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Leyes Del Movimiento


Enviado por   •  11 de Diciembre de 2012  •  2.566 Palabras (11 Páginas)  •  617 Visitas

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Al conocer el mundo que nos rodea, vemos que en él no hay nada absolutamente inmóvil e inmutable, que todo está en movimiento y pasa de unas formas a otras. En todos los objetos materiales tiene lugar el movimiento de las partículas elementales, de los átomos y las moléculas; cada objeto se encuentra en acción recíproca con el mundo circundante, y esta interacción lleva implícito movimiento de uno y otro tipo. Cualquier cuerpo, incluso el que se halla en reposo con relación a la Tierra, se mueve junto con [80] ella alrededor del Sol, y juntamente con el Sol, respecto a otros astros de la Galaxia; esta última se desplaza con relación a otros sistemas estelares, &c. El equilibrio, el reposo y la inmovilidad absolutos no existen en ninguna parte; todo reposo y todo equilibrio son relativos, son un estado determinado del movimiento. Tomado en su aspecto más general, el movimiento es idéntico a todo cambio, a cualquier transición de un estado a otro. El movimiento es un atributo universal, una forma de existencia de la materia. En el mundo no puede haber materia sin movimiento, de la misma manera que no hay movimiento sin materia.

Todo movimiento va unido, de un modo o de otro, a cierto desplazamiento de lugar, ya sea de los cuerpos celestes, las masas terrestres, las moléculas, la contracción muscular, los átomos o las partículas de cuanto existe en el universo.

EL MOVIMIENTO

Al movimiento, se le concibe como una modalidad o un atributo de la materia. Comprende cada uno de todos los cambios y procesos que se operan en el universo, desde el simple desplazamiento de lugar hasta las formas más altas y más complicadas como el pensamiento.

El proceso de desarrollo de la comprensión de las ciencias naturales, va desde el conocimiento del simple desplazamiento de lugar de los cuerpos celestes y de las masas terrestres (la mecánica). Luego la teoría del movimiento molecular (la física) y al mismo tiempo, la ciencia del movimiento de los átomos (química ).

Como el movimiento es el modo de ser de la materia, y ésta es algo dado, ni creable ni destructible, se sigue que tampoco el movimiento se puede crear o destruir; y a continuación afirma que la filosofía llegó a esta conclusión doscientos años antes que las ciencias naturales, con la proposición de Descartes: la cantidad de movimiento en el universo es constante. Hoy tenemos en la ciencia —dice— otras dos formulaciones de la misma ley: la de Helmholtz, conservación de la «fuerza», y otra más reciente y precisa, conservación de la «energía» (cfr. p. 86).

Pasa a hablar ya en concreto de las formas fundamentales del movimiento, y afirma que la forma fundamental es el acercamiento y el alejamiento, la contracción y la dilatación; en resumen, la «vieja oposición polar de atracción y repulsión»; pero éstas no son fuerzas, sino formas simples de movimiento. Y siendo así que todo movimiento consiste en el juego alterno de atracción y repulsión, la ley de la increabilidad e indestructibilidad del movimiento se expresa aquí con la afirmación de que en el universo todo movimiento debido a la atracción debe ser compensado con un equivalente movimiento debido a la repulsión, y viceversa; o como lo expresaba la «vieja filosofía»: la suma de todas las atracciones en el universo es igual a la suma de todas las repulsiones.

Estudia Engels cómo se presenta la acción mutua de atracción y repulsión en las distintas formas de movimiento del mundo material (cfr. pp. 88-91). Afirma que en el movimiento de los astros, la astronomía clásica, en el fondo, introducía en su teoría una componente del movimiento que lleva a la creación y a la destrucción del movimiento, y presuponía, por tanto, un creador. «Pero precisamente en lo que se basaba ha sido sustituido por la teoría cosmogónica de Kant-Laplace, que hace surgir el sistema solar por gradual contracción de una masa gaseosa enrarecida»; explica con cierta amplitud la teoría de la nebulosa. Como es sabido, la ciencia natural no acepta esta teoría como explicación de la formación del cosmos, con lo que pierden sentido esos razonamientos de Engels sobre la «imposibilidad» de una creación.

A la atracción en física moderna, dice Engels, se le llama fuerza, y a la repulsión, energía. En el caso del puro movimiento mecánico, el predominio lo tiene la atracción; en cambio, el calor es una forma de repulsión. Nos dice que también se da atracción y repulsión en los fenómenos de la electrostática y del magnetismo, y en la química. Repite machaconamente que la fuerza consiste en la atracción y la energía se identifica con la repulsión.

Las formas fundamentales del movimiento pueden clasificarse de la siguiente forma:

a) Sus causas que la originan: el de repulsión o atracción

b) Su relación con el movimiento: fuerza o energía. O simplemente en síntesis como movimiento.

1 ATRACCIÓN Y REPULSIÓN

Toda la naturaleza asequible a nosotros forma un sistema, una concatenación general de cuerpos, entendiendo aquí por cuerpos todas las existencias, desde los astros hasta las partículas de cuanto existe. El hecho de que estos cuerpos aparezcan concatenados lleva ya implícito el que actúan los unos sobre los otros, y en esta su acción mutua consiste precisamente el movimiento. Ya esto, por sí sólo, indica que la materia es inconcebible sin el movimiento.

Cuando dos cuerpos actúan el uno sobre el otro, dando como resultado el desplazamiento de lugar de uno de ellos, este desplazamiento de lugar sólo puede consistir en un acercamiento o en un alejamiento. O los cuerpos se atraen o se repelen.

La forma fundamental de todo movimiento es la aproximación o el alejamiento, la contracción o la expansión; en una palabra, la vieja contraposición polar de atracción y repulsión.

Hay que advertir expresamente que la atracción y la repulsión no se conciben, aquí, como lo que se llama “fuerzas”, sino como simples formas de movimiento.

Todo movimiento consiste en el juego alternativo de atracción y repulsión. Pero el movimiento sólo puede darse cuando cada atracción singular se ve compensada por la correspondiente repulsión en otro lugar distinto. De otro modo uno de los lados acabaría predominando con el tiempo sobre el otro, con lo que el movimiento cesaría, a la postre. Eso quiere decir que todas las atracciones y todas las repulsiones se compensan mutuamente, en el universo. El movimiento cobra, así, la expresión de que todo movimiento de atracción en el universo se ve complementado por un equivalente movimiento de repulsión, y viceversa; o como lo expresaba la filosofía antigua –mucho antes de que las ciencias naturales formulasen la ley de la conservación de la fuerza

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