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Porque Los Hombres Pagan Por Sexo


Enviado por   •  5 de Junio de 2014  •  1.094 Palabras (5 Páginas)  •  208 Visitas

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Por qué los hombres pagan por sexo

La denigración de la mujer y la reafirmación de la masculinidad, las principales razones

Por Tesy De Biase |

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Foto: Ilustración: Giselle Ferro/Fotos: Shutterstock

"En general, referirse a la prostitución es hablar de putas, rufianes, burdeles, mafias y proxenetas. Todo un sistema de complicidades está puesto al servicio de ocultar que en la industria del sexo no sólo participan mujeres que se ganan la vida y la muerte, sino que allí también están los clientes, en su mayoría hombres", denuncia el médico y psicoanalista Juan Carlos Volnovich.

En su libro Ir de putas realiza un análisis descarnado que pone a la vista el papel protagónico de los consumidores de la prostitución, target comercial de los avisos de publicidad sexual en los diarios que un decreto presidencial prohibió apenas unos meses atrás y que la legislación de distintos países se propone penalizar.

¿Quiénes son estos protagonistas de la prostitución ocultos en las sombras? ¿Quiénes compran sexo en cabarets, zonas rojas, casas de masajes o a través de books que exponen la mercadería VIP?

"Creer que el cliente es un sádico que se puede tipificar mediante una categoría psicopatológica no explica el enorme consumo de prostitución en todas las clases sociales", desmitifica Volnovich. Y sostiene que todo intento por reducir la cuestión a su vertiente psicológica es una forma de eliminar el carácter de abuso de poder y violación de toda ética humana del que la prostitución está impregnada.

"La explotación comercial sexual es uno de los problemas sociales, políticos éticos, culturales y psicológicos más dramáticos, más controvertidos y más escabrosos en cuanto a las relaciones entre varones y mujeres".

"Ir de putas sigue siendo un ritual para ganar respeto dentro del universo masculino. Es una práctica que sostiene la virilidad en la posesión de los genitales y el dinero, como condición para suprimir a alguien en su lugar de sujeto."

La práctica aparece enquistada en un modelo cultural hegemónico que dictamina quién y cómo se convierte en macho, con un estilo montado sobre el dominio de las mujeres. Además, el juego tétrico no excluye el montaje de la escena para espectáculo frente a los otros.

"El consumo de prostitución es una religión laica que un porcentaje importante de hombres utiliza para reforzar su identidad", comenta el autor de Ir de putas (Editorial Topía), cuya actualización acaba de ser editada.

ORGASMOS A LA CARTA

Aunque las generalizaciones siempre son infieles, los expertos sostienen que una amplia mayoría de los consumidores de prostitución son hombres que sólo pueden abrirle paso al placer sexual con mujeres a quienes no los une el amor, sino una forma del espanto: la denigración.

De hecho, entrelazar pasión y amor es una construcción a la que muchos varones no acceden. "Aunque puede parecer un fenómeno superado, todavía es muy frecuente ver que los hombres aman a quien no desean y desean a quien no aman", aclara el psicoanalista.

Pero ellos, los clientes, no lo explican de esa forma. El imaginario masculino y los intereses en juego han invertido el orden de los factores, al presentar al fenómeno como un juego de oferta y demanda que atrapa a sus víctimas por el efecto Mata Hari de las voluptuosas trabajadoras del sexo.

Al decir de Volnovich, los clientes aparecen como "seres inocentes, víctimas ante el estímulo y la facilitación

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