Los Sentidos Humanos En La Gastronomía.
zathurn18 de Septiembre de 2014
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Dentro de la gastronomía, la identificación de las características organolépticas es de suma importancia. Estas se refieren a todo el conjunto de estímulos que interactúan con unos receptores que vienen tomando el papel de los sentidos humanos: olfato, gusto, tacto, oído y vista; estos sentidos van conectados al cerebro, donde se perciben las sensaciones de: color, forma, tamaño, textura y primordialmente, el sabor.
Estas propiedades nos ayudarán de manera cotidiana para así distinguir los alimentos frescos de los que se encuentran en periodo de descomposición, así también para detectar los distintos ingredientes o productos dentro de un platillo. Es importante que se tengan muy bien desarrollados los sentidos para poder dar resultados objetivos y no subjetivos.
Adentrándonos a los sentidos, primeramente se encuentra el gusto, que posiblemente sea el que mayor influencia tendrá y a su vez, el que se pone a prueba con mayor constancia dentro del ámbito gastronómico. Dentro de él, se busca registrar el sabor de los alimentos e identificarlos a través de la ayuda de la saliva y se complementa a través del olfato. Se emplean las papilas gustativas para determinar los distintos sabores que un producto posee; estas son unos órganos sensoriales existentes en la lengua y nos permiten la percepción de los sabores.
El sabor es toda la impresión que un alimento causa a través de sus sensaciones químicas captadas por el gusto. Se tienen los sabores: dulce, salado, salado, amargo, ácido y umami. En la zona de detección de las papilas gustativas el sabor amargo se muestra en la zona posterior de la lengua; el ácido y umami en los laterales de la lengua, así como en la zona intermedia; el sabor dulce y salado también en la parte posterior.
Pasamos al siguiente sentido que entra en sintonía con el gusto que es el olfato. Es probablemente el menos comprendido y que durante la misma evolución, ha servido como un archivo conectado a ciertas áreas del cerebro que clasifican respuestas emocionales, ligando olores con sensaciones. El olor es la percepción de sustancias liberadas en alimentos, a través de la nariz. El aroma, a distinción del olor, se encuentra ligado con el gusto y sabor; esta es la percepción de sustancias tanto aromáticas como olorosas de un alimento al ser colocado en la boca y forma parte de los componentes del mismo sabor. Es por ello que al tener enfermedades nasales, los aromas no son detectados y sabrán insípidos o de la misma forma.
La diferencia entre la alimentación y la gastronomía, es que la alimentación nos ayudará a satisfacer la necesidades fisiológicas para poder subsistir y conseguir energía para realizar nuestras actividades día con día; la gastronomía por otro lado, nos permitirá darle un prestigio a esta función y convertir el simple acto de comer, en un placer que maneja los sentidos e intelecto. Actualmente, la gastronomía ha evolucionado de forma drástica en varios campos, llegando al punto en que la misma nos puede hacer bromas a nuestras capacidades mentales, alterando de forma agradable nuestras emociones y sentimientos.
Cada vez se toma más en cuenta una alimentación de calidad, no únicamente con un uso de productos o materia prima o las técnicas de realización del platillo, sino que ahora la misma presentación es fundamental para definir una buena comida. La vista, junto con el olfato, tacto y gusto se predisponen en cualquier circunstancia y no es distinto a la hora de comer. La vista será la primera que entre en juego, identificando la presentación, las formas, colores y el producto. El olfato nos ayudará a detectar el estado de los alimentos que se dispondrán a comer. El tacto se perciben las infinitas variedades de texturas, los cambios de temperatura, entre otros factores que harán del patillo, un resultado satisfactorio; este aliado con el oído que aparece en el caso de las texturas,
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