MUSEO DE LA MEMORIA MEDELLÍN

Informe sobre visita al Museo de la Memoria en Medellín

“La violencia es el miedo a los ideales de los demás”

Mahatma Gandhi

En el centro de Medellín, existe un lugar ornamentado en sus afueras con plantas hermosas, el diseño arquitectónico no pasa desapercibido, no se puede evitar verlo y sentir que es un lugar bastante agradable, aunque por dentro me hizo sentir una revolución de sensaciones, sobre todo, me hace sentir afortunada… muy afortunada… los problemas que tenemos son una bobada comparados con todas esas historias llenas de dolor, drama y tragedia que han sufrido miles de colombianos que han sido víctimas de la violencia que hace años atrás se convirtió en parte de nuestra cultura. Es este lugar entonces, el Museo de la Memoria: “Medellín: Memorias de violencia y resistencia”, un museo en el que se cuenta la historia de las violencias que han tenido lugar en Medellín.

“Cuando nos hicieron salir, caminamos ocho horas a pie, con sed, con hambre, con los pies quemados”. Esta frase me recibe al entrar en medio de una habitación llena de pantallas, que cuentan una tras una, en cada una, muchas historias en pequeñas frases que se extraen de los relatos de las víctimas. Esta me hizo pensar, que mi lugar favorito, es mi hogar, mi casa… allí siempre estoy a gusto, cómoda, tengo dónde dormir y nadie me obliga a salir si no quiero, es el lugar en el que descanso, trabajo y estudio; duele imaginar la sed de aquellas personas que al mismo tiempo tenían sus pies quemados, sentían agonía en sus estómagos; qué fortuna la mía que no he pasado por esto, y qué desgracia que de seguro, cuando estas personas estaban siendo desplazadas, quizás yo estaba muy cómoda en mi casa.

Por otra parte, hay un bloque de tierra que me llamó la atención porque hace una alusión simbólica a las cicatrices que deja la violencia en cada una de las víctimas, con un grabado: “Las huellas del daño nunca desaparecen”, y William Ospina hace una crítica a la Ley de Víctimas y Restitución de Tierras, que se resume en el aislamiento y la vulnerabilidad de la misma, que quizás hace llevar más dignamente el dolor por las pérdidas, pero hace falta un respaldo más fuerte por parte de la sociedad y todos los colectivos institucionales que podrían impulsar una mayor atención a esta Ley.

“...Cuando un defensor de derechos humanos es asesinado se rompen los lazos que ellos intentan tejer, reina la injusticia que ellos combaten, se pierde la dignidad que pretenden devolver a la humanidad…”. En Antioquia, los paramilitares han silenciado a cientos de personas en medio de la labor de la defensa por los derechos humanos… y es allí

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