Oratoria Y Locución
Diego04875 de Marzo de 2014
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INTRODUCCIÓN
Los vertiginosos avances tecnológicos de nuestra época están provocando una especie de ofuscación en quienes necesitamos comunicarnos: todos los seres humanos. La atención en el campo de las comunicaciones se ha concentrado en las computadoras, los satélites, el teléfono y la televisión, a tal grado que parece haber una tendencia a olvidar la escritura y la expresión oral cara a cara.
El chateo, muy común entre los jóvenes como también en los adultos, ha transformado el lenguaje en un sistema de signos poco entendible para muchas personas, lo que hace muchas veces que la comunicación no sea entendible por no conocer el código respectivo.
Este curso pretende entregar a Ud. las herramientas básicas para una buena comunicación en todo el ámbito de ella.
¡Bienvenido a este maravilloso mundo de la comunicación!
UNIDAD TEMÁTICA I
COMUNICACIÓN
1.1 ¿Qué es la comunicación?
Es el proceso a través del cual se intercambia información, se establecen compromisos y se manifiestan nuestras emociones.
Para que la comunicación sea realmente completa y efectiva falta otro factor fundamental llamado “raport”, ángel o simpatía, junto con otro no menos importante, la “EMPATÍA” o mirar y sentir las cosas, no como YO las imagino o percibo, sino desde otro lado, del lado de mi interlocutor y ponerme en su lugar, mirar y sentir las cosas desde su perspectiva y punto de vista.
La siguiente expresión, que usted puede comentar con sus compañeros de curso, hará más clara la distinción entre entender y comprender en comunicación.
“TE ENTIENDO.....PERO NO TE COMPRENDO”
1.2 Modelo de la comunicación.
Esto hace que demos un breve repaso al modelo que conocemos en comunicación, que nos permitirá llevarlo al ámbito de la instrucción para garantizar un efectivo aprendizaje entre nuestros alumnos. Tengamos presente que, cuando un organización, institución o empresa nos encomienda instruir un grupo de su personal, lo hacen sin tener presente el conocido slogan: “Que aprueben los más capaces”.
Nuestra misión será ofrecerles una capacitación que los dote de nuevas herramientas, conocimientos e impulsos por hacer las cosas mejor que lo que las estaban haciendo. No se trata de cursos o de sesiones para desanimar a la gente, desaprobando su estudio. Todo el esfuerzo del instructor debe estar orientado a “comunicarse con efectividad”, lo cual significa, desde un comienzo, establecer EMPATÍA con su grupo de participantes, comprenderlos en su realidad personal, familiar y laboral y, por lo tanto, desarrollar sesiones prácticas, atractivas, motivadoras, activas y que cumplan los objetivos que se ha propuesto la organización, para dar solución a un problema detectado.
Esta es su misión como instructor efectivo y confiable.
No olvidemos las corrientes de ENTRADA, PROCESO Y SALIDA y la importancia de hacer cada una ellas un factor de “CALIDAD” para garantizar un resultado o producto exitoso. A nivel de comunicación esto es vital, por cuanto cualquier “mini –detalle” de un participante que nos “ponga en aviso” que los objetivos no se están logrando, nos permitirá “reciclar” o volver a repetir el proceso, para mejorar o corregir lo que sea necesario para lograr esos deseados objetivos. Ello demanda manejar con expedición todas las estrategias, técnicas y métodos que contempla el presente curso. De ahí la necesidad de comprender y manejar con total dominio un modelo dinámico de “comunicación didáctica”. Observe la siguiente ilustración:
Cuadro 1.1 Proceso de la comunicación.-
Todos estamos familiarizados con este modelo básico, pero para aclarar un malentendido muy común, bastan los elementos citados.
Se dice que cuando conversamos con alguien para algún “propósito” (el propósito es un factor siempre presente en toda comunicación), la dinámica del proceso se realiza al igual que un partido de tenis o de ping-pong:
Soy “emisor” si yo tengo la pelota o la palabra y me encuentro enviándola en esos instantes; mi interlocutor es por lo tanto el “receptor” si él está recibiendo o percibiendo el mensaje. En el momento de responder o de acotar algo a lo dicho por el emisor, el receptor se convierte automáticamente en emisor y su compañero en receptor (bidireccionalidad). Es decir, los papeles se invierten, lo cual convierte este acto comunicativo en una dinámica permanente de ida y vuelta del mensaje. Este ha sido tradicionalmente el concepto, porque se interpreta erróneamente a la comunicación como sólo “la expresión hablada”, vale decir el mensaje verbal u oral, lo que se expresa mediante la voz.
Por lo general se deja de lado uno de los mensajes más significativos, más veraces y sinceros del ser humano, que es su expresión o mensaje gestual o corporal. Son expresiones naturales, espontáneas, y muchas veces son imperceptibles para el comunicador que no sabe interpretarlas o que no es capaz de codificar en su verdadero significado. Por lo tanto, las pasa por alto, ateniéndose sólo a lo que la persona “habla” o expresa en forma “verbal”. Al hablar, frecuentemente las personas no dicen lo que sincera e internamente está sintiendo o pensando.
De ahí entonces que, especialmente en el caso del instructor, la comunicación NO debe transcurrir como un partido de ping-pong o de tenis, sino que debe ser un proceso único, en el cual ambos interlocutores son “simultáneamente” EMISORES/ RECEPTORES a la vez. Podrá ser “emisor verbal” en un momento dado, pero en ese mismo instante es, y debe ser, un atento “receptor visual” para captar cada detalle de lo que su interlocutor expresa a través de sus gestos (ojos, labios, mandíbulas, cejas, etc.) y expresión corporal (hombros, manos, color de la piel, posición o actitud, espacio entre ambos interlocutores, etc.). Cada gesto, cada actitud, cada expresión corporal cobra significado; es sólo cuestión de aprender a interpretar estos códigos no hablados y verán que la comunicación se enriquecerá al contar con otros elementos de juicio para determinar si se cumplen o no los propósitos deseados en todo acto comunicativo.
El cuadro siguiente grafica este proceso dinámico:
Cuadro 1.2
Obsérvese que ambos interlocutores son, además de emisores/ receptores simultáneos, un “CANAL”. Esto llama la atención, porque sabemos que en comunicaciones todo canal es un medio, un intermedio que sirve de puente para que un mensaje cuente con un soporte para poder llegar a los interlocutores. Es así como el aire sirve de canal o puente para que las “ondas sonoras” se transmitan o programen hacia nuestros interlocutores. Los medios audiovisuales (pizarra, proyectoras, video- grabadores, etc.) son un excelente ejemplo de CANALES, medios o puentes para transportar un mensaje determinado.
Pero, el ser humano, el instructor, cada participante, ¿son también CANALES? Desde luego. Considere lo siguiente: un mensaje es una secuencia de ideas ordenadas lineal y lógicamente para ser portadoras de “significado”, y estas ideas son entes “abstractos”, no visibles (se forman en nuestro cerebro por una serie de procesos, biológicos, químicos y físicos) necesitan de algo para poder cobrar existencia y hacerse real, ya sea en forma de sonidos (señales auditivas) o de imágenes, movimientos, gestos, etc. (señales visuales, táctiles o kinestésicas).
¿Qué o quién hace de puente, de “medio” para que este proceso interno, no visible del mundo de las ideas, se exprese hacia el exterior del cerebro humano? Nada menos que el propio ser humano, instructor o participante, etc. Él es quien debe codificar esos estímulos internos que le envía su cerebro y convertirlos en señales perceptibles para otros a través de sus propios elementos corporales (voz, movimientos). A su vez también debe ser capaz de interpretar lo que ve, escucha, siente, huele o saborea (sus 5 sentidos), vale decir, descodificar esas señales por medio de sus 5 sentidos para enviarlas a su vez al cerebro para su procesamiento y almacenamiento. En otras palabras…nuestro cuerpo es un CANAL O MEDIO, al mismo tiempo que un EMISOR/ RECEPTOR.
Debemos tener claro que todo acto comunicativo conlleva un PROPÓSITO: “afectar” a nuestro interlocutor en alguna manera. Como diría un instructor, el propósito de todo acto comunicativo es “producir un cambio de conducta esperado” o anticipado por medio de una “intención”, y esa intención se expresa en la formulación de objetivos.
La comunicación se realiza mediante la expresión verbal y la no verbal. Llevando este proceso al aula, veamos cómo transcurre esta dinámica y a qué problemas se enfrenta.
1.3 Funciones de la comunicación.
Fijemos, como lo haría una instantánea fotográfica, los diversos elementos de la comunicación, todos ellos igualmente necesarios para su funcionamiento:
La función referencial. Por lo general, la labor del mensaje es proporcionar una información relativa al mundo exterior. La intención predominante de algunos mensajes está centrada
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