Las instituciones educativas

Las instituciones educativas

En este texto de las autoras Graciela Frigerio, Margarita Poggi y Guillermina Tiramonti, se divide en 3 apartados donde nos relata lo que ocurre dentro de la vida institucional con los actores, la institución y los conflictos.

El primer apartado titulado: “La relación de los actores con la institución” pone en evidencia que toda nuestra vida transcurre en instituciones, algunas obligatorias, como la familia, la escuela, y otras en las que optamos pertenecer como clubes, de cualquiera de las dos formas de pertenencia, todos los institutos poseen, normas, reglas y leyes las cuales sus integrantes deben respetar para una mejor organizaciones entre los sujetos. Nos explican que la relación que tenemos con las leyes son objetivas (la ley tal y como está formulada) y subjetivo (la manera en la que entendemos las leyes). Y en cuanto a la relación del sujeto con la institución es notoria siempre una ambivalencia, que nos hará sentir acogidos o rechazados por las instituciones. A su vez, revela que existen tensiones entre la atracción y repulsión y esto tiene que ver con la certidumbre e incertidumbre, se refiere que a pesar de que las leyes y normas poseen propósitos previsibles (certidumbre)  no es posible predecir las conductas requeridas en la ejecución de  cualquier cometido (incertidumbre).

El segundo apartado titulado: “Actores y poder”, un sujeto o grupo de sujetos poseen poder cuando tienen la capacidad de imponer su posición o enfoque en la vida institucional, ser influyentes en la toma de decisiones, obtener reconocimientos, espacios, recursos, cargos, etc. Este poder es inherente con las relaciones sociales e institucionales, necesita de una red de relaciones para tener existencia y poseer potencial para prescribir o prohibir conductas de los sujetos. Las instituciones siempre están atravesadas por clivajes, el primero es el que separa a los agentes de los usuarios ya que estos no son grupos homogéneos, también existen clivajes entre los mismos agentes. El director debe reconocer las zonas de clivajes para reaccionar y crear lazos  en los lugares de fractura, dado que, de no hacerlo se producen obstaculaciones en la realización de proyectos educativos. Finalmente nos menciona las diferentes fuentes de poder.

El tercer apartado “Actores y conflictos”, aceptando a este como parte de la institución, de su funcionamiento porque entre agentes circunstancialmente los intereses se contraponen entre sí o con los de la institución, depende de los recursos, la capacidad para satisfacer o sustituir intereses y particularidad de la cultura institucional, esta y sus conductores tendrán la posibilidad de controlar, desviar o resolver los problemas y generar un buen clima de cooperación. Los conflictos pueden llegar a ser riesgosos para la institución, la autora los agrupas como previsibles (aquellos recurrentes dentro de la institución sean novedosos o no) o imponderables (aquellos conflictos que penetran en la institución y son novedosos y puede ser retroversivos o proversivos). Los actores pueden actuar de diversas formas ante los conflictos a) ignorarlos; b) aludirlos; c) redefinirlos y disolverlos; d) elaborarlos y resolverlos. Mientras se logre identificar las respuestas usuales y las alternativas posibles mejor preparado estarán los actores y sus colegas para enfrentar los conflictos. En las peculiaridades de la institución, las autoras nos dicen, que podemos hallar, además de los ya vistos, cuatro tipos de conflictos: “los relativos a la pluralidad de pertenencia, los que se producen entorno a la definición del proyecto institucional, aquellos que se producen alrededor de la operacionalización y concertación del proyecto educativo y a los que se generan entre la autoridad formal y la funcional” (Frigerio; pág. 64)

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