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Las Dos Orillas


Enviado por   •  16 de Febrero de 2013  •  1.083 Palabras (5 Páginas)  •  495 Visitas

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En el relato “Las dos orillas” (en El naranjo), Fuentes realiza no sólo una recreación de la historia sino una reinterpretación de la ficción como transformadora de lo real.

El relato trata de Jerónimo de Aguilar, un soldado español que en las primeras expediciones llegó y vivió largos años con los indios. Después se unió a Cortés sirviéndole como intérprete (antes que la Malinche). El relato está narrado en primera persona y se ubica cuando Jerónimo está en su tumba y nos narra las dos conquistas: la de México y la otra (de España) Lo que más nos interesa es por supuesta esta otra conquista. Gracias al poder de la narración Fuentes nos transmite de lo que podría haber sido ese otro mundo donde los vencedores no fueron los españoles sino los vencidos.

Jerónimo nos cuenta que, cuando era intérprete de Cortes, en realidad no le traducía lo que éste decía a Moctezuma o viceversa. Más bien le traducía el significado contrario. Por ejemplo durante los enfrentamientos en Cholula y Tenochtitlan. Jerónimo queriendo modificar la historia (por haber tomado partido contra los españoles) inventaba situaciones para precipitar los resultados. Pero su drama consistió en que Cortés se guiaba por la traducción de la Malinche.

Fuentes introduce a otro personaje (Gonzalo Guerrero, amigo de Jerónimo quien continuará la otra conquista). Jerónimo es también un héroe cuando se proyecta como vencedor de los españoles: “Cuantos contribuimos a la conquista india de España sentimos de inmediato que un universo a la vez nuevo y recuperado, permeable, complejo, fecundo, nació del contacto entre las culturas, frustrando el fatal designio purificador de los Reyes Católicos.”[1]

Según Carlos Fuentes la derrota de los españoles significa la realización de otro mundo posible, cuando el desembarco de los indios en tierras de España se convirtió en la creación de una nueva cultura mestiza donde convivieron pacíficamente con los árabes y los judíos (algo impensable según la lógica de los Reyes Católicos).

En este punto conviene remitirnos a recientes reinterpretaciones sobre el papel de la literatura como las Paul Ricoeur, Umberto Eco o de Jerome Brumer que señalan que toda narración, en la medida en que es un acto de habla, constituye o puede constituir mundos posibles en la mente de los lectores.[2] Desde esta perspectiva podemos comprender que el intento de Carlos Fuentes por reescribir la historia de la conquista tiene sentido cuando invierte nuestra percepción de lo sucedido. Y es justamente lo que pudo haber sucedido lo que más importa:

“¿Qué habría pasado si lo que sucedió, no sucede? ¿Qué habría pasado si lo que no sucedió, sucede? Hablo y pregunto desde la muerte, porque sospecho que mi amigo el otro náufrago, Gonzalo Guerrero, está demasiado ocupado combatiendo y conquistando. No tiene tiempo de narrar. Es más, se niega a narrar. Tiene que actuar, decidir, ordenar, castigar…En cambio, desde la muerte, yo tengo todo el tiempo del mundo para narrar. Incluso (sobre todo) las hazañas de mi amigo Guerrero en esta gran empresa de la conquista de España. Temo por él y por la acción que con tanto éxito ha acometido. Me pregunto si un evento que no es narrado, ocurre en realidad. Pues lo que no se inventa, sólo se consigna. Algo más: una catástrofe (y toda guerra lo es) sólo es disputada si es narrada.”[3]

Claro que nada puede suceder si no es narrado.

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