NIFF PARA PYMES
Reynita201416 de Octubre de 2014
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SEMINARIO INTERNACIONAL
TITULO: DESARROLLO DE NORMAS CONTABLES GLOBALES PARA PYMES
I. INTRODUCCIÓN
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Como es conocido de todos, el mundo se encuentra inmerso en un proceso de globalización e internacionalización de la economía, cuyos efectos se reflejan a través de transacciones de negocios que tienen como soporte principal la información financiera generada por los distintos entes que interactúan en un mercado global.
Es por ello que en la actualidad la información contable cobra un valor preponderante como garante del interés público, en especial para el sector financiero, los inversionistas, propietarios, acreedores, gobiernos, y público en general; pues es la base indispensable para las decisiones que se toman alrededor del ente económico, tanto en el orden interno como en el externo.
Esta circunstancia hace que la información financiera cobre un valor fundamental y tenga relevancia tanto para los mercados de capitales como para las pequeñas y medianas organizaciones empresariales que por su tamaño y modelo administrativo, requieren estructuras contables que les suministren información adecuada para competir con éxito tanto en el ámbito nacional como en el internacional.
De la misma manera, los agentes económicos requieren información preparada bajo bases de contabilidad elaboradas a partir de criterios homogéneos que respeten en lo pertinente el entorno y se ajusten a la legislación aplicable en cada país, pero que a su vez, sean comprensibles en un contexto económico mundial.
A este respecto, el tema de la normalización contable, es hoy materia de un enorme debate dadas las urgencias que suscita la globalización y la multiplicidad de usuarios nacionales y extranjeros que requieren información confiable sobre la situación financiera de las compañías, en especial, por la diversidad de intereses que en ellas convergen.
Llegado este punto, conviene resaltar que cuando se desea asumir una postura en torno de las normas de contabilidad que han de regir en una determinada Nación, son varios los criterios que se suscitan, los cuales van, desde quienes argumentan que deben asumirse sin discusión las Normas Internacionales de Información Financiera (international Financial Reporting Standards – IFRS), emitidas por la international Accounting Standars Board – IASB, adoptándolas en todos los países tal como han sido preparadas, es decir, sin ninguna modificación, depuración o análisis que permita concluir su concordancia con el entorno en el que se van a utilizar; hasta aquellas posiciones que sostienen que las normas contables deben producirse en el nivel local, con una concepción en el orden nacional, atendiendo a las especificidades propias de cada país; pasando por quienes sostienen una posición intermedia o de “convergencia” que sigue las normas internacionales (tratando de converger en ellas), pero respetando las características propias del lugar en el que se han de aplicar, así como el entorno económico, los tipos de industria y el tamaño de las organizaciones empresariales.
Así mismo, los escándalos financieros ocurridos en diferentes lugares del mundo, han puesto de presente la manifiesta necesidad de generar un modelo normativo que asegure la fidedignidad de la información financiera y la confianza de los usuarios y del público en general sobre la misma, en particular en lo referente a la veracidad de las cifras que se presentan en los estados contables.
En otras palabras se requiere que se estructure un modelo normativo que respete el interés público, entendido esté, no como el interés de los inversionistas, sino por el contrario, como el interés general o colectivo que se basa en el bien común y que involucra a toda la sociedad.
Este modelo por ende, debe ser concebido a partir del reconocimiento de las características propias de cada tipo de organización empresarial y del ámbito en el que se desarrolla; incluyendo para ello las similitudes económicas, culturales y organizacionales, al igual que su tamaño; pero a su vez, recogiendo las asimetrías o diferencias en estas materias. La meta debe ser pues, un marco normativo que armonice todos estos criterios.
Los países en vías de desarrollo y particularmente las pequeñas y medianas organizaciones empresariales - PYMES no son ajenas a esta situación, razón por la cual, se hace necesario que para este tipo de empresas se construya un modelo integral basado en las consideraciones expuestas.
Para el caso que nos ocupa, el modelo a desarrollar, deberá reconocer como se ha dicho, la diversidad y, al mismo tiempo armonizar en él, las características genéricas de las PYMES, en particular, en aspectos tan importantes como el tipo de organización y administración, el tamaño y dimensión empresarial, el sistema impositivo, el tipo de operación, el arquetipo económico imperante y sus variables consustanciales, políticas, legales y educativas; en síntesis, todos aquellos aspectos que tienen que ver con el entorno y con las cualidades y condiciones propias de este tipo de entes.
La generación de este modelo es una responsabilidad que concierne a los Contadores, a los gremios profesionales, a los gobiernos y reguladores, a los empresarios y, a los usuarios de la información financiera.
II. ANALISIS DE CONTEXTO
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La construcción de un modelo normativo coherente no puede elaborarse alejado del entorno o contexto en el que se ha de implementar o desarrollar el mismo. Es por eso que antes de proferir cualquier juicio de valor en un sentido u otro, conviene analizar el entorno en el que se ha de aplicar esta regulación.
En este estadio, resulta importante explicar que, si bien la tipicidad de las pequeñas y medianas empresas es común a aquellas que pertenecen a los países en vía de desarrollo y, que en gran medida difiere de las que tienen origen en el mundo desarrollado; para el caso objeto de análisis, por tratarse de un debate que se da en esta parte del mundo, el cual, tendrá efectos en nuestros países, se hace necesario valorar nuestra actual situación económica.
América Latina atraviesa por una coyuntura que encarna diferentes dificultades para avanzar en un proyecto de desarrollo consistente, de amplio espacio y de crecimiento económico dinámico. Las causas de esta coyuntura tienen que ver básicamente con la vulnerabilidad externa de las naciones de éste sector, con la inserción marginal de las mismas en el escenario mundial, con la ausencia de tecnología de punta, con el discutible nivel educacional, con la disparidad de reglas y con las intrincadas normas legales imperantes, en especial en lo que se relaciona con la legislación financiera, tributaria y contable.
Todo lo anterior unido a un pobre desempeño económico regional, nos muestra un cuadro de deterioro perceptible. Entre los factores externos que han incidido de manera directa en el empeoramiento regional se destacan:
La caída en los niveles de actividad económica de las economías industrializadas - Estados Unidos, Unión Europea y Japón), y la muy lenta e incierta recuperación de las mismas.
La contracción experimentada por el comercio mundial, lo cual se reflejó en una reducción importante de las exportaciones de bienes y servicios regionales.
La tendencia decreciente de los precios de los productos básicos (importantes renglones de exportación para la casi totalidad de países de Latino América), que aunque se han recuperado levemente en los últimos meses, permanecen todavía en niveles bajos.
El escaso e inestable financiamiento externo de la región. Es de resaltar la pérdida de dinamismo y la reducción de los plazos y el aumento de los costos de los flujos financieros procedentes del exterior.
El mantenimiento de una transferencia externa negativa de recursos financieros.
En el año 2003 la Inversión Extranjera Directa – IED, para América Latina y el Caribe, según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), disminuyó respecto del año 2002 en más de 8.513 millones de dólares y, respecto de los años 2000 y 2001, esta disminución ascendió a la sumas de 41.677 millones de dólares y, 33.068 millones de dólares, respectivamente, lo que significa un cambio radical en los intereses de inversión en nuestra región. Anexo No. 1
Por el contrario, el flujo de remesas internacionales efectuado por los emigrantes latinoamericanos, ha tenido un crecimiento dramático. En el año 2003 las remesas hacia América Latina alcanzaron los 38.000 millones de dólares sobrepasando los flujos combinados de Inversión Extranjera Directa – IED y de Ayuda Oficial para el Desarrollo – AOD. Anexo No. 2
Este adverso "escenario internacional", (en cierta medida aliviado por las remesas de los emigrantes), unido a restricciones de orden presupuestario ha impedido el uso de una política fiscal acorde con la situación, lo cual repercute en las economías de esta parte del continente.
Igualmente los desequilibrios y contradicciones macro y microeconómicas que se vienen presentando
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