Manejo de Cadáveres en Situación de Desastre

Manejo de Cadáveres en Situación de Desastre

Uno de los resultados más lamentables de los desastres, naturales o provocados por el hombre, es la gran cantidad de muertes que se producen. El manejo de un elevado número de cadáveres constituye un problema social muy delicado y un verdadero reto de organización para los servicios de salud, sobre todo si la catástrofe afecta un área extensa o acontece en una zona poco accesible. En todos los planes de emergencia debe de estar previsto el traslado, la identificación, el almacenamiento temporal y la disposición final de los restos.

Las personas designadas para el manejo de los cadáveres deberán trasladarse al sitio del desastre con rapidez, acompañadas de todos los elementos necesarios para trabajar. El material debe estar disponible en cajas fácilmente transportables e incluir el material para la identificación de los cadáveres, material para la toma de fotografías, papelería y formularios impresos, bolsas de plástico transparente de diferentes tamaños, bolsas para cadáveres, batas, guantes, delantales y material para embalsamamiento.

Un gran número de muertos hace imprescindible la presencia de un equipo identificador desde las etapas iniciales, ya que se deberán registrar todos los datos disponibles para lograr la identificación de los cuerpos. La descripción inicial quizás sea la única oportunidad para lograr el reconocimiento positivo de un cadáver.

Desgraciadamente, la presencia del equipo identificador por muy rápida que sea, siempre se producirá después de la Llegada de los que acuden a prestar la atención inicial a los heridos. Una vez que los grupos de rescate concluyen el traslado de los lesionados, se dedican a recoger los cadáveres y efectos personales sin orden ni sistematización. Por tal motivo es necesario difundir las técnicas básicas del manejo y recolección de cadáveres a los grupos que puedan involucrarse en estas actividades.

De acuerdo a los recursos humanos de que se dispongan, se organizaran grupos constituidos por un médico y uno o dos ayudantes que se encargaran en el sitio del desastre de registrar de cada cadáver el sexo, la edad aparente, el sitio donde se encontró el cuerpo, el nombre (si se conoce), si fue identificado y por quien y la fecha. Estos datos se anotaran en una etiqueta que se colocara en un sitio visible del cuerpo. Si el tipo de desastre lo permite, deben realizarse diagramas esquemáticos, marcas con estacas en los sitios de los hallazgos y fotografías de la disposición de los cadáveres.

El equipo identificador asignara un número a cada cadáver. En caso de que se encuentren miembros sueltos, se les darán a cada uno un numero diferente y nunca se asignaran a un cuerpo aunque estos carezcan de ellos. Las ropas y los objetos personales no se quitaran en el sitio del desastre.

Los cadáveres con sus pertenencias deben de ser trasladados siempre cubiertos, de preferencia en bolsas especiales, lo más rápido y discretamente posible al sitio de almacenamiento donde permanecerán hasta su disposición final. Cualquier persona puede ayudar a esta labor y se puede utilizar todo tipo de vehículos para ella.

Como depósito de cadáveres se debe seleccionar un local amplio y bien ventilado, protegido de la intemperie, que pueda ser dividido en tres áreas: recepción, exposición y almacenamiento de cuerpos y archivo de efectos personales y documentos. Aunque las morgues son los sitios más adecuados, frecuentemente son insuficientes o se carecen de ellas en los sitios del desastre. El use de hangares y estadios deportivos ha dada buen resultado en la práctica.

Uno o varios equipos integrados por un médico, un fotógrafo y uno o dos ayudantes, se encargaran de la descripción del aspecto exterior de los cadáveres. Esta descripción tiene que ser

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