Mi Discuros

Bogotá D.C Diciembre de 2013

Una etapa que culmina, una nueva etapa que inicia, una vida que continúa.

Esta frase, frase que me hace recordar cómo estos 11 años de mi vida y de todos nosotros han formado nuestro carácter, personalidad, y el criterio con el que saldremos a defendernos ante la vida.

Muy buenos días:

Ante todo agradezco la asistencia de todos los presentes, me place dirigirme ante usted Dr. Luis Carlos Arango director de la caja de compensación, Pabla Ardila de García, Pedro Forero rector de la institución, Padres de Familia, Estimados docentes y Queridos Compañeros.

Creo hablar en nombre de mis compañeros y compañeras, cuando digo que hoy tenemos la alegría de recibir este grado afirmando que este logro no ha sido producto únicamente de nuestros esfuerzos, conseguido con ganas y perseverancia.

Con nosotros y nosotras, han estado muchas personas y eso resulta maravilloso puesto que quiere decir que nuestros logros y alegrías, recuerdos y ganas de dar gracias, se multiplican por cada persona que nos ha acompañado en el proceso.

Esta nuestra ceremonia de grado, la culminación de una etapa en el colegio Colsubsidio ciudadela en la cual se verán reflejados sentimientos encontrados, algunas lágrimas rodaran por nuestras mejillas, sentiremos la satisfacción de haber llegado a esta meta y a la vez sentiremos zozobra por lo que sigue en nuestras vidas por delante.

Sin embargo la alegría no es el único sentimiento que nos embarga.

Hoy es un día para recordar, dar gracias, para esperar y tener esperanza.

Recordar lo que hemos vivido, luchado, quizás llorado, lo que hicimos o dejamos de hacer, pero recordamos más bien lo positivo, las risas, las anécdotas, los sacrificios y esfuerzos que nos hicieron más fuertes y las lecciones que marcaron ya nuestra vida.

Dar gracias a nuestro Dios del cielo que gracias a él tuvimos la fortaleza para dar lo mejor de nosotros día tras día, que se hace presente en la tierra a través de nuestras familias y de la firmeza y perseverancia que le dio y seguirá dando a nuestro espíritu. Un Dios que nos bendice con la vida, con los sueños que siembra en el corazón y que se multiplican cada vez que se cumple uno y con la amistad de quienes no se han conformado con el compañerismo sino que se han convertido en una familia no solo por la academia sino por el amor.

Agradezco a cada miembro de la comunidad ceic ciudadela por haber acogido a la comunidad icef de la mejor manera, por hacernos sentir bienvenidas, por crear junto a nosotras el colegio Colsubsidio ciudadela una nueva institución unificando valores y cultura. Cultura que podemos entender como el trato entre unos y otros, la unión como grado, porque todos entendimos que el amor y respeto se gana mediante

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