Procesos de paz comparados
tati8585Documentos de Investigación28 de Febrero de 2018
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Pontificia Universidad Javeriana.
Procesos de paz comparados.
Estudiante: Tatiana Andrea Rosero González.
1. El proceso de paz con las FARC-EP inició en 2012 con el actual gobierno de Juan Manuel Santos. Posteriormente, el ELN anunció en 2014 que en enero habían iniciado una “fase exploratoria” para acordar una agenda que permitiera estructurar una mesa de negociación con el Gobierno Nacional. Ahora bien, en el momento en que las partes en pugna deciden buscar nuevas alternativas de solución después de muchos años de enfrentamientos violentos, se logra identificar el establecimiento de un momento de madurez del conflicto que lleva a las partes a resolverlo. Por lo tanto, es pertinente precisar a cuáles estados de madurez corresponden dichos grupos de acuerdo a los postulados de Mitchell (1996).
Tabla 1 [1]
Cifras que dan cuenta de la situación de las FARC y el ELN | |
Fuerzas Revolucionarias de Colombia (FARC) | Ejército de Liberación Nacional (ELN) |
En el periodo de gobierno de Álvaro Uribe Vélez (2002-2010) con la política de Seguridad Democrática, las FARC y el ELN se vieron fuertemente debilitadas. Los paramilitares lograron penetrar zonas de elevado valor estratégico para las agrupaciones guerrilleras y golpear a una buena parte de sus estructuras, que se vieron forzadas a replegarse hacia las zonas montañosas (Pécaut, 2009). | |
La Agencia Colombiana para la Reintegración (ARC), tiene un registro de 58.000 personas que se han desmovilizado entre el 2002 y el 2016. Durante el periodo de Uribe, en el 2007, dejaron las armas 2.934 personas; la cifra más alta según el registro en 15 años (El Tiempo, 2016). | |
De acuerdo al conteo realizado por la inteligencia militar, las FARC tienen 6.700 hombres armados. Hace 12 años tenían 20.766, lo cual quiere decir que han perdido el 66% de sus combatientes (Llorente, 2016) | La fuerza del ELN se ha reducido en más de 2.000 efectivos, un número considerable ya que en el 2004 tenía 3.655 combatientes, de acuerdo con el Ministerio de Defensa (Semana, S.F). |
El ELN y las FARC tiene menos recursos financieros que en el pasado porque les han impedido realizar secuestros, una de sus principales fuentes económicas (Semana, S.F). | |
En Colombia, entre los años de 1958 y 2012, el conflicto a causado la muerte de 218.094 personas. Entre 1985 al 2012 han habido 11,751 víctimas y 1982 casos de masacres a manos de grupos al margen de la ley (Centro de Memoria Histórica, S.F). |
Fuente: Elaboración propia
De acuerdo con lo anterior se concluye que, tanto las FARC como el ELN presentan un modelo de madurez de estancamiento perjudicial, dado que la iniciativa militar de la fuerza pública llevó, en casi una década, al debilitamiento y aislamiento de la insurgencia y a recuperar la presencia militar del Estado en muchos municipios del país. Estos hechos llevaron a un desgaste y a un periodo de acción costosa para ambas partes, puesto que en el momento de enfrentamiento no se hacen mayor daño, incluso tampoco logran tener un avance en la obtención de sus objetivos finales. Por el contrario, lo que han causado es una prolongación del daño a la sociedad y gastos estatales desorbitantes.[2]
Además, se puede identificar que las partes han caído en el modelo de la trampa debido a los años de disputa. Esa prolongación da cuenta de una continua búsqueda del triunfo pese a que los costos aumentan conforme va pasando el tiempo (Mitchell, 1996). Adicionalmente, no llegan a percibir que los costos de mantener la confrontación, serán más altos que los de un acuerdo negociado. Cabe resaltar también que se identifica el modelo de oportunidad tentadora. Desde la década de 1980, los presidentes colombianos han integrado dentro de sus agendas escenarios de diálogos con las guerrillas; no obstante, muchos han fracasado en ese intento y, otros han logrado importantes resultados como en los casos del EPL y el M-19. Finalmente, Santos comprendió que la guerra no se ganaba con el enfrentamiento armado al igual que los grupos insurgentes, ambas partes entendieron que nunca conseguirían poder político por medio de las armas, por lo que han tomado otro tipo de alternativas.
2. El presente punto toma como objeto de análisis la fase exploratoria de los acuerdos con las FARC y el ELN. La fase exploratoria dentro de las negociaciones de paz con las FARC y el ELN con el Gobierno de Santos, indica el propósito del proceso, las condiciones y las reglas del juego. Así mismo, es en esta fase en donde se crea la agenda para las negociaciones (Oficina del Alto Comisionado para la Paz).
Ahora bien, en el caso de las FARC, la información que circula frente a esta etapa del proceso es reducida ya que se dió de manera secreta y confidencial, a través de cruces de cartas y mensajes entre las partes (Semana, 2012, pág. 28). Sin esta discrecionalidad habría sido muy difícil determinar las verdaderas intenciones de negociar de las FARC como del Gobierno. Sin embargo, durante este periodo, que va desde el 2011, se identificaron una serie de hechos que pusieron a tambalear los primeros acercamientos. Cuando comenzaron las conversaciones, fue dado de baja de alias “Alfonso Cano” en la llamada “Operación Odiseo” por parte del Gobierno colombiano en el 2011, lo que llevó a que la parte negociadora de las FARC pusiera en entredicho el lazo de confianza y la voluntad del gobierno por darle fin al conflicto por medio del diálogo (Valencia & Bedolla, 2014).
Posteriormente, durante el debate y la metodología de las conversaciones hubo un momento en que ambas partes se pararon de la mesa de conversaciones y dijeron “adiós, no se pudo”. El tema de la discordia era la entrega de armas, término que las FARC no aceptaban. Ya estaban redactando los comunicados para informarle al país no sólo que había acercamientos de paz, sino que estos se habían frustrado antes de comenzar. Los garantes, Cuba y Noruega, así como el presidente Hugo Chávez, hicieron las movidas necesarias para encontrar una fórmula para seguir las conversaciones. En medio de ese esfuerzo diplomático se construyó una frase aceptable para todos: “dejación” de armas (Semana,2015). También existió una serie de problemas dentro de las estructuras internas de las FARC, en razón de la creencia de que sus delegados habían cedido demasiado. Los puntos de la Agenda eran “acotados” y temas como el modelo económico brillaban por su ausencia (Semana, 2015).
Dicha contradicción se resolvió dentro de las filas guerrilleras con la idea de que el preámbulo del acuerdo era muy amplio y permitía hablar de todo lo que no estaba en los seis puntos pactados. Finalmente, a pesar de que hubo episodios tensos y de crisis, en la fase exploratoria se construyó una confianza que nunca se ha logrado, la confidencialidad ayudó mucho a que las posiciones fueran más sinceras.
Por el contrario, la fase exploratoria del ELN y el Gobierno de Juan Manuel Santos, se hace oficial en el 2014. Los hechos que pusieron en riesgo dichos acercamientos datan desde 2015 cuando el ELN atacó una brigada del Ejército Nacional que hacía acompañamiento electoral, matando a 11 militares y un policía, secuestrando a dos miembros del Ejército (FIP, s.f). El presidente Santos lanzó un duro mensaje a dicho grupo: "Si el ELN cree que con estos actos va a ganar espacio político o fortalecerse en una eventual negociación está totalmente equivocado" (Noticias Caracol, 2015). Frente a los actos de violencia, el mandatario ordenó a las fuerzas militares intensificar las acciones contra el grupo ilegal.
En diciembre del 2015, luego del triunfo de la oposición a Nicolás Maduro en elecciones regionales venezolanas, el Gobierno de ese país congela la mediación en los diálogos exploratorios entre las partes; Venezuela era fundamental en términos de logística y de desplazamientos de la cúpula del ELN y dicha decisión representó un obstáculo para las negociaciones (FIP, s.f). De igual forma, en ese mismo año el ELN realiza un paro armado durante 72 horas en conmemoración de la muerte de Camilo Torres[3]. El Presidente Santos se manifestó ante el hecho y dijo a este grupo que “se equivoca de cabo a rabo el ELN si cree que con ataques está allanando el camino hacia la paz”(El Tiempo, 2015). Finalmente, se presentó otra gran dificultad debido a que el Gobierno no ha estado de acuerdo en muchas de las demandas que exige el ELN, cuya posición es realizar un Acuerdo abierto y con alta participación de la ciudadanía en las mesas de conversación. Por el contrario, el Gobierno sugiere confidencialidad en los diálogos y un número reducido de negociadores, es decir, una mesa cerrada a las decisiones pero abierta a las propuestas.
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