Palacio De Correos

La historia de este emblemático edificio de la ciudad surge a finales del siglo XIX, cuando el entonces presidente Porfirio Díaz encarga el proyecto de un nuevo palacio postal al arquitecto italiano Adamo Boari, y al ingeniero mexicano Gonzalo Garita y Frontera que estuvo a cargo de su construcción.

En el año de 1902 se inicia su construcción sobre una superficie de 3,730 m2 en el terreno que ocupaba el antiguo hospital de Terceros Franciscanos.

Se combinaron materiales y elementos traídos de Europa con los hechos y producidos en México.

La arquitectura del Palacio de Correos se caracteriza por la armoniosa y sensible fusión de estilos que presenta en todos sus espacios.

En su exterior, el edificio se encuentra lleno de obras de arte, elaboradas con un fino trabajo de piedra de cantera blanca de Pachuca, la cual presenta elementos góticos, venecianos y platerescos, destacando especialmente su esquina en pan coupe rematada por un hermoso reloj y una delicada crestería que semeja un fino bordado textil.

Otro elemento destacado de sus exterior son sus marquesinas y sus luminarias, que con estilizadas figuras de dragones y gárgolas inspiradas en seres mitológicos nos invitan a recorrer cada detalle de sus muros descifrando los personajes de un mundo fantástico convertido en piedra.

En las fachadas, las gárgolas y los detalles de los pórticos son de herrería de bronce dorado; en su interior, el edificio se encuentra ornamentado con mármoles de carrara y herrería de bronce dorada, elaboradas de la Fondería Pignone de Florencia, Italia.

La columnas que recubren la estructura de hierro que sostiene el edificio, están hechas a base de una técnica de yeso llamada escayola.

De acuerdo a las necesidades del proyecto, sus diseñadores idearon dos patios cubiertos por grandes domos de cristal. El primer patio, mismo que contaría con algunos de los primeros elevadores de la ciudad, hechos a base de fierro colado recubierto de cobre y bronce, sería para acceso a la oficinas administrativas y de servicio al cliente mientras que el segundo sería utilizado para realizar los embarques de correspondencia y paquetería. Para la construcción del proyecto se empleó una cimentación tipo Chicago que consistía en una retícula de vigas de acero sobre la cual se desplantaba la estructura metálica superior.

En su interior, la entrada a un reino de tonos dorados, de reflejos y finos detalles en techos y herrerías, destacando particularmente su gran escalinata central que ocupa el centro de un exuberante patio con diversos tipos de arcos y una cubierta transparente.

Además tiene cristales grabados y biselados que realzan la ebanistería de las ventanas interiores.

Su construcción duró cinco años; y fue formalmente inaugurado el 17 de febrero de 1907.

Este nuevo inmueble para albergar la sede de la Oficina Central de Correos debía contar con todos los adelantos existentes en la época que permitieran mantener un servicio adecuado para el creciente comercio exterior que el país experimentaba en ese entonces así como para hacer frente a las necesidades internas de comunicación.

El Palacio Postal es hoy en día uno de los edificios más hermosos del Centro Histórico de la Ciudad de México, declarado Monumento Artístico el 4 de mayo de 1987.

En este recinto es posible visitar un pequeño museo que alberga diversos dedicado a la evolución del servicio postal en México y el mundo.

http://www.ciudadmexico.com.mx/atractivos/palacio_correos.htm

http://www.palaciopostal.gob.mx/main.html

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