Niveles De Comprensión

LOS RETOS DEL ASESOR Y AUDITOR COMO AGENTE DEL CAMBIO EDUCATIVO

Implementar un proceso de cambio en las instituciones educativas requiere además de las capacidades y habilidades de quienes la conforman, de un fuerte impulso de agentes externos, capaces de conducir los esfuerzos de manera adecuada. Para Fullan (2001) el apoyo externo es una condición esencial para el desarrollo de capacidades en la escuela, es esencial para el éxito. Los agentes externos del cambio van a ser quienes empujen hacia adelante, levantando nuevos desafíos pero apoyando el desarrollo de estrategias y herramientas propicias para iniciar y mantener la innovación.

Los agentes externos de cambio juegan un papel significativo en la implementación de cambios e innovaciones.

¿Quiénes son los agentes externos que deben liderar el cambio en las instituciones educativas? ¿Qué implicaciones y riesgos implica asumir este rol?

El asesor y el auditor en su rol como agente de cambio, tienen la oportunidad de brindar acompañamiento a directivos y docentes en procura de mejorar la calidad educativa. El cumplimiento de sus perfiles y funciones es esencial para apoyar la innovación. Esta tarea no es fácil, implica nuevos retos y expectativas, por ello deben estar conscientes de la enorme responsabilidad y de los riesgos que implica asumir este rol.

Según el Modelo de Apoyo y Seguimiento a la Gestión Educativa, el asesor educativo tiene entre sus funciones el elaborar estados de situación de la innovación pedagógica, orientar actividades de innovación y cambio educativo centradas en las instituciones, ya sea de manera individual, grupal o en redes cooperativas. Entonces, el asesor es uno de los agentes externos que tiene la enorme compromiso de apoyar el desarrollo de innovaciones, para lo cual debe estar preparado profesionalmente y con una actitud abierta al diálogo, a brindar confianza y a acompañar acertadamente en cada fase del proceso de cambio.

El auditor educativo, según este modelo, tiene como función proveer información válida y confiable que permita conocer el estado de situación y sus cambios, a fin de poder asistir a los centros educativos y definir el tipo de ayuda que necesitan para potenciar sus resultados. El auditor también actúa como agente externo y necesariamente debe hacerlo con gran responsabilidad, a fin de que sus informes proporcionen los datos necesarios para poder implementar cambios e innovaciones en las instituciones educativas.

Los asesores y auditores educativos tienen que tener presente que ningún cambio es durable, pues no persiste por todo el tiempo; por eso es imprescindible que apliquen las estrategias necesarias para hacer que los actores educativos sean independientes y autorenovadores para garantizar la continuidad y generación de nuevas innovaciones.

Es necesario que estos agentes externos, asesores y auditores, puedan proveer alternativas a quienes integran la institución, de modo que se pueda evitar que la innovación presente una regresión y que por el contrario pueda avanzar hacia etapas elevadas de desarrollo.

Ante el riesgo de que el acompañamiento no produzca el efecto deseado, es necesario que los asesore y auditores utilicen como estrategia la negociación y la reflexión para hacer que la institución llegue a hacer realmente suya la innovación, que sus miembros se comprometan, cooperen, solo con ello se podrá tener menos posibilidades de resistencia al cambio o de abandono.

Para que los cambios e innovaciones tengan el éxito deseado, los agentes externos deberían promoverlos en base a las necesidades propias de cada institución, o a las necesidades comunes de las instituciones de un circuito; pues si existe un balance justo entre lo que la institución necesita y lo que los involucrados están dispuestos a realizar, las probabilidades de éxito serán mayores.

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