PENSAMIENTO PEDAGOGICO MODERNO

PENSAMIENTO PEDAGOGICO MODERNO

CATEDRATICO:

MTRA. CATALINA LOPEZ ORDOÑEZ

PRESENTADO POR:

MARIA DEL CARMEN AGUILERA JIMÉNEZ

TUXTLA GUTIERREZ, CHIAPAS., MARZO 2014

El pensamiento pedagógico representa una oportunidad para crecer profesionalmente, ya que a través de éste puedo cuestionarme sobre los fundamentos que orientan mi quehacer y así crear un espacio en el cual pueda reflexionar y analizar todas las acciones deseadas y no deseadas desde un punto muy objetivo. Y que por supuesto “nos capacita para dirigir nuestras actividades con previsión y para planificar de acuerdo con los objetivos de los que somos conscientes”. (Moreno, Juan Manuel 1987:99)

Es interesante conocer la importancia que tiene el pensamiento pedagógico a través de los años, ya que vemos como desde la década de los 60´s y 70´s ya se iniciaban con las investigaciones y congresos nacionales, donde se centraban en la comprensión de la vida mental de los profesores. Posteriormente en la década de los 80´s el escritor y profesor Rafael Flórez Ochoa también hace grandes aportaciones, en la cual consideraba que el pensamiento pedagógico era un marco global en la que se ubicaban diferentes variaciones de las corrientes pedagógicas. De tal manera que en la actualidad veo como el pensamiento se encuentra enfocado hacia los intereses de los alumnos y la fundamental cuestión del alumno como sujeto activo. Y si pienso en las nuevas generaciones, no se puede dejar de tener en cuenta su condición de nativos digitales y así comenzar a pensar y a entender cómo plantear actividades que tengan sentido para ellos.

Ahora que me encuentro estudiando el seminario que corresponde a Pensamiento Pedagógico Moderno, me doy cuenta que cada una de las acciones que realizo dentro y fuera del aula, tienen una forma conceptual y formal que le dan sentido y sustento teórico a mi práctica docente, ya que al leer, analizar y reflexionar los diferentes textos que el seminario sugiere veo cómo se van entrelazando las respuestas, experiencias, creencias y hechos cotidianos con la teoría.

La labor que desempeño, como docente frente a grupo me ha brindado el espacio para conocer e interactuar con los actores que participan en la escuela, de tal modo que todas las experiencias que tengo día a día me ayudan a crecer como docente y es aquí donde recuerdo aquella primer lectura del seminario en la que se hacía mención de que la teoría no puede ser sin la práctica (Cabezas, Jeffer Harvey 2011:101). Y esto es una bondad que ofrece estudiar paralelamente con el ejercicio de la docencia, puesto que, cuando estudié en la Escuela Normal todo parecía un mar de letras

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