Para comenzar necesitamos establecer a que nos referimos cuando hablamos de actitudes. Según la RAE

Capítulo 9.

En este capítulo se habla acerca de las actitudes de los empleados hacia su trabajo, cómo afectan estas actitudes a la organización y a los demás empleados, muestra distintas  formas de obtener información acerca de ellas y cómo los administradores debiesen supervisar y mejorar la satisfacción del empleado.

Para comenzar necesitamos establecer a que nos referimos cuando hablamos de actitudes. Según la RAE, actitud es:

1. Postura del cuerpo, especialmente cuando expresa un estado de ánimo..
2. Disposición de ánimo manifestada de algún modo.

Las actitudes son la manifestación de los sentimientos y creencias en que los empleados perciben su entorno, se reflejan en su compromiso con los objetivos establecidos y son las que conducen su vida diaria.

Podemos encontrar distintos tipos de actitudes en los empleados, tanto favorables como desfavorables, mientras que las actitudes favorables de los empleados se relacionan con muchos resultados positivos buscados por los administradores, las actitudes desfavorables o de descontento provocan todo lo contrario, desde aumento en la rotación de personal hasta huelgas, parando por ausencias, desidia o lentitud laboral. Si estas actitudes desfavorables no son consideradas por la organización, se pueden traducir en un bajo desempeño, mala calidad en la producción, quejas, robo y problemas de disciplina. Todo este tipo de actitudes negativas e indeseables pueden reducir la competitividad de la empresa.

Bien sabemos que no todas las personas somos iguales, por lo tanto, no podemos esperar a que todas trabajen con la misma predisposición. Pero pese a que algunas son más optimistas por naturaleza, hay otras que suelen ser más pesimistas, derrotistas e irritables, aquí es donde el administrador juega un papel clave, ya que este debe preocuparse de que sus trabajadores sientan una sensación de relativo gusto en el lugar de trabajo, que sientan satisfacción estando en la empresa.

La satisfacción en el lugar del trabajo debiese poder instaurarse tanto global como individualmente, esta debe intentar mantenerse lo más estable posible y eventualmente mientras más altos los niveles de satisfacción, mejor.

Un empleado con un alto nivel de satisfacción laboral, se involucra más con su puesto de trabajo y posee un mayor compromiso con la organización, por el contrario, un trabajador que posee baja satisfacción laboral tiende a tener una actitud desfavorable, lo cual afecta directamente su desempeño y puede asociarse a una rotación de personal más alta. Este aumento en la rotación de personal trae consigo una serie de costos asociados como por ejemplo: costo de separación, capacitación, vacante, reemplazo, entre otros. Sin mencionar el costo hacia otros trabajadores como pueden ser los efectos sobre el estado anímico por perdida de amistades o preocupación por recorte de personal.

Si un trabajador no está satisfecho con su puesto de trabajo, no se siente bien retribuido con el actual sistema de recompensas o siente mal trato por parte de su jefe directo, también puede tener otras actitudes negativas como ausentismos, retrasos, robo, violencia, todas conductas negativas que dañan a la empresa y en ocasiones a miembros de forma individual, afectando inevitablemente el estado de ánimo laboral.

Para evitar todo este tipo de situaciones resulta de vital importancia realizar estudios de satisfacción en el trabajo, el cual sea bien planificado y bien administrado, debido a que la administración debe conocer el estado de sus trabajadores para poder tomar decisiones adecuadas, ya sea para prevenir o solucionar problemas que tenga el personal, ya que esto traerá grandes beneficios para ambas partes.

Sin importar si el estudio se realiza mediante una encuesta tradicional o una on-line mediante la intranet corporativa, lo importante es que los empleados se sientan una parte activa dentro del proceso, deben tener el feedback correspondiente en el menor tiempo posible y sus opiniones deben ser realmente consideradas al momento de tomar determinaciones.

Para cambiar la actitud de los empleados se pueden realizar las siguientes acciones:

• Mejorar el sistema de recompensas basado en el desempeño individual o de equipo, este debe ser lo más equitativo posible.
• Se deben establecer metas alcanzables, no imposibles.
• Definir bien las funciones en los distintos puestos de trabajo.
• Mostrar interés por las opiniones de los empleados.
• Dar oportunidades para participación en la toma de decisiones.
• Permitir la movilidad laboral.

La importancia de todo esto es que el trabajador se sienta a gusto en la organización, que tenga un sentimiento de pertenencia que le permita desarrollar mejor sus funciones y le permita trabajar día a día con una actitud positiva.

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