Pensamiento Contemporaneo
judithber31 de Mayo de 2013
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PENSAMIENTO CONTEMPORANEO
Después de la segunda guerra mundial, hubo un cierto consenso entre los economistas a propósito de las políticas económicas que adoptar. La mayoría de los gobiernos de los países desarrollados, atendiendo a las propuestas keynesianas, iniciaron una activa política de intervención tan estructural como coyuntural en la economía, aumentando progresivamente sus gastos y el peso del sector público. El keynesianismo fue adoptado como paradigma dominante en todas las universidades occidentales, y algunos económicos trataron de realizar una fusión entre el modelo neoclásico y el modelo keynesiano. Paul Samuelson fue el que realiza esta síntesis teórica entre las diversas corrientes dando lugar al neokeynesianismo. Algunos economistas, los postkeynesianos, consideran sin embargo que las ideas de Keynes fueron excesivamente deformadas por esa fusión y por los vulgarizadores y que en su forma original aún tienen mucho que aportar para comprender el funcionamiento de la economía.
2. ECONOMISTAS CONTEMPORANEOS
La política económica de los últimos 30 o 40 años de los principales países capitalistas ha estado basada, en una u otra forma, en el pensamiento de Keynes y de Schumpeter. Muy principalmente en el caso de John Maynard Keynes puede decirse que no ha habido gobierno que haya ignorado sus argumentaciones, sea para aceptarlas o sea para rechazarlas, ni economista que haya ignorado su pensamiento.
3.1. JOSE A. SCHUMPETER Joseph Alois Schumpeter vino al mundo en Trieseh (Moravia, en la actualidad perteneciente a la República Checa) en 1883 en una familia acomodada ya que era hijo de un fabricante de tejidos aunque posteriormente tras la prematura muerte de su padre cuando contaba con cuatro años, su madre se casó de nuevo con un teniente general del ejército austro-húngaro, siete años después. Este matrimonio marcó la vida del intelectual, ya que le permitió trasladarse a Viena, donde vivió en medio de la aristocracia austriaca estudiando en la Universidad de Viena. Precisamente en Trieseh Kafka pasaba varios veranos en 1.902 en la casa de su tío Siegfried Lowy que era médico rural, (en quien más tarde se inspiraría para escribir “Un médico rural”). Schumpeter fue pupilo de Friedrich von Wieser, uno de los principales exponentes de la Escuela Austriaca lo que le dotó de una amplitud de miras diferente a la marginalista imperante, como era la escuela marshalliana, llamada así por su precursor Alfred Marshall. Empezó a ejercer como abogado en Viena en 1907 y tras ganar prestigio como economista, enseñó economía durante varios años en las universidades de Viena, Czernowitz (actual Chernovtsi, Ucrania), Graz y Bonn a partir de 1909. Tras visitar Estados Unidos en un intercambio de profesores con la Universidad de Columbia (en 1913) y la Universidad de Harvard (en 1927 y 1931), obtuvo una plaza fija en este último centro en 1932 obteniendo posteriormente la cátedra de Economía Aplicada.
Fue además Ministro de Economía de Austria tras la Primera Guerra Mundial y director del Banco Biederman, paradójicamente sin gran fortuna ya que fue cesado de ambos cargos, dedicándose casi por entero a la docencia (fue profesor del propio Samuelson) y a escribir varias obras consideradas actualmente como clásicos, entre las que destacan, “Teoría del Desenvolvimiento Económico” (1912), “Los Ciclos Económicos” (1939), “Capitalismo, Socialismo y Democracia” (1942) y “Historia del Análisis Económico” (póstuma, 1954).
En ellas, se destacó por sus investigaciones sobre el ciclo económico y por sus teorías sobre la importancia vital del empresario en los negocios, subrayando su papel para estimular la inversión y la innovación que determinan el aumento y la disminución de la prosperidad. Popularizó el concepto de destrucción creativa como forma de describir el proceso de transformación que acompaña a las innovaciones. Predijo la desintegración sociopolítica del capitalismo, que, según él, se destruiría debido a su propio éxito.
Son famosas sus polémicas con Keynes, fue coetáneo de otro gran economista matemático, Wassily Leontieff (con el que tuvo una estrecha relación) premio Nobel en 1973 y profesor de Paul Samuelson, en Harvard, posteriormente catedrático de la citada universidad y premio Nobel en 1970. Un economista influyente y brillante (escribió el equivalente a 50 libros) que, sin embargo, no recibió el Premio Nobel, ya que se trata de un galardón que se otorga solamente a personas vivas y cuando el Banco Central de Suecia decidió crear el citado premio en 1969, él ya había fallecido en 1950 en Taconic.
3.2. JONH MAYNARD KEYNES Economista inglés (Cambridge, 1883 - Firle, Sussex, 1946). Recibió una educación de elite en Eton y Cambridge, orientándose hacia la economía por consejo de su maestro, Alfred Marshall. Tras un breve periodo trabajando en el servicio administrativo británico para la India, en 1909 entró como profesor en el King’s College de Cambridge, donde enseñaría economía hasta su muerte. Fue un hombre de vasta cultura, un humanista erudito y de prosa exquisita, gran orador, contertulio y mecenas de intelectuales y artistas; pero también fue un hombre de mundo interesado por los asuntos políticos y por la economía práctica, dedicando parte de su tiempo a negocios ajenos y propios con los que llegaría a hacerse millonario. Todos sus escritos económicos fueron respuesta a problemas acuciantes de la economía de su tiempo. Así, como fruto de su trabajo en la Administración colonial, escribió La moneda india y las finanzas (1913). Las consecuencias económicas de la paz (1919) fue resultado de su participación como representante del Tesoro en la delegación británica enviada a negociar el Tratado de Versalles después de la derrota de Alemania en la Primera Guerra Mundial (1914-18); Keynes dimitió de aquel cargo para mostrar su desacuerdo con las duras condiciones impuestas a los vencidos y escribió este libro para argumentar que tales condiciones, fruto de un espíritu de venganza, serían imposibles de cumplir y conducirían a la ruina económica de Alemania, con graves consecuencias para el resto del mundo. Desgraciadamente, el tiempo demostró que sus previsiones eran acertadas, y Keynes volvió sobre el tema en Una revisión del tratado (1922). Las cuestiones monetarias siguieron atrayendo su atención en el Tratado sobre la reforma monetaria (1923) y el Tratado sobre el dinero (1930), en donde criticó respectivamente la adhesión al patrón oro y la teoría cuantitativa de la moneda. Pero su obra decisiva fue la Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero (1936), con la que dio una respuesta definitiva a la grave depresión económica desencadenada en todo el mundo a partir del crack de la Bolsa de Nueva York de 1929. Retomando intuiciones olvidadas de los teóricos del subconsumo (como Malthus), Keynes indicó que la causa de la crisis era la insuficiencia de la demanda, debida a la creciente propensión marginal al ahorro de las sociedades desarrolladas (esto es: que a medida que aumenta la renta, es mayor la parte de ésta que se destina al ahorro y menor la que se dedica al consumo, con lo que una parte de la producción no encuentra comprador). En su opinión, el desempleo así originado no podía remediarse únicamente con medidas monetarias. La debilidad del consumo privado sólo podía remediarse incrementando el gasto público en periodos de recesión, haciendo que el Estado incurriera en un déficit para crear demanda adicional. La importancia de los puntos de vista contenidos en aquel libro fue tal que fundó toda una rama de la teoría económica moderna, la macroeconomía, dedicada a explorar las relaciones entre los grandes agregados de la renta nacional. Tras vencer las resistencias conservadoras de la ortodoxia liberal, la «revolución keynesiana» fue penetrando en el mundo académico y en las políticas económicas de los países: influyó quizá sobre el New Deal de Franklin D. Roosevelt, pero fue sobre todo después de la Segunda Guerra Mundial (1939-45) cuando se extendió como una nueva ortodoxia, determinando las políticas económicas de todo el mundo occidental durante más de tres décadas de crecimiento sostenido. Los partidos conservadores y liberales se sumaron a esta política capaz de devolver la estabilidad al sistema capitalista después de los sobresaltos del periodo de Entreguerras; e incluso los socialdemócratas la aceptaron con entusiasmo, en la medida en que justificaba la intervención del Estado en la economía y el crecimiento del sector público. El prestigio alcanzado por Keynes fue tal que el rey Jorge VI le nombró barón en 1942, ingresando en la Cámara de los Lores. Al final de su vida ejerció una influencia directa sobre la política económica de su país como director del Banco de Inglaterra y asesor del ministro del Tesoro. En 1944 presidió la delegación británica en la Conferencia de Bretton Woods, donde contribuyó a dar forma al Fondo Monetario Internacional.
3.3. JOHN KENNETH GALBRAITH John Kenneth Galbraith (Ontario, Canadá, 15 de octubre de 1908 -Cambridge, Massachusetts, Estados Unidos, 29 de abril 2006) fue un economista estadounidense de origen canadiense. Galbraith no responde al estereotipo de economista norteamericano, por sus ideas iconoclastas sobre la economía y prácticas de sus pares. Su mayor preocupación no era el análisis econométrico o teoría económica, sino analizar las consecuencias de la política económica en la sociedad y la economía política, en una forma accesible y eliminando gran parte del tecnicismo utilizado por los economistas. Autor de numerosos libros y artículos, fue profesor de la Universidad de Harvard desde 1949. Su obra incluye elementos del institucionalismo crítico,
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