diferenciándose algunas Cajas que consolidan su viabilidad financiera y muestran una estructura accionaria más concentrada; mientras que otras entidades no logran superar su crisis, sin poder resolver sus problemas de gobernabilidad, que derivan de la fragmentación de su estructura patrimonial.

También en esta etapa se reduce el apoyo del sector público a las CRAC y la SBS asume un mayor rigor en la supervisión. De esta manera, la cartera creció de US $ 55.4 millones en diciembre del 2000 a US $ 72.3 millones en febrero del 2003, reduciéndose la mora del 14.9 % al 9.7 % y la cartera en riesgo del 30.4 al 27.6 %, como resultado de la diversificación de las colocaciones y de la aplicación del RFA. Es importante señalar que los depósitos se elevaron de US $ 35.2 millones a US $ 71.9 millones, representando en febrero del 2003 el 65.9 % de los pasivos. A su vez, las mejoras experimentadas incidieron en un aumento de la rentabilidad, elevándose el retorno sobre el activo promedio del 0.30 % al 1.28 %.

Es importante destacar que las CRAC se han creado con capitales privados de empresarios y agricultores de sus respectivas regiones, y su operación se limita actualmente al ámbito departamental. El establecimiento de estas entidades financieras presenta ventajas para el financiamiento regional, ya que sus accionistas tienen un conocimiento más profundo de dichos mercados. Asimismo, su toma de decisiones es más ágil, debido a que los accionistas, directores y gerentes residen en la misma región en la que operan las CRAC, a diferencia de otras entidades que operan a nivel nacional y adoptan sus principales decisiones en sus sedes centrales en Lima.

A su vez, cabe resaltar que su limitado ámbito de operación también presenta algunas desventajas, debido al mayor riesgo crediticio que enfrentan, por la concentración de sus préstamos en una misma región, sin contar con la posibilidad de diversificar sus carteras en otras plazas. Agrava esta situación el hecho que estas entidades todavía mantienen una significativa concentración en la agricultura, sector que está expuesto a graves riesgos de mercado y naturales. Asimismo, el ámbito de operación regional deriva en una mayor vinculación económica entre los clientes, por lo que efectos recesivos en las economías locales se pueden sentir con mayor intensidad en buena parte de los prestatarios, lo que deterioraría su capacidad de pago.

Por su lado, la mayor vinculación entre los agentes económicos también abre la posibilidad de que existan presiones para beneficiar a ciertos grupos de clientes, que tengan mayor contacto con los accionistas. Finalmente, el hecho de que los principales inversionistas en las CRAC sean medianos empresarios e inversionistas regionales puede limitar su capacidad de realizar aportes frescos de capital, lo que podría dificultar el crecimiento de estas entidades en el futuro.

III. ADQUISICIONES, FUSIONES Y CONSOLIDACION DE LAS CRAC

En los últimos seis años consecutivos, el Perú ha sido reconocido como el país con el mejor entorno de negocios para las microfinanzas, resaltando el adecuado marco regulatorio existente, asimismo su competitividad y su innovación.

Cabe señalar que las relativamente reducidas barreras de entrada, la solidez de las centrales de riesgo y la diversidad de estructuras jurídicas, entre otros, favorecen la competitividad y el dinamismo del mercado micro financiero peruano.

Así, durante los últimos años han ingresado a competir en el sector: la banca tradicional, grupos internacionales ligados al segmento y otros nuevos participantes locales. Al mismo tiempo, continuaron los procesos de adquisiciones, fusiones y consolidación de instituciones

La Fundación BBVA adquirió en el 2007 las Cajas Rurales Nor Perú y Cajasur. En el 2008, hizo lo mismo con la Edpyme Crear Tacna, fusionando las tres instituciones en la CRAC Nuestra Gente. Posteriormente, en abril del 2013, la SBS autorizó la fusión de la Caja Nuestra Gente con Financiera Confianza.

De otro lado, la CRAC Incasur, relacionada al grupo Inca, inició operaciones en noviembre del 2011; la CRAC Credinka, del grupo NCF, inició a mediados del 2012, los trámites para convertirse en banco y actualmente continúa con los mismos.

En agosto 2012 Financiera Universal, empresa perteneciente al grupo ecuatoriano Mori-Saenz, adquirió a la CRAC Profinanzas, absorbiéndola posteriormente.

Por su parte, la Edpyme Nueva Visión fue adquirida en agosto 2013 por la Corporación EW (Grupo Wong). Con ello, dicho Grupo controla además de la Edpyme a la CRAC Prymera (adquirida en el 2000).

La dinámica descrita líneas arriba se ha concentrado en las CRACs, Edpymes y Financieras, mientras que las Cajas Municipales (CM) todavía muestran resistencias para incorporar nuevos accionistas. Al respecto, la Ley 26702 autoriza a los Consejos Municipales a acordar la incorporación de personas naturales o jurídicas dentro de su accionariado; sin embargo, aún no lo hacen debido principalmente a consideraciones políticas.

Es previsible que continúe el proceso de consolidación durante los siguientes años. En tal sentido, para poder seguir creciendo en este entorno cada

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