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Masacre De Trujillo


Enviado por   •  18 de Octubre de 2013  •  4.258 Palabras (18 Páginas)  •  703 Visitas

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RECUPERACION DE MEMORIA HISTORICA EN TRUJILLO-VALLE

El municipio de Trujillo, Valle, volvió a los titulares de los diarios y a la atención nacional gracias al lanzamiento del informe del Grupo de Memoria Histórica (GMH) de la Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación, el cual apoyó el ICTJ, y que tomó a esta localidad como caso de estudio emblemático para la construcción de memoria en Colombia.

En el informe titulado Trujillo: UNA TRAGEDIA QUE NO CESA, el GMH relata cómo la comunidad fue víctima de una masacre continuada entre 1989 y 1994, con el asesinato de 342 personas, en hechos que continúan impunes. Se trata de un caso que, se podría decir, está más cerca de la verdad y la justicia que muchos otros en el país, y que sin embargo enfrenta dos disyuntivas: la violencia en este municipio no ha cesado, lo que nos obliga pensar en nuevas víctimas cada día, y faltan muchos interrogantes por responder sobre los hechos. Trujillo sin duda enfrenta el desafío de, además de luchar contra el olvido, sacar adelante el parque-monumento como un espacio de conmemoración que ya se empieza a erigir en medio de un conflicto persistente.

Hace más de diez años, con la intervención de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, el Estado Colombiano (1) se comprometió a reparar a las víctimas de los hechos violentos de Trujillo entre 1989 y 1994. Incluso, el presidente Ernesto Samper Pizano en trasmisión nacional reconoció la responsabilidad del Estado y pidió disculpas a las víctimas del conflicto. Actualmente, el caso sigue moviéndose en la justicia penal con varios sindicados y presuntos responsables, pero sin ninguna condena.

Como parte de la solución amistosa propuesta ante el sistema Interamericano y de su obligación en reparar, el Estado colombiano donó un terreno para la construcción de un parque monumento, que hoy se edifica como un ejercicio de conmemoración de la violencia en el municipio y de construcción de memoria, como complemento a la presentación del caso emblemático por parte del GMH.

En este terreno, las víctimas con sus propios recursos han construido una casa donde se reúnen. Allí estructuraron el plan de lo que desean sea el parque monumento: sus caminos, la media torta, los osarios, el mausoleo del Padre Tiberio Fernández, el oratorio y el mirador. La Asociación de Familiares de Víctimas de Trujillo (Afavit), poco a poco ha empezado a reunir los recursos para llevar a cabo el proyecto que hoy ya tiene forma, tanto que en este espacio se presentó el informe Trujillo: una tragedia que no cesa, el pasado 9 de septiembre.

El parque monumento es un sitio de conmemoración que conjuga tres características que son exclusivas si se compara con otros monumentos de este tipo en el mundo. En primer lugar, la relativa obligatoriedad del Estado para otorgar el terreno (muy común en países que están pasando por transiciones); en segunda medida, su construcción por parte de las víctimas, como en Chile, y finalmente el gran contraste entre la infraestructura del parque y la pobreza del municipio. Este último factor genera cierta resistencia de los habitantes del pueblo hacia el monumento.

Sin embargo, lo que hace único a este memorial es que evidencia el gran reto de los sitios de conmemoración y la búsqueda misma de la verdad en Colombia: ¿Cómo conmemorar con un conflicto vigente? ¿Cómo evitar que los monumentos sean inertes, pasajeros y excluyentes de las víctimas que día a día sigue generando un conflicto que no da tregua? En el caso del parque monumento se trata de las víctimas que fueron reconocidas por la CIDH y por el Estado en y hasta 1994. Lo que resulta sorprendente es que también es el universo de víctimas reconocido por el informe del GMH, elaborado 14 años después. Entonces, ¿qué ocurre con el grupo de víctimas desde 1994 hasta 2008? el parque monumento sigue en construcción, ¿por qué no incluir a las nuevas víctimas? Y más allá del caso en particular, los monumentos construidos en un conflicto que continúa, ¿están condenados a desconocer y olvidar a las víctimas que se generan después de su creación si no se reconoce la naturaleza prolongada del conflicto?

La reconstrucción de la memoria por sí sola no hace mayor cambio. Hay que recordar para prevenir, pero también recordar para detener. Se necesita atacar las causas de la violencia, mediante la creación empleo y la garantía de condiciones mínimas de dignidad a la población. Cuestión que la misma alcaldesa de Trujillo en su discurso en la entrega del informe recalcó: “En nuestro pueblo, sólo en dos lugares se puede conseguir empleo: el hospital y la alcaldía”. Pero además se debe hacer justicia. Se debe condenar a todas las personas (sin importar su cargo, investidura o poder), que por acción u omisión contribuyeron o están contribuyendo a la violencia que el municipio de Trujillo sufre desde hace casi dos décadas. Es necesaria una justicia con nombre propio y sin chivos expiatorios. Sin estos complementos, indudablemente en Colombia el ejercicio de memoria se deberá hacer, sobre todo, para las víctimas futuras.

Dentro de la tramitación del caso 11.007 ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), correspondiente a los Sucesos Violentos de Trujillo, se propuso una solución amistosa que fue acogida por los peticionarios durante el 87 período de sesiones de la CIDH, y que se formalizó mediante un Acta de Entendimiento que permitió la creación de una Comisión ad hoc para la investigación de los hechos.

Bajo la veeduría de la CIDH, la aludida Comisión desarrolló sus actividades entre octubre de 1994 y enero de 1995.

LA IMPORTANCIA DE LA MEMORIA HISTORICA

El Gmh inicia con el estudio de la Masacre de Trujillo la construcción de la memoria histórica del conflicto armado interno en colombia. este ejercicio se funda en la convicción de que es posible establecer un vínculo indisoluble entre la construcción de memorias y la construcción democrática. se trata de un proceso que parte del reconocimiento de: el carácter político de la memoria. La memoria es un campo de lucha en el que se dirime qué versión del pasado debe prevalecer en función del futuro que se quiere construir. Pero la memoria se construye desde relaciones asimétricas. es decir, no todas las memorias acceden en igualdad de condiciones a la escena política. Indígenas y campesinos no están en posiciones equivalentes a las élites. Las víctimas no tienen los mismos recursos para decir su verdad que los victimarios.

El papel fundamental de la memoria histórica en los procesos de democratización en situaciones de conflicto. Uno de los temas de debate en una transición, por precaria que ésta sea, es precisamente el

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