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Nunca Tanto


Enviado por   •  15 de Septiembre de 2014  •  422 Palabras (2 Páginas)  •  124 Visitas

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El enorme léxico en el que ha plasmado su presencia desde hace ya un tiempo la tecnología y en especial la informática, ha condecorado para bien o para mal nuestras vidas. No fue así cuando éramos niños, cuando la vida y nuestro entorno era por así decirlo más natural, llevaba en sus fibras íntimas el aroma, el perfume y la visión clara de los colores. El mundo se ha ampliado ante nuestros ojos, pero ha perdido aquel sabor y gusto que tanto nos agradaba. Esto no quiere decir que hemos dejado de lado la pertenencia, lo humano, no obstante cada vez nos cuesta más hallar el misterio y el asombro propio y único. En la actualidad tenemos amigos remotos y virtuales que seguramente jamás conoceremos o apretaremos sus manos en un abrazo, sólo está ahí y sabemos el horario en el que se conecta. Nos gusta lo que dice o sus favoritos, nos agrada su página y lo que escribe. Aunque somos de carne y hueso hay algo de nuestro ser que se esparce por el universo y que no es precisamente moléculas o átomos, sino ondas y configuraciones que precisamente nada tienen que ver con nosotros aunque también sí. En este espectro, en esta especie de sombra el nuevo síntoma de la modernidad y del avance nos distancia del origen, de la célula madre, de la forma única hecha por medio del amasijo de agua y barro. ¿Será ese futuro indómito y circundante el que nos espera? Aquel que a cada momento o fracción de tiempo cambia de forma por medio de ecuaciones binominales y que más se parece a un espejo inexistente y no al que se miraba la pequeña y cándida Alicia. La nueva y moderna vida ha traído un léxico nuevo y atractivo que ya los seres de edad manejan poco o casi nada, les cuesta a ellos comprender lo que es una Web, una configuración o lo que significa una Red, es como si les hablaran en chino, sin embargo, para las nuevas generaciones resulta ser tan atractivo que las paredes de sus cuartos es el único monumento a la sobrevivencia y de aquel paraje de cemento no salen, sólo para abrir la puerta y alcanzar el plato de comida tal como lo hacía sólo que en otra circunstancia el Conde de Montecristo.

Debemos equilibrar los términos, si es preciso revolcarnos a gusto en los tres tiempos, saber del otro y ayudarle, pertenecer, ser y estar en el único tiempo cósmico e indescriptible, aún estamos y somos.

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