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Mi paisaje escolar


Enviado por   •  26 de Octubre de 2018  •  Informes  •  463 Palabras (2 Páginas)  •  64 Visitas

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 MI PAISAJE ESCOLAR

Mi lugar de trabajo es el ITI, Instituto Técnico Industrial Zona Norte. Un establecimiento de enseñanza Técnica ubicado en Barrio Los Bulevares de la ciudad de Córdoba.

El ITI solo tiene diez años . Lo creó  el Foro Productivo de la Zona Norte, un conjunto de empresas del lugar, con el objetivo de  formar técnicos que luego se desempeñasen en las fábricas cercanas y así proporcionar no solo la posibilidad de pasantías a nuestros alumnos, sino también una posible inserción laboral en el futuro. De todos modos esto solo fue hasta el año pasado cuando estas empresas se desentendieron de nuestra institución  y  pasó a ser Provincial.

El cole no es muy grande ediliciamente. Hay siete divisiones  en total . Tenemos un taller  donde los chicos realizan trabajos acordes a las materias técnicas, sala de informática y laboratorio de Química.

Contado de esta manera cualquiera podría imaginarse un taller con  elementos de  última generación, una sala de informática con  computadoras  que  se conectan de forma inmediata, y un laboratorio con mesadas repletas de    tubos de ensayo y reactivos.  Bueno realmente no es así. El taller tiene un torno y algunas otras máquinas añosas, pero que con el ingenio de mis compañeros docentes de taller dan grandes frutos. Las “ compus”  son viejitas y las mantienen nuestros profes técnicos. Yo  en cada reunión  junto todo tipo de descartables que los demás mandarían sin lugar a dudas a la basura, los que se convierten luego en tubos de ensayo, beackers , destiladores…

Cotidianamente reniego   con mis alumnos para que atiendan y estudien, pero a veces  cuando uno cree que nada les llegó, nos sorprenden.  Va una anécdota: En Diciembre pasado durante la Feria de Ciencias  se acercó  la mamá de un alumno de quinto  a la cual no conocía. Me preguntó si  era la profesora de Química y, para mi asombro, me agradeció. Contándome que su  hijo adolescente le había dado  un regalo para el día de la madre, y  lo raro de esto era  según su relato, que salvo los dibujitos  que hacía de pequeño, nunca más había recibido algo hecho por él. Yo seguía sin comprender. Para mi alegría y satisfacción,  ese regalo era   un perfume que realizamos  en un trabajo práctico  de química; con flores, cáscaras de cítricos y alcohol.  

 Y  así, con  pocos elementos,  dificultades, entusiasmo, nuestro  cole ha logrado una identidad propia gracias al  compromiso, dedicación, buena voluntad y sobre todo el  amor hacia esta profesión que nos apasiona de los docentes que trabajamos en él.

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