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Oratoria Y Locución


Enviado por   •  5 de Marzo de 2014  •  9.867 Palabras (40 Páginas)  •  207 Visitas

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INTRODUCCIÓN

Los vertiginosos avances tecnológicos de nuestra época están provocando una especie de ofuscación en quienes necesitamos comunicarnos: todos los seres humanos. La atención en el campo de las comunicaciones se ha concentrado en las computadoras, los satélites, el teléfono y la televisión, a tal grado que parece haber una tendencia a olvidar la escritura y la expresión oral cara a cara.

El chateo, muy común entre los jóvenes como también en los adultos, ha transformado el lenguaje en un sistema de signos poco entendible para muchas personas, lo que hace muchas veces que la comunicación no sea entendible por no conocer el código respectivo.

Este curso pretende entregar a Ud. las herramientas básicas para una buena comunicación en todo el ámbito de ella.

¡Bienvenido a este maravilloso mundo de la comunicación!

UNIDAD TEMÁTICA I

COMUNICACIÓN

1.1 ¿Qué es la comunicación?

Es el proceso a través del cual se intercambia información, se establecen compromisos y se manifiestan nuestras emociones.

Para que la comunicación sea realmente completa y efectiva falta otro factor fundamental llamado “raport”, ángel o simpatía, junto con otro no menos importante, la “EMPATÍA” o mirar y sentir las cosas, no como YO las imagino o percibo, sino desde otro lado, del lado de mi interlocutor y ponerme en su lugar, mirar y sentir las cosas desde su perspectiva y punto de vista.

La siguiente expresión, que usted puede comentar con sus compañeros de curso, hará más clara la distinción entre entender y comprender en comunicación.

“TE ENTIENDO.....PERO NO TE COMPRENDO”

1.2 Modelo de la comunicación.

Esto hace que demos un breve repaso al modelo que conocemos en comunicación, que nos permitirá llevarlo al ámbito de la instrucción para garantizar un efectivo aprendizaje entre nuestros alumnos. Tengamos presente que, cuando un organización, institución o empresa nos encomienda instruir un grupo de su personal, lo hacen sin tener presente el conocido slogan: “Que aprueben los más capaces”.

Nuestra misión será ofrecerles una capacitación que los dote de nuevas herramientas, conocimientos e impulsos por hacer las cosas mejor que lo que las estaban haciendo. No se trata de cursos o de sesiones para desanimar a la gente, desaprobando su estudio. Todo el esfuerzo del instructor debe estar orientado a “comunicarse con efectividad”, lo cual significa, desde un comienzo, establecer EMPATÍA con su grupo de participantes, comprenderlos en su realidad personal, familiar y laboral y, por lo tanto, desarrollar sesiones prácticas, atractivas, motivadoras, activas y que cumplan los objetivos que se ha propuesto la organización, para dar solución a un problema detectado.

Esta es su misión como instructor efectivo y confiable.

No olvidemos las corrientes de ENTRADA, PROCESO Y SALIDA y la importancia de hacer cada una ellas un factor de “CALIDAD” para garantizar un resultado o producto exitoso. A nivel de comunicación esto es vital, por cuanto cualquier “mini –detalle” de un participante que nos “ponga en aviso” que los objetivos no se están logrando, nos permitirá “reciclar” o volver a repetir el proceso, para mejorar o corregir lo que sea necesario para lograr esos deseados objetivos. Ello demanda manejar con expedición todas las estrategias, técnicas y métodos que contempla el presente curso. De ahí la necesidad de comprender y manejar con total dominio un modelo dinámico de “comunicación didáctica”. Observe la siguiente ilustración:

Cuadro 1.1 Proceso de la comunicación.-

Todos estamos familiarizados con este modelo básico, pero para aclarar un malentendido muy común, bastan los elementos citados.

Se dice que cuando conversamos con alguien para algún “propósito” (el propósito es un factor siempre presente en toda comunicación), la dinámica del proceso se realiza al igual que un partido de tenis o de ping-pong:

Soy “emisor” si yo tengo la pelota o la palabra y me encuentro enviándola en esos instantes; mi interlocutor es por lo tanto el “receptor” si él está recibiendo o percibiendo el mensaje. En el momento de responder o de acotar algo a lo dicho por el emisor, el receptor se convierte automáticamente en emisor y su compañero en receptor (bidireccionalidad). Es decir, los papeles se invierten, lo cual convierte este acto comunicativo en una dinámica permanente de ida y vuelta del mensaje. Este ha sido tradicionalmente el concepto, porque se interpreta erróneamente a la comunicación como sólo “la expresión hablada”, vale decir el mensaje verbal u oral, lo que se expresa mediante la voz.

Por lo general se deja de lado uno de los mensajes más significativos, más veraces y sinceros del ser humano, que es su expresión o mensaje gestual o corporal. Son expresiones naturales, espontáneas, y muchas veces son imperceptibles para el comunicador que no sabe interpretarlas o que no es capaz de codificar en su verdadero significado. Por lo tanto, las pasa por alto, ateniéndose sólo a lo que la persona “habla” o expresa en forma “verbal”. Al hablar, frecuentemente las personas no dicen lo que sincera e internamente está sintiendo o pensando.

De ahí entonces que, especialmente en el caso del instructor, la comunicación NO debe transcurrir como un partido de ping-pong o de tenis, sino que debe ser un proceso único, en el cual ambos interlocutores son “simultáneamente” EMISORES/ RECEPTORES a la vez. Podrá ser “emisor verbal” en un momento dado, pero en ese mismo instante es, y debe ser, un atento “receptor visual” para captar cada detalle de lo que su interlocutor expresa a través de sus gestos (ojos, labios, mandíbulas, cejas, etc.) y expresión corporal (hombros, manos, color de la piel, posición o actitud, espacio entre ambos interlocutores, etc.). Cada gesto, cada actitud, cada expresión corporal cobra significado; es sólo cuestión de aprender

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