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La producción de Grandes hombres . Desigualdades de sexo entre los baruya


Enviado por   •  18 de Agosto de 2015  •  Ensayos  •  2.837 Palabras (12 Páginas)  •  172 Visitas

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La producción de Grandes hombres

Poder y dominación masculina entre los baruya de nueva guinea

                                                                           Maurice Godelier

Desigualdades de sexo entre los baruya

Hasta el año 1960, los Baruya se gobernaban sin clase dirigente y sin Estado, lo que no quiere decir sin desigualdades. Una parte de la sociedad, los hombres, dirigía a la otra, las mujeres, y gobernaban no sin las mujeres, sino contra ellas. Así, el caso de los Baruya, sociedad sin clases, se añade a todos los casos que testimonian claramente que la desigualdad entre los sexos, la subordinación, la opresión, e incluso la explotación de las mujeres son realidades sociales que no han nacido con la emergencia de las clases sociales, sino que son anteriores a ellas y poseen otra naturaleza, incluso si el dominio masculino se ha consolidado y renovado de mil maneras con las mil formas de explotación del hombre por el hombre que han precedido a las nuestras.

Una sociedad sin clases es ya una buena razón para analizar de cerca los mecanismos y las ideas que organizan y justifican entre ellos el dominio masculino, que también existe bajo otras formas todavía entre nosotros.

Los mismos mecanismos que instituyen esta igualdad tratan al mismo tiempo, y con la misma intensidad, de producir hombres que se distingan de los demás y se eleven por encima de ellos. Los unos lo harán por sus capacidades excepcionales para desempeñar las actividades exigidas por todos, como la guerra y la agricultura.

Existen entre los Baruya un determinado numero de posiciones de poder que componen una jerarquía social, distintas al dominio general de los hombres sobre las mujeres. Jerarquita compleja que asienta su base, sus raíces, en esta dominación y la engrandece, sin reducirse sin embargo a ella.

El único terreno en el que los dos sexos cooperan es en el chamanismo.

Existen dos desigualdades para poner orden en la vida social de los Baruya: por una parte, las desigualdades entre los hombres y mujeres, y por otra parte los hombres entre si.

Y quien dice desigualdades dice poderes y privilegios para algunos. Pero un rasgo chocante de la organización social baruya  es la ausencia entre ellos de la existencia de un lazo directo entre el poder y la riqueza. La riqueza no da poder y el poder no da riqueza.

En los baruya el papel que juega en sus discursos en sus teorías la sexualidad, que aparece como una especie de fundamento cósmico de la subordinación, e incluso de la opresión de las mujeres.

A sus ojos todos los aspectos de la dominación masculina, ya sean de orden económico, político o simbólico, se explican por la sexualidad y el diferente lugar que ocupa cada sexo en el proceso de reproducción de la vida.

La organización social de los Baruya es la de una tribu acéfala compuesta de quince clanes, de los que ocho descienden de los refugiados de Menyamya y siete de los grupos locales absorbidos. Los clanes están divididos en linajes, a su vez segmentados. La residencia es patricocal y parece ser que en el origen los linajes vivían reagrupados cada uno de ellos en un lugar diferente. Pero las continuas vendetas, la posibilidad, y en algunos casos la urgente necesidad de ir a vivir al territorio de sus aliados o de sus parientes maternos, han traído como consecuencia la coexistencia y la interpenetración en torno a un núcleo central de segmentos de linajes pertenecientes a clanes diferentes.

Había numerosos signos indicativos de la existencia de la subordinación de las mujeres a los hombres, pero el mas espectacular era esta escena que se repetía a lo largo de los caminos cada vez que un hombre se cruzaba o adelantaba a una mujer o a un grupo de ellas. Enseguida se paraban, volvían la cabeza y, si tenían libre alguna de sus manos, colocaban rápidamente sobre su rostro alguno de los pliegues de su capa de corteza. El hombre pasaba sin mirar para ellas, que retomaban su camino.

Entre los Baruya los hombres son el bello sexo.

Las aldeas estaban  divididas en tres zonas, y esta división todavía permanece. Dominado la aldea, una o varias casa de los hombres rodeadas de una empalizada delimitan un espacio estrictamente prohibido a las mujeres. Ahí es donde viven los muchachos desde que hacia la edad de nueve años se les separa de su madre para iniciarlos hasta los veinte o veintiún años, edad en la que se casan.

El análisis del lugar ocupado por los hombres y las mujeres en el seno del proceso de producción de sus condiciones materiales de existencia. La propiedad de la tierra, de las tierras de cultivo y de los territorios de caza, condición básica de la existencia, pertenece a los hombres, que se la trasmiten entre si. Las mujeres: sus hermanas o hijas quedad excluidas.

  • En cuanto a los útiles y a las armas, su fabricación era una actividad exclusivamente masculina, al igual que estaba reservado a los hombres fabricar sal e ir a intercambiarla por láminas de piedra o madera de palmera negra.

Incluso el bastón de cavar, útil esencial de la mujer, que se sirve de el para plantar y recolectar, no esta fabricado por ella. Un padre se lo fabrica a su hija, un marido a su mujer y se lo dan

  • Las mujeres están, pues, excluidas de la propiedad de la tierra, de la fabricación y el control de los útiles, y por lo tanto de los medios materiales de producción. También lo están de la propiedad y el uso de todo tipo de armas, rompecabezas, escudos y arcos y flechas, porque la guerra y la caza son cosas de hombres. Se hallan también igualmente excluidas del control y el uso de los medios de destrucción, de los medios materiales de la violencia armada. Por ultimo también se hallan excluidas de la producción de la sal.
  • La caza esta reservada a los hombres, que poseen el territorio, las arnas, los perros y conocen los hábitos de las presas y las técnicas del trampeo. La recolección de las bayas, champiñones, helechos, huevos de hormigas, etc., es cosa de mujeres. Estas a veces matan ratas o peces, atrapan ratones de campo, pescan ranas y renacuajos, (actividad solo para las mujeres).

Los hombres podrían hacerlo, pero no lo hacen porque esta pesca de los renacuajos posee una significación social y simbólica de carácter negativo.

  • En la agricultura los hombres hacen lo esencial de la roturación del bosque. Abaten los árboles, podan las ramas, sierran los troncos, excavan canales de irrigación o de drenaje en sus jardines de taro y edifican también pequeñas terrazas en sus campos de taro irrigados. Limpian los claros del bosque para plantar pandano, plantan bosquecillos de bambú y árboles de betel o arequieros.
  • Las mujeres desbrozan por su parte el subbosque, queman las ramas podadas, plantan y deshierban el jardín, recogen y transportan los tubérculos y los cuecen, crían a los cerdos, cultivan las cañas y hacen taparrabos para ellas y para los miembros de su familia, fabrican vestidos de fibra, recojen la caña para los tejados de las casa, pero son los hombres quienes construyen el armazón, el piso, el hogar y quienes recubren el techo de cañas. Las mujeres transportan a los niños, el alimento, la leña del fogón y los postes de las empalizadas de los jardines, una vez que los hombres los han cortado y dejado en el bosque.
  • Las mujeres poseen la misión exclusiva de criar a los niños y de preparar los                                                 alimentos de la familia.

Si comparamos las labores efectuadas por los hombres y las mujeres, podremos comprobar que los trabajos propios de las mujeres:

  • Exigen menos fuerza física o, para ser más exactos, no requieren un fuerte gasto de fuerza de trabajo en un tiempo muy breve.
  • Implican menos riesgos de accidentes.
  • Exigen en principio menos cooperación material entre individuos: las mujeres trabajan de modo individual, mucho más que los hombres, en labores por lo general mucho más monótonas y que se llevan a cabo cotidianamente.
  • Los hombres están obligados a ir a cazar al bosque cuando una muchacha tiene sus primeras reglas o cuando pare alguna mujer casada, y a ofrecerle una gran cantidad de presas.
  • Los hombres poseen un poder mayor que las mujeres en lo que a las prácticas mágicas necesarias para la producción de tubérculos se refiere.

La sexualidad es pensada y sentida como una amenaza permanente para la reproducción de la naturaleza y la sociedad.

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