Las Seis Leyes de Vlad

Las Seis Leyes de Vlad

En el arte y ciencia de la gerencia, constantemente surgen métodos, técnicas y sistemas para mejorar los resultados que alcanzan las personas y las organizaciones. Sin embargo, con bastante frecuencia, más allá de los nombres ingeniosos y del gran despliegue publicitario de esos instrumentos, no son sino nuevos nombres para viejos principios, o dicho en lenguaje criollo: “un refrito”.

La razón que encontramos detrás de este fenómeno es que existen preceptos que han probado, hasta la saciedad, ser necesarios para el éxito de cualquier iniciativa humana. Lo único es, que cada cierto tiempo necesitan ser redefinidos, remozados, a fin de atraer el interés del público sobre ellos. De esto trata este trabajo.

En las organizaciones muchas veces nos abocamos a formar grupos, integrar equipos, realizar alianzas, efectuar fusiones, constituir asociaciones, sin antes haber comprobado si las personas involucradas comparten un mismo código de conducta. Al no hacerlo, cometemos una seria omisión y nos aventuramos a andar por un camino plagado de contratiempos.

Y es que cada vez que suponemos que: “los demás deben estar claros con respecto a lo que esperamos de ellos”, o que “cada quien debe saber como encarar tal o cual situación”, estamos pasando por alto un pequeño detalle: la manera según la cual la gente ve las cosas y se comporta. Esa forma de ser particular es consecuencia de la predisposición de cada quien, de su educación, de su experiencia, de su nivel de conciencia y de unas cuantas cosas más.

Así que en lugar de andar por allí haciendo conjeturas sobre lo que la gente tiene en cuenta o no, más valdría la pena que nos abocáramos a establecer un piso común, sobre el cual edificar nuestras relaciones con los demás.

Ese es, precisamente, el propósito de “Las Seis Leyes de Vlad”: aportar un conjunto de preceptos o maneras de proceder personales, que se vuelvan a su vez, parte de una forma de ser colectiva.

El gran objetivo que persigue no es otro que: Lograr que la gente (nosotros incluidos) “se Haga Cargo”.

He aquí las Seis Leyes:

1. Que la palabra vaya por delante

2. Planificar es adelantar el futuro

3. Lo que no se mide, no se controla

4. Lo que está listo, ha de estar revisado

5. Casi a la hora, no es a tiempo

6. O trae una solución, o Ud. es parte del problema

Revisemos brevemente cada una de estas leyes o preceptos, así como los conceptos que ellas encierran.

1. Que la palabra vaya por delante

Responsabilidad

Desde el punto de vista del cumplimiento, las personas se dividen en dos tipos: Las que cumplen, que llamaremos tipo “1” y las demás, que denominaremos tipo “2”.

Las que cumplen, las podríamos llamar también gente “básica”, en el sentido de “fundamental”, ya que gracias a este tipo de gente es que se sostiene el mundo. Son personas que tienen la bendita manía de que cada vez que dicen que van a hacer algo, van y lo hacen.

En cuanto al resto de la gente, la tipo “2”, se divide a su vez en tres grandes subcategorías:

• La primera, formada por las que no cumplen por excelentes razones. Estos individuos para Justificar sus faltas, emplean explicaciones como: “Hubo una tranca descomunal”, “Se murió fulano”, “No se consiguen los cartuchos de tinta en la ciudad”, “Se averió el auto”, etc.

• La segunda, la constituyen personas que no cumplen por razones “chimbas”, pobres. Justifican su omisión con frases como: “Me quedé dormido”, “No me acordaba”,

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