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MI "DON" ES MI "YO" INTERNO. (Brida)


Enviado por   •  23 de Octubre de 2013  •  1.320 Palabras (6 Páginas)  •  316 Visitas

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El Don y el Yo Interno son dos términos totalmente distintos cuando lo hablamos de manera individual, puesto que el Don es un regalo según el cristianismo, bien material o inmaterial que Dios otorga a una persona para que pueda ejercer más fácilmente sus virtudes espirituales, es como algún talento no muy común entre toda la demás personas y el cual puedes sacar mucho provecho para bien, porque Dios nos da los dones y en su tiempo nos pedirá cuentas como en la (parábola de Mateo 25:14-30, los talentos dados a los diversos tipos de siervos, son dones. ¡Dones específicos, en la cantidad específica, para un servicio específico, y con una rendición de cuentas un día específico!)1.

Cuando hablamos del Yo Interior es la conciencia de ti mismo. Tienes un cuerpo y una historia y puedes tener conciencia, tener presente en tu mente todo eso que eres. Es conocerte a ti mismo. Es como una reproducción consciente de lo que eres, física y síquicamente. Es como el espejo de ti mismo, no solo físico sino también mental y espiritual. Debo confesar que hubiese preferido encontrar una línea más delgada entre estos términos antes de hacerme el cargo de escribir sobre estas, puesto que es muy compleja hallar la similitud o semejanzas entre sí, y aun más cuando no tenemos los conocimientos previos de ellos.

La capacidad que como seres humanos tenemos inherentes desde el momento que nacemos es desarrollar talentos, solo que en algunos casos, la mayoría, no sabemos qué talentos poseemos en nuestro ser, justo ahí es cuando carecemos del saber si nacimos con estos o lo adquiriremos en el trascurso de nuestras vidas, para esto:

“Es preciso tener confianza en la capacidad

que cada persona tiene de enseñarse a sí misma.”2

Paulo Coelho muestra a Brida como una mujer capaz de soportar sus miedos escudándose en su propia fe, muy a pesar de su corta edad y de los grandes temores que agobian a las personas cuando no saben que los espera. Ella tuvo la capacidad suficiente de creer en sí misma y de nunca perder la fe que desde siempre se ha tenido, demostrándose que lo que ella misma se ha enseñado sobre perseverar y no desfallecer ha dado resultado, Esta fe que la hacía mirar al mundo que tiene a su alrededor, percibiendo todo lo que se puede percibir sin necesidad de cerrar los ojos. Esa confianza en sí misma es la que hace la diferencia entra las personas cobardes y las personas valientes.

La fe es un Don, un Don para valientes, porque Hemos escuchado más de una vez frases como las siguientes: “No tengo fe. Reconozco que es hermoso creer, incluso algunas veces he sentido algo de envidia cuando veo que otros creen. Pero a mí Dios no me ha dado ese Don”. (P. Fernando Pascual L.C., 2009)3.

Posiblemente todos no poseemos ese Don desde que nacimos, lo más probable es que tengamos otro Don especial, pero “nacer sin el Don de la fe no es tu culpa, morir sin el Don de la fe si lo es.” (Gibran Puello, 2013)

Aquellas personas que tienen ese Don y que jamás pierden esa fe, son capaces de encontrar su Yo Interior con mayor facilidad, porque estas son insistentes, perseverantes y no desfallecen ante las adversidades, son como los jardineros que se auto exigen como personas y que muy a pesar de saber que sus plantas son vulnerables al ambiente y pueden sufrir tempestades, siguen en la lucha buscando estrategias para que ellas no mueran y por el contrario sigan creciendo y reproduciéndose, cada vez que plantan es una nueva responsabilidad que se adquiere, es una nueva meta, y si no se tiene la capacidad suficiente para saber si somos capaces de asumir nuevos retos no sabremos cuan cerca estamos de encontrarnos nuestro Yo Interno.

Pero, es preciso resaltar que el hallazgo de nuestros dones, no es el hallazgo de nuestra Yo Interno, son tan solo etapas y descubrimientos significativos que

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