PERFIL DEL PERSONAJE IMPRUDENTE

PERFIL DEL PERSONAJE IMPRUDENTE

Pedro es una persona imprudente, de poco discernimiento, no tiene la mínima cautela para hablar o dirigirse a una persona ya sea conocida o desconocida para él;  toma las cosas a la ligera, sin pensar, actúa sin buen juicio; ni siquiera guarda precaución en circunstancia de peligro o riesgos; es adicto al tabaco y al alcohol, no es moderado al consumir, ni siquiera al manejar un vehículo. Cuando está ebrio es violento con su esposas y sus hijos.

En las reuniones familiares, laborales e inclusive protocolarias se comporta de forma impertinente, hace comentarios inoportunos que forman situaciones incomodas para todos los presentes. Muchas personas que lo conocen le guardan cierta distancia, cuando él interrumpe una reunión, todos se callan, y buscan disculpa para alejarse de él.

Es difícil tratarlo, ha tenido muchos problemas por su imprudencia en el vecindario, en el trabajo y muchos lugares a donde frecuenta visitar. En una ocasión estuvo a punto de ser despedido de su sitio de trabajo, pero su esposa,  abogó por él; a los dos meses siguientes, su esposa lo abandonó porque realmente se volvió insoportable.

GUION: PEDRO EL IMPRUDENTE

Era una mañana de un hermoso martes, 6 en punto.  Pedro, después de ser abandonado por su esposa y sus dos hijos, de 7 y 9 años de edad, se dirigió en su vehículo, a su trabajo.  La noche anterior había llorado amargamente por dicha separación, sin embargo, sentía rabia dentro de sí, y su orgullo de hombre no le hizo reconocer su error.  Se inventó la peor historia que se le puede sacar a una mujer.

• Hola Pedro, te veo, apagado hoy, ¿Qué pasa? – le preguntó Alberto uno de sus compañeros de trabajo.
• No, hermano, meditando.  Eché a mi mujer de la casa, no le aguante más.  10 años viviendo con ella, fue todo un martirio, ya soy libre.
• Pero ¿qué pasó? – preguntó Alberto, aterrado por la noticia.
• No sencillo, esa mujer era un desastre en todo sentido.
• Vaya, vaya. Yo pensaba, que ella te amaba, que era hogareña, juiciosa y buena ama de casa.  Tanto así que ese día cuando vino a abogar por ti, para que no te echaran, habló maravillas de ti, que eras el hombre perfecto.
• Mentiras! Esa mujer es una falsa…

Pasaron los días y los años, y Pedro, siguió metiéndose en problemas, y no cambiaba. Seguía hablando de su exmujer, cosas que realmente nunca fueron ciertas.  Hasta que un día, ella llegó con sus dos hijos, ya de 20 y 18 años de edad cada uno, allá al sitio donde laboraba.  Era la hora de merienda, y todos los trabajadores se hallaban en el comedor.

Al verla, él la reconoció, se llenó de furia, y se abalanzó contra ella, la quería golpear, como lo había hecho tanta veces; pero sus dos hijos lo detuvieron.

• No papá, tú nunca más vuelves a tocar a mamá. Le advirtió  el hijo mayor.
• Antes tú la golpeabas, y no había quien la defendiera, porque éramos pequeños y tú nos atemorizabas. Prosiguió el hijo menor.

Hubo un profundo silencio en todo el comedor, todos los compañeros escucharon y se dieron cuenta de las mentiras que les había hecho o en torno a su exmujer. Pero sus compañeros no le guardaron rencor, sino más bien mucha compasión por su inestabilidad emocional que pasaba.

Pedro al verse descubierto, totalmente avergonzado, trató de hacerse daño a si mismo, mas sus hijos, no lo permitieron.

• Papa, venimos a rescatarte, sal de tus vicios, del alcohol, no tomes más. Le suplico el hijo menor.
• Ya es tarde, les he hecho mucho daño a todos ustedes, especialmente a su mamá.  Mi imprudencia y descaro, me ha llevado hasta los límites más bajos -  susurró en llanto, Pedro.
• No papá, lo importante es que tu reconozca tus errores, y que tengas la voluntad de solucionarlos…Nosotros te vamos ayudar…

Pedro aceptó cambiar y hoy cuenta con una gran madurez emocional y social. Sabe controlar sus emociones, comportarse adecuadamente en todos los sitios a donde va.  Su esposa le brindó una segunda oportunidad, y son una pareja feliz.

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