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Mi Cuerpo Templo Del Espiritu Santo

delsa1326 de Abril de 2015

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MI CUERPO TEMPLO DEL ESPIRITU SANTO

¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros? Si alguno destruyere el templo de Dios, Dios le destruirá a él; porque el templo de Dios, el cual sois vosotros, santo es. 1 Corintios 3:16-17

El cuerpo humano es la estructura física y material del ser humano. El cuerpo es la parte del hombre que se relaciona con el mundo físico a través de los cinco sentidos. Nuestro cuerpo necesita ser alimentado correctamente y sanamente para mantenerse sano en forma y condición. Descuidar nuestra alimentación traerá consecuencias de debilidad, enfermedad o muerte física. Esto puede ser por no comer lo recomendado, en sus horas, o una dieta saludable. Muchas enfermedades son ocasionadas por una mala alimentación, la biblia nos advierte y exhorta a cuidar como buenos mayordomos o administradores nuestros cuerpos.

El cuerpo humano es un instrumento maravilloso para la expresión del alma. Todas nuestras ideas, incluso las más vagas; todas nuestras emociones, incluso las más ligeras, son aptos de una expresión adecuada por la acción principal de la palabra en sí misma, completada y enriquecida por la pronunciación de la voz, por la expresión de la mirada, por los gestos, por la actitud del cuerpo, por el porte y hasta por el modo de andar. Pero el ser humano no solo está formado de cuerpo. El ser humano tiene tres partes: el cuerpo, con que somos conscientes del mundo; el alma, con que somos conscientes de nosotros mismos y el espíritu, con que somos conscientes de Dios. El espíritu del hombre es el lugar en que establecemos toda comunicación con Dios y eso lo podemos ver en la biblia en ″Rom. 8:16; 1 Cor. 14:14″

El alma, ubicada entre el espíritu y el cuerpo, es el centro de la personalidad del hombre. El alma es un fuerte personal, el cual ni siquiera Dios puede violar. Allí en el alma el hombre tiene todo el poder de decisión, así nos queda el cuerpo que ya explicamos anteriormente lo que es. Este cuerpo tiene necesidades, las cuales deben ser remplazadas; no obstante, esto no significa gratificar el cuerpo. Si el cuerpo es complacido cada vez, se volverá un amo con más y más exigencias, y dejará de ser un siervo. El alma también se verá envuelta en sus apetitos y caerá en búsqueda del placer.

Podemos leer en la biblia que nuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, como hijos de Dios, tenemos al Espíritu; cada uno de nosotros somos templo del Espíritu Santo; entonces, si soy el templo del Espíritu Santo, la primera condición es vivir en santidad para que el Espíritu del Señor more en mí; acordémonos que Dios no habita en las tinieblas y no hay tinieblas en Él ¨1 Juan 1:5¨; si el Espíritu Santo va a estar habitando mi vida, morando en mí, debo vivir en santidad.

Hay una promesa no muy grata en la Palabra del Señor para quienes ensucian, pecan y destruyen el cuerpo; en 1 Corintios 3:17. Si permito que los vicios, los pecados sexuales, la mentira, el descontrol alimenticio reinen en mi vida, todo eso traerá enfermedad y resultados a mi cuerpo. Y así como yo no iría a un lugar a destruir sus paredes, ni a pintarlo con grafitis de la misma manera que soy reverente en cualquier lugar donde nos encontremos, tengo que ser temeroso de preservar el templo del Espíritu Santo que es mi cuerpo.

Por lo tanto debemos mantener el dominio sobre nuestros cuerpos, usar nuestro cuerpo para la gloria de Dios, cuidar nuestra salud, guardarnos de sentimientos dañinos, cuidar nuestra apariencia y vivir de una manera apropiada mediante el cual buscaríamos con todo nuestro ser glorificar y no atender a pasiones ni tentaciones que nos lleven a manchar el templo que se nos ha regalado, en donde debemos adorar en espíritu y verdad y donde no levantaremos ídolo alguno ni atenderemos a llamados de otros dioses como el placer, los vicios, las vanidades

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