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Natacion En Prescolar


Enviado por   •  13 de Octubre de 2014  •  2.183 Palabras (9 Páginas)  •  269 Visitas

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natacion precolar

A los tres años los niños ya son capaces de nadar, quizá no con total perfección, pero al menos pueden flotar en el agua y mover manos y brazos, aunque sea al estilo perrito.

Aunque muchas piscinas admiten a bebés a partir de los cinco meses, hasta el tercer cumpleaños los niños no son capaces de adquirir autonomía en el agua ni desarrollar los movimientos propios de la natación. Además, a esta edad los pequeños ya atienden a las explicaciones del monitor y pueden dirigir sus movimientos conscientemente.

Poco a poco

La primera regla de oro es no forzarles, ya que es contraproducente. Lo único que se puede hacer para ayudar al niño a vencer su pánico es convencerle de que en la piscina no pasa nada.

Después, debes seguir los siguientes pasos:

Es bueno que vea a otros niños jugando en la piscina, enseñarle el material auxiliar que le ayudará a mantenerse a flote y asegurarle que siempre estará en brazos de mamá, papá o su monitor.

También podemos pedirle que lance juguetes al agua para que vea cómo flotan.

El paso siguiente es meterse con él en el agua. Pídele que vaya soltando las piernas y los brazos de forma que solo le sujetes por debajo de las axilas. Puede jugar a salpicar con las manos o entretenerse con un juguete.

Si después de dos o tres sesiones sigue llorando desconsoladamente... siempre puede volver al año siguiente.

Una vez familiarizado con el agua, tiene que adaptarse a ella. Después de varias sesiones, el niño percibe diferencias en el peso corporal, entiende el concepto de equilibrio y cómo lograrlo, aprende a respirar... Pero todo lleva su tiempo y, aunque algunos avanzan muy rápido, lo normal es que tarden al menos dos meses en aprender a nadar con material de apoyo.

Para que puedan nadar sin ayuda, la media de tiempo varía mucho de un niño a otro. Depende del desarrollo de sus habilidades motoras y de la propia iniciativa del pequeño. En cualquier caso, por regla general, en poco más de un año suelen ser totalmente autónomos en el agua.

Material de apoyo para aprender a nadar

Cinturón de tablas: es un cinturón con tablitas pequeñas que se pueden quitar y poner. El niño se mantiene a flote y puede moverse con libertad.

Tablas en el bañador: cuando ya no necesita casi ayuda para mantenerse a flote, las tablas se introducen en su bañador.

Tabla de corcho: Sirve para ejercitar las piernas mientras se mantiene la cabeza y la parte alta del tronco por encima del agua.

Barras de flotación: también conocidas como «churros» o «bastones», son barras de espuma flexible a las que el peque se agarra para practicar movimientos.

Ya no se usa en clases de natación

Flotador: es difícil dar con el tamaño adecuado (no puede ser grande porque el niño puede colarse a través de él, ni pequeño porque puede causarle rozaduras y heridas). Si el niño se da la vuelta con un flotador puesto, es difícil que pueda volver a salir a la superficie sin ayuda. El flotador dificulta el movimiento de cintura para arriba.

Manguitos: son estupendos para los peques, pero los mayores que están aprendiendo a nadar acaban «colgándose» de ellos, lo que les resta agilidad para moverse con libertad por el agua.

Burbuja: solo tienen un punto de apoyo en flotación, la espalda, de forma que el peso del niño queda descompensado. Aunque le ayude a no hundirse, no permite el equilibrio adecuado.

Contenidos mínimos a desarrollar:

3.1. La adaptación:

La adaptación es un proceso continuo, que se va logrando en forma permanente: comienza con la adaptación ambiental (escuela nueva, vestuarios, natatorio) para continuar en la vivencia acuática.

Ya en el agua, la percepción de diferencias en el peso corporal, en el equilibrio, la visión, la audición, la respiración, son causas permanentes de adaptación. Si se realizan ejercitaciones adecuadas a la capacidad y necesidad del niño, aparece entonces la habilidad acuática que —bien elaborada— permite la iniciación del nado formal.

3.2. La horizontalidad:

Cuando se habla de traslación acuática económica se piensa en las posiciones hidrodinámicas del cuerpo.

En esta etapa del aprendizaje buscamos que el niño logre la horizontalidad de su cuerpo, tanto en posición dorsal como ventral. Ambas se fundamentarán en el mantenimiento permanente del equilibrio del cuerpo, incluyendo además las múltiples posiciones que ofrece la actividad acuática.

Ya al llegar a los 5 años logra con éxito la flotación vertical y la lateral, tanto en situación dinámica como estática.

3.3. Los movimientos:

¿Por qué las piernas primero?:

Es habitual que las piernas sean protagonistas importantes en los primeros desplazamientos. Esto es sin duda porque el pedaleo primero, y luego el batido de crol se asemejan a la acción de caminar, donde el movimiento es alternado y continuo.

Es muy importante incorporarlo en todas las situaciones: en la flotación ventral (batido de crol), en la flotación dorsal (batido de espalda), para emerger luego de un salto, para desplazarse luego de un impulso de piernas, etc.

Otra de las causas de porqué las piernas primero es la necesidad de usar elementos flotantes que se llevan con los brazos o las manos, y que favorecen el equilibrio del cuerpo durante las primeras ejercitaciones.

Las piernas y la patada de pecho:

Antes de comenzar el aprendizaje de la patada de pecho —movimiento simétrico simultáneo— el niño debe conocer la flexo-extensión del pie y la sensación de empuje por apoyo de plantas y extensión de piernas.

Si partimos de la base de que ya a los 4 años trabajaremos claramente los empujes y extensión de piernas, un niño de 5 años podrá lograr la patada de pecho.

Las piernas y la patada de mariposa:

Como experiencia de movimiento es semejante al subir y bajar de la patada de crol, pero aparece la simultaneidad, que complejiza el movimiento.

De los 5 años en adelante, lo esperable es que no todos puedan, pero

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