Modernizar Sin Privatizar - Caso Pemex

Nos encontramos en tiempos de reformas estructurales. Las cuales tienen como objetivo –según el titular del poder ejecutivo- generar un cambio progresivo en la economía. Reformas a largo plazo que nos hablan de desarrollo, prosperidad y modernidad. Por ello, decidimos inmiscuirnos en la reforma que ha sido considerada, además de ser la más controversial, la de mayor importancia en la agenda del actual gobierno: la reforma energética.

Consideramos que tenemos como mexicanos una obligación histórica y moral con nuestro país. No podemos comportarnos con indiferencia y apatía ante dicha situación. Es cierto que el debate se ha polarizado por versiones fatalistas de los distintos actores políticos. Para garantizar la confrontación de ideas, el debate no debe estar politizado.

Las modificaciones al artículo 27 y 28, los contratos de utilidad compartida son el núcleo de la reforma energética. Existe una cierta prisa por aprobar la reforma, siendo que esta entraría en vigor hasta el 2015.

Nos parece injusto decir que Pemex no es una empresa competitiva cuando:

• No. 1 en menores costos de producción.

• No.13 en reservas de crudo, una posición fuerte considerando el crecimiento orgánico de la empresa.

• No. 4 en producción de crudo.

• No. 14 en ingresos, con más de US$100 mil millones por ventas.

• No. 11 en el ranking de empresas petroleras.

Según la revista Fortune en cuanto a ingresos, Pemex en el 2009 estaba en la posición 31; en el 2010: posición 64; en el 2011: 49; y en el 2012: posición 34. Cabe destacar que dicho ranking contempla las 500 empresas con más ingresos a nivel mundial. Solo para comprender la magnitud de los niveles de ingresos que estamos hablando, América Movil de Carlos Slim está en la posición 149. Mientras nuestra paraestatal CFE se encuentra en la posición 491.

La reforma energética debe acompañarse de una reforma fiscal, debido a que el equilibrio presupuestal depende fuertemente de los ingresos de Pemex, pues, la carga fiscal es muy cercana al 70% como proporción de sus ingresos totales. Es decir, 70 centavos de cada peso que entra a Pemex, se van a la Secretaría de Hacienda por concepto de Impuestos, Derechos y Aprovechamientos. Con este régimen le dejamos un margen de maniobra muy pobre para que Pemex pueda modernizarse. Cabe destacar que Pemex solo invierte el 1% de sus ingresos en investigación.

Según Carlos Huerta (2012) ninguna empresa pública o privada en el mundo puede sostenerse con un régimen fiscal como el que tiene Pemex, que paga sus impuestos por anticipado y año con año tributa más de lo que obtiene como rendimientos, por lo que en los últimos 12 años entregó a la Secretaría de Hacienda

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