PARADIGMAS CUANTITATIVO Y CUALITATIVO EN LA INVESTIGACIÓN SOCIO-EDUCATIVA: PROYECCIÓN Y REFLEXIONES *
fefita6 de Febrero de 2013
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PARADIGMAS CUANTITATIVO Y CUALITATIVO EN LA INVESTIGACIÓN SOCIO-EDUCATIVA: PROYECCIÓN Y REFLEXIONES *
Lidia Gutiérrez B. Instituto Pedagógico Rural "El Mácaro"
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Resumen
Palabras Claves
Planteamientos Previos
Antecedentes Históricos de los Paradigmas
Soporte filosófico del paradigma cualitativo de la investigación socio-educativa
Relación Sujeto-Objeto
Propósitos de la Investigación
Conceptos claves que enfatizan
Proceso de Investigación
Estrategia de Investigación
Escenario de la Investigación
Credibilidad de los hallazgos
Discurso del Informe
Notas
Referencias
La Autora
Resumen
En este trabajo se intenta precisar las implicaciones filosóficas, epistemológicas y metodológicas que están presentes en el contexto de los paradigmas cuantitativo (convencional) y cualitativo (emergente) de investigación socio-educativa. Se propone un esquema de análisis que considera los siguientes aspectos: (a) Antecedentes Históricos (contextualización de las situaciones que dan origen a cada paradigma dentro del marco de la Ciencia); (b) Soporte Filosófico del Paradigma Cualitativo de la Investigación Socio-educativa (supuestos implícitos); (c) Modo de expresión que asume cada paradigma en la relación sujeto-objeto; (d) Propósitos de la Investigación (criterios de decisión según el objeto de estudio); (e) Conceptos que se manejan en cada uno de los contextos; (f) Proceso de Investigación (modos de abordar la investigación en cada paradigma); (g) vía deductiva del paradigma cuantitativo y la vía inductiva del paradigma cualitativo; (h) Concepciones en cuanto al ambiente (escenario) en donde se realiza la investigación; (i) Criterios de credibilidad de los hallazgos; (j) Diferencias en el discurso de los informes de investigación.
Palabras Claves:
Investigación cualitativa, Paradigma, Metodología de la Investigación
Planteamientos Previos
La exposición está basada sobre cuatro planteamientos previos:
Primer planteamiento. Vamos a iniciar afirmando que existen diferencias entre los paradigmas1 cuantitativo y cualitativo de la investigación socio-educativa. Este planteamiento es contrario a la manera como se quiere hacer ver la divergencia desde puntos de vista muy personales y en ocasiones simplistas.
Autores como, por ejemplo Smith (1983), Pérez Gómez (1985), Shulman (1986), discriminan dos paradigmas en la investigación socio-educativa. Para esbozar una aproximación de cada uno de estos paradigmas utilizaremos la expresión paradigma cuantitativo para referir-nos al paradigma "tradicional" o "clásico" de investigación expresado mediante las tendencias racionalistas, positivistas, empiristas, cuantitativa, predominantes en la investigación socio-educativa hasta la década del 60. Mientras que el paradigma cualitativo representa las tendencias interpretativa, fenomenológica, hermenéutica, naturalista, etnográfica, que figura en la investigación socio-educativa desde la década de los años setentas2. Otros autores, como Carr y Kemmis (1988), diferencian un tercer paradigma que denominan paradigma crítico para agrupar las tendencias de la investigación de denuncia, de investigación acción, de la producción o descubrimiento de teorías para el mejoramiento, cambio y transformación.
Segundo planteamiento. Las diferencias ocultas o manifiestas entre ambos paradigmas van más allá de las teorías y métodos utilizados, hasta llegar a una concepción filosófica. Las discrepancias entre los paradigmas cuantitativo y cualitativo en la investigación socio-educativa arrojan un planteamiento trascendental que supera el aspecto instrumental y/o teórico de un estudio. Tales discrepancias se expresan en una manera distinta de afrontar la vida, de abordar los problemas. El llamado "debate metodológico" (el cual no es nada nuevo 3) ha marcado en la historia las diferencias entre ambos paradigmas.
Tercer Planteamiento. Cada paradigma surge en un contexto histórico-político-social-cultural particular, en donde -interpretando a García Guadilla (1987)- el motor que impulsa la creación es la insatisfacción ante las respuestas que da un paradigma a interrogantes formuladas sobre el quehacer de la investigación. Es necesario hacer aquí la acotación sobre posiciones que consideran no existir ruptura y/o discontinuidad de paradigmas sino más bien complementariedad.
Antecedentes Históricos de los Paradigmas
Las discrepancias existentes entre los paradigmas cuantitativo y cualitativo de la investigación socio-educativa se inician en el enfrentamiento de los supuestos filosóficos del positivismo y del idealismo científico 4 (Smith, 1983).
En el recuento histórico, la metodología de la investigación (como modo de enfocar problemas y buscar res-puestas) en el campo educativo en particular y de la investigación social en general viven en el siglo pasado un momento crucial en el cual se interroga acerca de si las ciencias sociales pueden o no "tomar prestada" la metodología de las denominadas ciencias físicas para investigar el mundo social y humano. Tal pregunta genera inquietudes acerca de la pretendida unidad en las interrogantes de la ciencia. En este contexto, el grupo identificado como positivista 5 (conformado por Comte, Mill, Durkheim) estaba trabajando dentro de la tradicional forma empirista establecida por Newton y Locke. En otro lugar, el grupo que pudiera denominarse idealista (tales como Dilthey, Rickert, Weber) encontraron una filosofía particular a partir de la tradición Kantiana.
Autores como Taylor y Bogdan (1986) declaran que en las ciencias sociales han prevalecido principalmente dos perspectivas teóricas principales. Los positivistas (Comte, Durkheim) quienes buscan los hechos o causas de los fenómenos sociales con independencia de los estados subjetivos de los individuos y los fenomenólogos6 (Husserl, Schutz) quienes quieren entender los fenómenos sociales desde la propia perspectiva del actor.
La más alta cuota del positivismo está planteada en la posición de Comte y se desarrolla mediante dos líneas de pensamiento: primero, que la sociedad evoluciona desde la posición teológica a la metafísica hasta llegar al positivismo. En este sentido, el conocimiento está basado en la ciencia y en los métodos científicos. La segunda línea de pensamiento está referida a la jerarquía de las ciencias que según su emerger histórico corresponden en este orden: matemáticas, astronomía, física y en último lugar la sociología.
Apoyadas en estos planteamientos, las ideas positivistas se desarrollan de manera relevante en el siglo XIX desde una perspectiva de cuantificación. Más adelante, el pensamiento positivista propuesto por Durkheim declara a los elementos o factores sociales como cosas (algunos autores expresan esta declaración como la "cosificación" de las ciencias sociales) y con esto se quiere establecer que el objeto de estudio de las ciencias sociales puede ser tratado de la misma forma como lo hacen las ciencias físicas. Esto implica, por una parte, aceptar que el objeto de estudio de las ciencias sociales es posible independizarlo de los sujetos de la investigación y sus pensamientos, luego el objeto de estudio existe con o sin significados intrínsecos, tal como ocurre en las ciencias físicas. El conocedor y lo conocido o por conocer se pueden separar y los científicos sociales adoptan el rol de observador independientemente de la existencia de la realidad. Por otra parte, el pensamiento de la escuela positivista llega a concebir la investigación social como una actividad neutral en relación a valores, puesto que desde este punto de vista la investigación cree tener poder para: eliminar todo sesgo y preconcepción, no estar envuelta en situaciones emocionales o actitudinales, trascender más allá de la apariencia y del sentido común.
El uso del enfoque científico para el estudio del mundo social comienza a tomar un rumbo diferente a partir de enfoques desarrollados en Alemania, los cuales contrastaban con el pensamiento positivista imperante. Dentro de la tendencia idealista de la filosofía, el primero en resaltar un cambio en la concepción metodológica de las ciencias sociales fue Dilthey. Sus argumentos se basan en que las ciencias físicas poseen objetos inanimados, en cambio en los estudios de las ciencias sociales es imposible separar el pensamiento de las emociones, la subjetividad, los valores. La complejidad del mundo social presenta cambios constantemente y es imposible establecer leyes similares a las existentes en las ciencias físicas. La posición de Dilthey consiste en proponer a las ciencias culturales ser más descriptivas y concentradas sobre la comprensión interpretativa que en ser predictivas o explicativas. La comprensión interpretativa es concebida por Dilthey como un proceso hermenéutico en el cual la experiencia humana depende de su contexto y no se puede descontextualizar ni utilizar un lenguaje científico neutral. Dice Bourdieu (1987) "...en tanto no hay registro perfectamente neutral no existe una pregunta neutral".
De manera similar a Dilthey, Weber (personaje que sirve de medio de expresión de las ideas del filósofo alemán Friederich Nietzsche) enfatiza que la comprensión interpretativa es el objetivo del quehacer de las ciencias sociales y argumenta que nada puede ser comprendido con la ausencia del contexto. A diferencia de Dilthey, Weber
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