Los estímulos artísticos en el paisaje urbano

UNIDAD 5 Los estímulos artísticos en el paisaje urbano

La vida ordinaria ambulatoria en Ia ciudad

La ciudad es el escenario en el que nos movemos constantemente con el fin de llevar a cabo aquellas acciones, que como ser social y parte de uno o varios grupos, hemos aceptado realizar para con ello convivir en armonía y disfrutar del bienestar siempre deseado. Para fortalecer los lazos familiares, sociales y de amistad, hacemos visitas a muchas de esas casas desplazándonos por la geografía urbana sin importar la distancia, el rumbo, el estado del tiempo o la forma de transporte que se haya de usar entre nuestra casa y la casa que se visita.

El paisaje urbano se compone principalmente de casas y edificios donde viven las familias y se complementa con aquellos otros edificios donde se llevan a cabo actividades especiales y comunitarias, como las oficinas de gobierno, las fábricas y talleres etc. Tales edificios son dispuestos y organizados en la red urbana que se comienza formar por la plaza principal y las calles perimetrales, y se confirma conformando por calzadas, avenidas, puentes, pasos a desnivel, plazas, alamedas, parques, explanadas, fuentes, esculturas y monumentos. A lo anterior habrá que agregar el equipamiento urbano al que pertenecen el sistema de señales para transitar, los semáforos, los parquímetros, los arbotantes, los puentes peatonales y, dominando sobre estos, a grado de contaminación visual los anuncios publicitarios que están por todas partes.

La percepción de la ciudad a través de los sentidos

Los ciudadanos usamos la ciudad tanto en la modalidad de nómadas como en la de sedentarios. El gusto de salir de la casa y emprender el camino a la escuela, el trabajo o la compra es un principio nómada, mientras que el gusto por regresar a ella en búsqueda de privacidad y descanso es un principio sedentario.

La ciudad nos permite resolver a complacencia la necesidad humana de la vida privada y la vida pública apreciamos la ciudad porque vivimos en ella, aprendemos en ella y porque está llena de estímulos que nos conforman y dan identidad.

La observación es un acto común y ordinario en la vida digna, se hace consciente e inconscientemente; observamos con el mismo interés las formas sólidas y los vacios, lo estático y lo que se mueve, la luz intensa, la penumbra y la oscuridad, lo cromático y lo acromático, lo pequeño y lo grande, lo que permanece igual y lo que cambia. Cuando este hábito de observación se vuelve reiterativo sobre el mismo fenómeno, observar los automóviles en circulación o los pendones de las camparías políticas, por ejemplo, se convierte en un acto de estudio y se caracteriza por tratar de entender con mayor claridad las leyes que lo gobiernan y determinan. Se estudia para conocer, para saber más y para poner en práctica lo estudiado.

Los elementos básicos y comunes de lo artístico

Como ya se explicó antes, en primer lugar se trata de despejar el tema, lo que se quiere decir con el mensaje construido, lo que nos quiere comunicar; ya luego, y entendido de manera muy general el tema, se revisan los subtemas que son las distintas partes que se congregan para en conjunto, formar y fortalecer la efectividad del mensaje. Si después de ello permanece el interés de la observación, se leen los lenguajes con que están hechos, de los cuales intervienen cuando menos lo figurativo, lo abstracto o sintético, lo signito y lo simbólico.

Lo figurativo es todo aquello que somos capaces e reconocer y nombrar por haberlo aprendido en la obra de la naturaleza o del hombre, como la representación de árbol, casa, sol, alfabeto; es lo ordinario en la experiencia de ver y oír.

Lo abstracto o sintético incluye todas aquellas formas que reducen y modifican la imagen figurativa, pero que en diferentes grados conserva la esencia de lo que

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