Los 30 magníficos que anhelamos

y TOPOS que significa LUGAR.

Por lo tanto UTOPÍA, Quiere decir: EL NO LUGAR, “el lugar que no existe”.

Se refiere a la representación de una tierra idealizada que se presenta como alternativa al mundo realmente existente, mediante una crítica de este. Término concebido por Santo Tomas Moro. Es un Estado imaginario que reúne todas las perfecciones y que hace posible una existencia feliz porque en él reina la paz y la justicia.

“La educación ambiental ha ido construyendo una visión más amplia sobre la vida, un contacto más intenso con la naturaleza, una percepción más clara sobre el papel a desempeñar en la sociedad y sobre nuestro reingreso consciente a la naturaleza y a nuestra esencia como seres humanos, tratando de fundamentar sus acciones en valores y principios”. Se señalan también ciertos principios, valores, tareas y compromisos de un ideal al querer a la naturaleza que hacen a la Educación Ambiental y al Educador Ambiental.

Estos compromisos los podemos recapitular en los siguientes casos o situaciones a los que se enfrentan alumnos, maestros, sociedad en general y que seria el ideal de la naturaleza y el mundo para nuestros hijos, nietos y generaciones futuras.

LOS 30 MAGNÍFICOS QUE ANHELAMOS

1. Asumir el reconocimiento activo al valor de la vida, eliminando el concepto de guerra en nuestras relaciones con la sociedad y con la naturaleza.

Rencontrarnos con:

2. nosotros y nosotras mismas, como seres humanos sociales y naturales, enraizados en nuestras propias culturas, sociedades y ámbitos naturales y revalorizar mediante el apoyo de desarrollo de los saberes ancestrales.

3. Con nuestras raíces étnicas, con nuestros maravillosos mestizajes, y ser conscientes de la riqueza cultural y natural que poseemos, defender activamente el patrimonio natural y cultural de nuestros pueblos.

4. Con nuestro ser interno, terrestre y universal y reconocernos como parte de la naturaleza, sabernos sociales y naturales, integrándonos a la naturaleza y a la sociedad de manera solidaria.

5. Establecer nuevas (y nuestras) pautas educativas y comunicativas, hacia la formación de ciudadanos y ciudadanas ambientales, locales y planetarios, es decir avanzar hacia la consecución de la armonía y del equilibrio dinámico entre los componentes intelectuales, afectivos, éticos y físicos de las personas, en consonancia con la armonía y el equilibrio dinámico en las relaciones con la naturaleza.

6. Construir procesos hacia el diseño y aplicación de una racionalidad ambiental.

7. Trabajar hacia la articulación y desarrollo de nuevos conocimientos científicos, con una visión inter y transdisciplinaria, desde la complejidad y considerando las diversas realidades en sus dimensiones globales y en sus componentes interactuantes.

8. Tener apertura a nuevos pensamientos y a nuevas acciones ambientales desde diversas culturas.

9. Ingresar activamente a las artes, como rutas hacia la sensibilidad ambiental

y como fuente inagotable de creatividad y pensamiento.

10. Ahondar en la búsqueda y resurgimiento creativo de las tradiciones orales, de la narración oral, en la vía hacia la promoción de valores y sentimientos.

12. Contribuir a la definición, fomento y defensa de los derechos ambientales.

13. Abrirnos a una verdadera comunicación entre todos y todas, con y desde la naturaleza.

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