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Maquillaje

hildayolanda234 de Marzo de 2014

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Durante el siglo XX el maquillaje experimenta verdaderos cambios y en cada década se imponen códigos distintivos que marcarán unos cánones de belleza específicos. Veamos qué “revoluciones” se consiguieron durante estos años en los que la mujer ha jugado papeles muy diferentes.

Primera década del siglo XX

La gran revolución, tanto en las técnicas como en los productos de la cosmética decorativa, se produce en las primeras décadas el siglo XX, y el cine desempeña un papel esencial para que esto se lleve a cabo. Los estilos venían marcados por las actrices que aparecían en la gran pantalla; son modelos a seguir por el público femenino que accede a este medio de comunicación de masas, de enorme influencia social y cultural.

En los primeros años de éste siglo, las ideologías y costumbres de años anteriores siguen estando presentes; la mujer tiene poco o ningún papel: la encontramos con una imagen “encorsetada” y éste no sólo será un hábito indumentario, sino que socialmente también desempeña esta característica.

Como hemos comentado, será en este momento cuando comience con fuerza la industria cinematográfica, convirtiéndose con ella el maquillaje en protagonista absoluto y también en una pieza indispensable y fundamental para el éxito de las películas.

El tono de la piel sigue siendo un distintivo social, ya que poseer una piel clara significa no tener la necesidad de exponerse a las intemperies a las que están sometidas las clases menos favorecidas (sirvientas o campesinas), cuyas pieles están más curtidas por su obligada exposición al sol, frío, viento, etc.

La utilización de los polvos para el rostro es masiva en todo el mundo en esta etapa y su elaboración a partir del almidón de arroz es cada vez más refinada. Será en 1904 cuando surjan los primeros polvos perfumados de la historia, elaborados por el perfumista Caron con una de sus fragancias, denominada Tabac Blonde.

Por otra parte, un antiguo maquillador del Ballet Imperial Ruso, llamado Max Factor, abre una tienda en Los Ángeles en la que vende cosméticos, perfumes, maquillaje, así como útiles dedicados a la parte decorativa (lápices, pinceles, etc.). Él mismo los fabrica y trabaja también como maquillador de las actrices de la época. Max Factor irá estudiando y creando formulaciones nuevas de productos adaptados a las necesidades del mundo cinematográfico. En 1914 lanza su primer fondo de maquillaje especial para el cine que, poco a poco, se irá perfeccionando hasta conseguir la textura adecuada.

El maquillaje

-Rostro: no se realizan correcciones claras y oscuras. En la tez se buscaba lo que hoy conocemos como “rostro de porcelana”. Para ello, aplicaban el polvo uno o dos tonos más claros que el color real de la piel.

-Ojos: en las películas, las actrices aparecían con el párpado móvil maquillado en lápiz negro, que se difuminaba con pincel hacia el párpado fijo. El delineado del ojo, tanto en el párpado superior como el inferior, era significativo y aparecían las líneas unidas en los extremos, tanto interno como externo. Este trabajo se fijaba con polvos.

-Cejas: la ceja se impone, maquillada en tonalidad oscura y con forma redondeada, fina y ligeramente descendente.

-Pestañas: la máscara de pestañas se aplica de forma abundante tanto en las pestañas del párpado superior como en las del inferior.

-Colorete: se aplica en círculo, tipo rubor, muy próximo a los ojos y en tonalidades rosas bastante marcados.

-Labios: la boca se dibuja pequeña y el labio superior, afinado. La tonalidad que marcó esta etapa fue el característico color granate y, en general, los tonos oscuros.

Los locos años 20

El final de la Primera Guerra Mundial no supone una mejora del escenario político internacional. La incertidumbre y la falta de estabilidad económica se hacen palpables en la calle: la paz no se acaba de instalar. Este ambiente genera un deseo de cambio, de renovación y de mejora que empuja a la mujer hacia un cambio radical en su estética y su filosofía de vida.

Una de las líderes de ese espíritu de cambio es Grabrielle Chanel, feminista convencida, que marcó esta década y que pronunció frases como ésta: “Las mujeres que no se maquillan deberían ponerse, por lo menos, un poco de negro en los ojos y de rojo en los labios; de ésta forma, resultarían menos pretenciosas…”.

>> Se dibuja una boca pequeña y estrecha, con arco de Cupido marcado

Chanel acusa a todos los diseñadores de moda de obstaculizar la libertad de movimiento de la mujer con corsés y será a partir de entonces cuando comienzan a desaparecer como tendencia. Las faldas se reducen y se acortan y se impone el pelo a lo “garçonne”.

Las mujeres toman sus primeros baños de sol pero, sobre todo, será la década de los rostros cándidos, las miradas ingenuas, las bocas pequeñas y las mejillas ruborizadas.

En 1927 comienzan a comercializarse los productos Max Factor en Estados Unidos, ya que hasta este momento se utilizaban de forma exclusiva para el maquillaje de actrices en cine. Será también durante este año cuando un químico francés llamado Paul Baudecroux, cree la barra de labios Rouge Baiser, cuya textura supuso una innovación, ya que emulsionaba al entrar en contacto con la saliva. A pesar de ser demasiado seca y opaca, su éxito fue arrollador, y hasta la década de los 60 se mantuvo como la barra de labios líder del mercado.

En 1928, el proceso de elaboración de los polvos se revoluciona con un nuevo método: la micronización, que permite conseguir unos polvos con una ligereza y finura hasta entonces desconocidas.

El maquillaje

-Rostro: se comienzan a aplicar las primeras bases de maquillaje y se mantiene la utilización masiva de los polvos claros y su elaboración a base de almidón de arroz es cada vez más refinada.

-Ojos: se prefieren redondeados y con tonos oscuros. Se marcaban en forma de media luna, uniéndola en los extremos exteriores de los ojos con el delineado superior e inferior. El delineado superior se marcará ligeramente ancho en su extremo exterior y el delineado inferior se difumina una vez marcado. El delineado inferior interno del ojo puede ir en tono claro (beige).

-Cejas: se mantiene la ceja dibujada en negro, pero su forma varía, haciéndola más larga, arqueada, abierta y fina.

-Pestañas: máscara de pestañas abundante.

-Colorete: se mantiene la tendencia de la década anterior de colorete tipo rubor y su tonalidad sigue siendo rosada pero menos marcada.

-Labios: se dibuja una boca pequeña y estrecha, con arco de Cupido marcado y omitiendo las comisuras, es decir, “boca en forma de corazón”. El tono elegido y más utilizado en esta época fue el rojo vivo.

>> La micronización permite conseguir unos polvos con una ligereza y finura hasta entonces desconocidas

La sensualidad de los años 30

La imagen de la mujer va mostrándose cada vez más natural. Para conseguir un rostro bello y armónico, en esta década se intentará romper con la crispación del rostro de la década anterior, que ya rozaba lo grotesco.

La industria del cine avanza a pasos agigantados con la llegada del sonido. Nace el concepto de mujeres Vamps, que serán las sucesoras de las hasta entonces llamadas “Divinas” de los escenarios.

Es en esta década cuando Coco Chanel se exhibe en las playas de Deauville tomando el sol, marcando con este gesto el cambio lento pero verídico de la posición de la mujer en la sociedad.

El maquillaje se democratiza y accede a todas las clases sociales; la mujer de esta época intenta imitar a sus actrices favoritas y a los grandes mitos de la época que marcaron esta etapa, como Greta Garbo y Mae West, que representaban dos estilos muy diferentes de mujer de los años 30. Esta última fue la encargada de proclamar la famosa frase: “Las mujeres buenas van al cielo y las malas, a todas partes”.

En 1932, dos hermanos veinteañeros, Charles y Joseph Revlon, se asocian con el químico Charles Lachman y crean una marca llamada Revlon, que entra en el mercado con una innovadora laca de uñas conjuntada años después con una barra de labios del mismo tono.

En 1935 nace Lancôme, que lanza una nueva barra de labios, con características diferentes hasta las entonces usadas. Se fabricaba a partir de una pasta de rosas muy fina y de ella podemos decir que era untuosa y brillante, que su duración era corta y que manchaba con mucha facilidad los dientes.

En esta misma época, el francés Eduard Pinaud se inspira en la pomada húngara que Napoleón III utilizaba para teñir y alisar su bigote. A partir de ésta, crea una máscara en crema, una goma arábiga que se aplicaba con un cepillo sobre las pestañas.

En 1937, Max Factor lanza el Pan-Cake Make-up, un fondo de maquillaje que revolucionó la técnica del maquillaje cinematográfico, y que era bastante inalterable al calor de los focos. Tenía una cobertura total y un acabado mate. Puede que este producto nos suene, y es porque todavía

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