Mauro Fernández Acuña

Mauro Fernández Acuña, nació en la ciudad de San José, el 19 de diciembre de 1843, sus padres fueron Aureliano Fernández Ramírez y Mercedes Acuña Díaz Dobles; sin embargo, queda huérfano de padre desde temprana edad, fue su madre (que era maestra, así como lo fueron sus hermanas) quien se ocupó de su educación. Realizo sus primeros estudios, en escuelas de su ciudad natal. Graduado de bachiller, ingresó a la Universidad de Santo Tomás, donde recibió el título de abogado, en diciembre de 1869. Al año siguiente viajó a Europa, allí aprendió inglés y francés. Como educador, se manifestó en forma amplia y tuvo gran prestigio en sus funciones de Ministro de Instrucción Pública; contando con el apoyo decidido del Presidente Bernardo Soto. Su labor fue trascendental en cuanto a la reforma educativa, en consecuencia de la cual se cerraron las aulas de la Universidad de Santo Tomás y se crearon el Liceo de Costa Rica, el Colegio Superior de Señoritas y el Instituto de Alajuela. Mauro Fernández, consideraba que "la escuela era el supremo bien de Costa Rica, porque en ella se persiguen deliberadamente la democracia y la cultura. Era el lugar donde debía formarse el ciudadano: ahí se aprendía a amar a la patria y sus instituciones”. Su hija, María Le Fernández Le Cappellain, era la esposa del Presidente Federico Tinoco Granados. Mauro Fernández Acuña, fallece el 16 de julio de 1905 y para el 1955 fue declarado benemérito de la patria.

Trabajó en su profesión en Londres y luego, en Madrid, y para el año, 1880 fue el Secretario de Estado para la Instrucción Pública, Lic. Mauro Fernández Acuña, expuso una reforma educativa cuyo objetivo fue organizar bien la educación primaria, secundaria y profesional en Costa Rica. También fue diputado en 1885, 1892 y 1902. Asimismo, desempeño otros cargos como:

▪ Fue presidente del Congreso

▪ Ministro de Hacienda y Comercio,

▪ Magistrado Fiscal de la Corte Suprema,

▪ Profesor de Filosofía,

▪ Catedrático de Facultad de Derecho,

▪ Consejero de Estado y Director del Banco de Costa Rica.

Esto sucedió durante la administración presidencial del General Bernardo Soto.

Para eso, creó el Liceo de Costa Rica, el Colegio Superior de Señoritas y el Instituto de Alajuela.

Don Mauro, con su reforma educativa, hizo de la enseñanza primaria una profesión, creando las escuelas Normales que funcionaron junto a los colegios antes mencionados. Así, una legislación especial hizo de la enseñanza costarricense en un organismo técnico.

Esta reforma dejó al país excelentes resultados hasta la década de los años 60 en el Siglo XX.

Los cambios dados en el ámbito de la enseñanza nacional a partir de 1885, respondieron de manera específica a los requerimientos del proyecto político de corte liberal que mantenía el grupo en el poder , desde su adopción , una tendencia hacia el ejercicio del poder , primordialmente a través de métodos consensuales y no represivos. Dentro del nuevo esquema de gobierno, la educación tuvo un peso significación relevante, debido a su carácter de órgano óptimo para la generación de consenso. El plan de transformación educativa determinado por Mauro Fernández durante los años de 1885 a 1889, formó una combinación de los avances pedagógicos más importantes del momento, con las necesidades de la sociedad costarricense.

El creador de esta reforma fue don Mauro Fernández, Ministro de Instrucción Pública de don Bernardo Soto (1885-1889).

Los primeros pasos en dirección a la reforma educativa que intentaba Mauro Fernández se dieron en sus primeras comunicaciones. Estas iban dirigidas a las diferentes autoridades, como gobernantes y miembros de las municipalidades, que estaban a cargo de la administración y el control del sistema educativo. Sus lineamientos iban dirigidos hacia una enseñanza y con el objetivo de fortalecer en lo niños y jóvenes tres aspectos primordiales: el físico, el intelectual y el moral:

1. En cuanto al aspecto físico, se crea la necesidad de enseñar ejercicios gimnásticos adecuados al desarrollo físico, ejercicios manuales, canto, limpieza, higiene y aseo de las personas y las cosas.

2. En el aspecto intelectual, el conocimiento a transmitir por el maestro debe ser bien enseñado y dirigirse hacia resultados prácticos y positivos, estimular al niño para que cultive su espíritu con el esfuerzo propio e iniciarlo en los primeros conocimientos de la ciencia, y en general debe preferirse la calidad a la cantidad de la enseñanza ("poco pero bien enseñado").

3. Con respecto a la moral, el maestro debe ejercer vigilancia constante, debe evitar las discusiones filosóficas, porque que no lo permiten ni el carácter ni la corta edad de los niños, no debe exponer la teoría de la moral, sino ver bien los principios de la ley moral, la conciencia y el deber de trabajar sobre la voluntad del niño para lograr que este trabaje bien.

El plan inicial estaba guiado hacia una reforma integral que involucrara los tres niveles educativos: primaria, secundaria y superior. Mediante la reforma, que se llevaría a cabo por etapas:

1. En la primera etapa una reorganización total de la enseñanza primaria en sus diferentes aspectos tales como el administrativo, el académico y el económico.

2. En la segunda etapa la organización de la enseñanza media. Aquí, más que todo, crear instituciones y dictar lineamientos adecuados. Estas acciones tendrían como meta ampliar las oportunidades para que los jóvenes avancen a este nivel educativo y proporcionar, una formación académica más sólida.

3. En la tercera etapa: organizar la Universidad de modo que represente un papel más efectivo en la vida académica y cultural del país.

El plan se inició con la emisión de la Ley sobre Juntas de Instrucción Pública (1885), la Ley Fundamental de Instrucción Pública (1885) y la Ley General de Educación Común (1886).

Mauro Fernández ocupaba también la Secretaría de Hacienda y Comercio y en sus manos estaba la decisión sobre financiamiento educativo,

(No sobra decir que recibió siempre el apoyo del Presidente Bernardo Soto).

Lo anterior dejo que la educación obtuviera un muy buen sustento financiero. Se puede decir, que fue Mauro Fernández el impulsor de la profesionalización del maestro costarricense.

Abogado de prestigio, financista, profesor

...