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Madame Gaillard


Enviado por   •  29 de Julio de 2012  •  668 Palabras (3 Páginas)  •  324 Visitas

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joven, podrida, mohosa, musgosa e incluso a troncos y astillas individuales y a distintas clasesde serrín y los distinguía entre sí como objetos claramente diferenciados, como ninguna otrapersona habría podido distinguirlos con los ojos. Y lo mismo le ocurría con otras cosas. Sabíaque aquella bebida blanca que madame Gaillard daba todas las mañanas a sus pupilos sellamaba sólo leche, aunque para Grenouille cada mañana olía y sabía de manera distinta,según lo caliente que estaba la vaca de que procedía, el alimento de esta vaca, la cantidad denata que contenía, etcétera..., que el humo, aquella mezcla de efluvios que constaba de cienaromas diferentes y cuyo tornasol se transformaba no ya cada minuto, sino cada segundo,formando una nueva unidad, como el humo del fuego, sólo tenía un nombre, "humo"...que latierra, el paisaje, el aire, que a cada paso y a cada aliento eran invadidos por un olor distinto yanimados, en consecuencia, por otra identidad, sólo se designaban con aquellas tres simplespalabras... Todas estas grotescas desproporciones entre la riqueza del mundo percibido por elolfato y la pobreza del lenguaje hacían dudar al joven Grenouille del sentido de la lengua y sólose adaptaba a su uso cuando el contacto con otras personas lo hacía imprescindible.A los seis años ya había captado por completo su entorno mediante el olfato. No habíaningún objeto en casa de madame Gaillard, ningún lugar en el extremo norte de la Rue deCharonne, ninguna persona, ninguna piedra, ningún árbol, arbusto o empalizada, ningún rincón,por pequeño que fuese, que no conociera, reconociera y retuviera en su memoria olfativamente,con su identidad respectiva. Había reunido y tenía a su disposición diez mil, cien mil aromasespecíficos, todos con tanta claridad, que no sólo se acordaba de ellos cuando volvía a olerlos,sino que los olía realmente cuando los recordaba; y aún más, con su sola fantasía era capaz decombinarlos entre sí, creando nuevos olores que no existían en el mundo real. Era como siposeyera un inmenso vocabulario de aromas que le permitiera formara voluntad enormescantidades de nuevas combinaciones olfatorias... a una edad en que otros niños tartamudeabancon las primeras palabras aprendidas, las frases convencionales, a todas luces insuficientespara la descripción del mundo. Si acaso, lo único con que podía compararse su talento era laaptitud musical de un niño prodigio que hubiera captado en las melodías y armonías el alfabetode los distintos tonos y ahora compusiera él mismo nuevas melodías y armonías, con lasalvedad de que el alfabeto de los olores era infinitamente mayor y más diferenciado que el delos tonos, y también de que la actividad creadora del niño prodigio Grenouille se desarrollabaúnicamente en su interior y no podía ser percibida por nadie más que por él mismo.Se fue volviendo cada vez más introvertido. Le gustaba vagar solo y sin rumbo por laparte norte del Faubourg

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