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Las Teorías Sobre Los Movimientos Sociales


Enviado por   •  1 de Julio de 2014  •  2.078 Palabras (9 Páginas)  •  234 Visitas

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Las Teorías Sobre Los Movimientos Sociales.

Como la mayoría de los términos utilizados en las ciencias sociales, el de movimiento social ha sido objeto de numerosos debates teóricos que han dado lugar a diferentes conceptualizaciones según el enfoque utilizado para describirlos y explicarlos.

Se advierten dos grandes tendencias en los esfuerzos por teorizar en torno a los movimientos sociales (Durand, 1999):

a) La que da centralidad a los sistemas sociales

b) La que enfatiza el papel de los sujetos sociales.

Hasta antes de la primera mitad de los años sesenta del siglo XX el estudio de los movimientos sociales se entendía preferentemente como un producto de las condiciones estructurales de la sociedad, en las que el sujeto obrero era la unidad de análisis por antonomasia; sin embargo, con el surgimiento de acciones colectivas atípicas en la segunda mitad del siglo pasado, como el mayo francés (1968) y las movilizaciones en contra del armamentismo nuclear, los cuentistas sociales se vieron conminados a explorar y desarrollar otras explicaciones que dieran cuenta de tales fenómenos.

De manera sintética, a nivel de enfoques teóricos pueden identificarse al menos tres grandes vetas de pensamiento para estudiar a los movimientos sociales.

 El Enfoque Basado En La Ubicación Estructural Del Actor Colectivo:

Este enfoque fue el primero que se empleó para analizar la orientación y dinámica de los llamados viejos movimientos sociales, con especial atención al caso del movimiento obrero.

Si bien los obreros organizados eran en realidad el sujeto social contestatario mejor preparado para vanguardizar las luchas contra la explotación del capitalismo industrial (en virtud de su concentración en las grandes fábricas, la generación de conciencia e identidad sobre su ubicación y función en las relaciones de producción), no se verificó históricamente que este actor protagonizara el cambio revolucionario, partiendo del mismo hecho de que la revolución rusa tuvo lugar en una sociedad agraria con nula industrialización y de que otros episodios revolucionarios no tuvieron lugar en los centros urbanos desarrollados del mundo occidental sino en países periféricos como Cuba (1959) distantes de un modelo de capitalismo desarrollado.

En efecto, los trabajadores organizados lucharon tanto porque se les reconociera su derecho a la sindicación como por la mejora sustantiva en las condiciones laborales directas y por el reconocimiento de derechos ligados a la ciudadanía social exigidos al Estado. La concreción de estas luchas se tradujo en un arco de Estados de Bienestar (Welfare State) con distintos matices según la correlación de fuerzas y el tipo de Estado (socialdemócrata o liberal) que prevalecía en cada país del llamado mundo desarrollado.

Las elites capitalistas aceptaron de alguna manera que antes que sucumbir al fuego revolucionario era mejor ceder en un pacto social que otorgaba a los trabajadores ciertas condiciones de vida digna, aunque no se cambiase a fondo la matriz inequitativa en la apropiación y distribución de los medios de producción.

Por su parte los obreros de estos países, en medio de profundos debates, tensiones y disidencias, tendieron a asumir en sus vanguardias que las condiciones para una lucha radical presentaba mayores riesgos que presionar a una elite -que por mero cálculo estaba en la disposición de humanizar algunos ámbitos del mundo laboral y social en general.

Latinoamérica prevalecían relaciones de trabajo en el mundo rural con bajos niveles de formalización y una 41escasa conciencia de clase y organización social contestataria, por lo que más que un cambio revolucionario lo que se observó, en contextos de sociedades con fuertes resabios coloniales, fueron episodios nacional populares bajo la guía de liderazgos carismáticos que apelaron no tanto al sujeto obrero sino a una masa pauperizada que encontraba sentido bajo el difuso apelativo de pueblo.

Y ahora, en los inicios del siglo XXI es cierto que ha cambiado la composición del mundo del trabajo en Latinoamérica, pero tampoco se advierten condiciones que hagan pensar en la coyuntura propicia para que el sujeto obrero sea considerado como el sujeto histórico exclusivo para vanguardizar la emancipación de los sectores subalternos.

Aunque es un hecho de que la población latinoamericana cada vez se aloja en los centros urbanos, la región no alcanzó niveles satisfactorios de industrialización, y ahora el mundo del trabajo se reparte entre la economía campesina, el obrero industrial, el flexibilizado y fragmentado mundo de la economía de los servicios y qué decir de las anchas franjas que se baten por la supervivencia en la economía informal precarizada

La disolución de las premisas que sostenían este enfoque, al tenor de la evidencia empírica, han mutado los planteamientos, tamizados por la revisión histórica, para sostener que las formas organizativas adecuadas para cada forma de lucha social es un asunto que corresponde a la dialéctica observable en cada contexto espacial temporal específico, de manera que los sujetos y las formas organizativas no se consideran predeterminados sino que obedecen las restricciones, ritmos y posibilidades de la época y lugar en que tiene lugar la lucha social.

 Los Enfoques Basados En La Intencionalidad De Los Actores:

Este bloque teórico corresponde a la perspectiva estadounidense que soslaya las relaciones de clase y, en su lugar, privilegió el análisis de las funciones de un sistema social, las conductas del individuo para buscar nuevos equilibrios ante las disfunciones del sistema y, posteriormente, dio paso a las explicaciones que intentaban profundizar en las estrategias de los individuos y los grupos.

Tres variantes de la escuela norteamericana se destacan en este enfoque, tres ángulos teóricos para observar el comportamiento colectivo, relacionados pero a su vez 42diferenciables en el tiempo:

a) El interaccionismo (mirada micro sociológico)

b) El funcionalismo (mirada macro sociológica)

c) El individualismo metodológico (el cálculo y las estrategias del individuo y los grupos).

Desde El Interaccionismo Social: Se les tomó en un inicio como comportamientos desviados, irracionales que son una expresión de las disfunciones en el sistema y que, a su vez, amenazan el equilibrio social.

Sin indicar ningún vínculo con la situación de clase ni la manera en cómo los recursos son producidos o distribuidos,

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