Preservacion De Documentos

PRESERVACIÓN Y CONSERVACIÓN DE DOCUMENTOS

CASO DE ESTUDIO PORTAFOLIO DE LAS COMUNIDADES DE APRENDIZAJE DEL PROGRAMA DE ESTUDIOS ABIERTOS UPTM “KLÉBER RAMÍREZ"

El hombre a través de la historia ha buscado la manera de transmitir sus ideas y conocimientos de distintas formas, ejemplo de sus inicios son las pinturas rupestres y las tablillas sumerias, pasando por el pergamino que aparece como soporte de escritura durante el siglo I y fue imponiéndose como soporte escriptórico y documental a lo largo de cuatro siglos, hasta sustituir al papiro en el siglo IV. Era una materia cara debido a su escasez y al elevado costo de la mano de obra necesaria para su compleja manufactura.

En consecuencia un gran número de soportes han sido utilizados para registrar la información y ser empleados como medios de comunicación, pero esta evolución de los soportes documentales se debe en gran medida a la necesidad de preservar y conservar dichos documentos con la finalidad de permanencia en el tiempo de la información que contiene, producto de trabajo intelectual y de otra índole.

Frente a las grandes obras de arte que encierran un valor en si mismas, la importancia de la obra escrita o impresa viene dada por la información que contiene. Este valor es considerado fundamental desde los inicios de la cultura ya que la historia de un pueblo, sus derechos, su idioma, su música, está encerrada en un frágil y humilde soporte.

Por este carácter de valor intrínseco, la conservación de los documentos ha sido un tema fundamental en todas las civilizaciones a través de la historia. Se guardaron enrollados en el interior de cajas cilíndricas de madera y marfil o bien se envolvían en telas de algodón o lino para resguardarlos de los insectos, del polvo y la humedad. Se les mantenía en lugares oscuros, para protegerlos de la acción de la luz y el calor. Esto se debe a que las causas intrínsecas que inciden en la degradación del pergamino y del papel se potencian durante su almacenamiento por factores negativos medio ambientales, que aceleran sus procesos degradatorios.

No se podría utilizar muchos documentos históricos si no se les hubiera cuidado adecuadamente a través de los siglos. En épocas remotas, la conservación de los archivos era la preocupación principal no solo de quienes lo custodiaban, sino de quienes lo producían. Mucha información fue plasmada sobre materiales durables, como pergaminos, vitelas, hojas de palmeras y corteza de abedul, tabletas de arcillas, piedras, hojas de cobre, papiro, tela, entre otros.

Actualmente los documentos se confeccionan con materiales como papel, películas, fotografías, digitales, cuya durabilidad, en muchos casos no es evidente, lo que plantea el problema de conservarlos en función de criterios científicos modernos. Como es sabido, durante las dos guerras mundiales, y posteriormente, se desarrollaron técnicas con ese propósito, las cuales se volvieron anticuadas. En algunos países han emprendido investigaciones tendientes a desarrollar nuevas técnicas, que sean más seguras y de acuerdo a los nuevos y modernos soportes documentales.

Muchos países han accedido a la independencia política y, como tantos otros estados libres, tomaron conciencia de lo que les pertenecía, reconociendo igualmente la importancia de la preservación de sus acervos documentales en función de criterios científicos modernos. Sin embargo carecen de pericia o experiencia, de información fácilmente abordable, y de personal adecuadamente formado o capacitado para cuidar de sus archivos. En consecuencia, se han dirigido a organizaciones internacionales como el Consejo Internacional de Archivos (CIA), Consejo Asesor Nacional de Conservación (NCAC), Federación Internacional de Asociaciones de Bibliotecarios e Instituciones (IFLA) y a la Organización de la Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), las cuales han respondido a ese pedido de ayuda en la medida de sus limitaciones presupuestarias. Las corporaciones profesionales de los países desarrollados han aportado también su contribución, acelerando el proceso de esa toma de conciencia.

La preservación de documentos no planteaba mayores problemas en la época que precedieron a la edad media, a causa sobre todo de los materiales que utilizaron, y del escaso número de documentos. El pergamino y la vitela, materiales de uso común en aquellos tiempos, son muy durables. La invención de la imprenta y el incremento de la demanda del papel agudizaron el problema de la preservación de los archivos y de los documentos en general. Esa demanda, y la relativa escasez de pulpa consiguiente, dieron como resultado una disminución en la calidad de los procesos de fabricación de papel.

La calidad del papel es la que plantea actualmente los mayores problemas de archivos, debido a la rapidez de su índice de deterioro, así como la contaminación, ese monstruo moderno, se agrega a la rápida y silenciosa destrucción de los documentos. Por esta razón se ha hecho forzoso recurrir a procedimientos y técnicas que permitan reducir al mínimo el deterioro causado por esos flagelos.

En su trabajo Políticas de Conservación en Bibliotecas, Sánchez (1999) manifiesta que (…) el desarrollo de la disciplina de la conservación y preservación en los últimos años (…) ha llevado a la asimilación frecuente de diferentes términos para las palabras: preservar, conservar y restaurar y sumado a esto la aparición de nuevos términos como, conservación preventiva, mantenimiento de colecciones, tratamiento de conservación, preservación de materiales, políticas de preservación o conservación por fases.

“La preservación como disciplina integrada al trabajo bibliotecario, presenta un desarrollo que permite la convivencia de conceptos y términos que han variado en sus fines o en sus métodos de trabajo. Sin embargo, en los últimos años la aparición de términos nuevos ha favorecido notablemente la ambigüedad en el uso de la terminología”. (Op cit).

En 1974, el glosario de la Sociedad Americana de Archiveros (SAA) definía el término preservación como: la responsabilidad básica para proporcionar recursos adecuados para la protección, cuidado y mantenimiento de los archivos, registros y manuscritos; así como las medidas específicas individuales y colectivas, adoptadas para la reparación, mantenimiento, restauración o protección de los documentos. (Op cit).

En 1976, el Consejo Asesor Nacional de Conservación (NCAC) de Estados Unidos definía conservación como un método de trabajo que cubre tres aspectos: la evaluación del objeto, la preservación y el tratamiento de conservación de los materiales y su

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