ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Proceso De Paz


Enviado por   •  25 de Septiembre de 2013  •  3.190 Palabras (13 Páginas)  •  284 Visitas

Página 1 de 13

“CONSUMO”, LUEGO EXISTO…

INTRODUCCION

Una sociedad de consumo suple sus necesidades básicas con artículos pocos útiles en la práctica que para el mercado y los intereses de una economía global y moderna, como la actual, marcan el hito clave, a saber, como es captar la atención del comprador e inducirlo en la denominada compra directa de productos. Sin tener en cuenta su aspecto económico, social y cultural, se genera en las personas un hábito casi imperceptible de lo que realmente se requiere o se estima como importante, convirtiéndolo cada vez más en una exigencia de los grandes capitalistas, del productor y hasta con la avenencia de la misma sociedad, pues detrás de la buena intención que ellos proyectan, se encierra una serie de condicionamientos y se esconden unas intenciones oscuras que obligan al comprador a integrarse activamente al monopolio del consumismo. Y esa precisamente, es la obsesión que tiene el comprador de llenar un vacío momentáneo, por una parte, y por otra, la que aprovechan los grandes capitalistas para trazar sus políticas de mercado.

Aunque no tiene nada de malo si se analiza desde el punto de vista de fortalecer la economía, el trasfondo del asunto no es ese precisamente sino mas bien, lo que se evidencia es que intencionalmente crean una dependencia en las personas a tal nivel, que basados en su “necesidad compulsiva” u “oniomanía” por el gasto, los moldean y convierten en sujetos vulnerables y especiales para atiborrarlos de la infinita demanda de promociones de productos que por doquier se encuentran a su alcance con el sacrificio de su patrimonio, solo con el fin de minar la capacidad de ahorro, por supuesto, ello aumenta las arcas de las grandes empresas a costa del derroche de aquellos.

En el mismo sentido, la planificación y estrategia elaborada por los magnates del capitalismo industrial condicionan a todo tipo de sociedad a sus pretensiones mercantilistas y para nadie es un secreto que hasta pensamientos bien austeros hoy por hoy los integran a este engranaje comercial haciéndolos inevitables de resistir a sus ofertas tan llamativas y tentadoras como esclavizantes.

Las grandes empresas tienen como filosofía vender sus productos en el mercado, que unas utilizan unas estrategias más solidas y convincentes que otras, es una realidad, pero todas buscan un objetivo común, conquistar al comprador, no importa si éste quiera o no satisfacer sus necesidades básicas, lo que pretenden no será cosa distinta que saciarlos de productos que poco o nada prestan una verdadera utilidad, si a eso le sumas la pírrica calidad de los mismos, no solo conlleva a un período de vida relativamente escaso, son atractivos por sus reducidos costos, a largo plazo salen más caros siendo más dañinos para el medio ambiente. Sin embargo, como ya nos convertimos en los esclavos de este modelo denominado “consumismo”, desafortunadamente poco importa priorizar lo verdaderamente útil y es tan fácil obtener cualquier tipo de productos y tan asequibles poseerlos, que se podría considerar casi imposible, el evitar no caer inmerso en este mundo del derroche. Vemos que nos saturan a diario a través de los medios de comunicación con mensajes bien llamativos y atractivos a través de sus anuncios con el único fin de despertar el ánimo por comprar más y más, llegando hasta el punto de direccionar y seleccionar nuestros gustos y hacernos parte de un sistema portentoso y de difícil resistencia.

Como ya se mencionó, el poder mediático de las grandes empresas y su estratégica influencia en la sociedad, ejercen una presión permanente y sistemática en ella, que la convierten en su principal aliado para crear un hábito universal y obligatorio sobre el sofisma a la compra compulsiva de la que difícilmente un consumidor se puede desligar, por la sencilla razón, que convencidos de una necesidad; en últimas esa es la idea, incentivar al gasto desmedido de artículos de consumo basado en lo que supuestamente carece o necesita la persona consumidora, por la adquisición de bienes y servicios tan innecesarios como abundantes, porque cuando la persona despilfarra su dinero, directamente esto hace mover la economía de ese gran capital particular y me temo decir que nos volvemos subyugados a un régimen donde arbitraria e intencionalmente nos trazan políticas económicas y nos someten a unos patrones de conductas particulares que son los responsables de asumir una aptitud a comprar productos creando incentivos falsos para seguir este círculo vicioso especulativo.

En pocos años la población mundial alcanzará un nivel de consumo a tal punto que la llevará a tener una calidad de vida plástica por el hecho de consumir artículos desechables; y en este sentido, el fortalecimiento de esa economía de mercado precisamente lo determina la oferta y la demanda pues mientras exista la necesidad, existirá quien se encargue de generarla y producirla. La cuestión a debatir es, de qué forma se gasta el consumidor su dinero, como lo invierte, que prioridad le da al mismo. Como lo expresaba Albert Einstein: "Todos somos muy ignorantes. Lo que ocurre es que no todos ignoramos las mismas cosas". Partir de la premisa que “cuanto más consumo, más feliz soy”, es la demostración más sucinta del sometimiento del que hacemos parte y el objetivo número uno del productor.

Para nadie es un secreto que la concepción que incentiva al gasto y no al ahorro o la inversión es la fundamental razón que crea en las personas a convertirse en víctimas de su propia ignorancia, que las obligan a encontrar en sus propias carencias la vía directa para dejarse influir mediante artificios de publicidad engañosa a través de medios de comunicación entre otros.

Surgen varios cuestionamientos a saber: ¿Cuál es la influencia real de una sociedad de consumo? ¿A quién beneficia? ¿Cuál es el efecto directo sobre la economía de un país? ¿Culturalmente como afecta entre las distintas naciones? ¿El por qué y para qué de una sociedad de consumo, sus efectos, sus perjuicios? la respuesta a estos interrogantes, podría decirse, es fácil de deducir, simplemente todos sin excepción somos partícipes y protagonistas del “consumismo”, aunque hay excepciones lógicamente, posiblemente la encontraríamos en los pueblos indígenas innatos por citar algo relevante, ya que difícilmente ellos puedan adquirir estos vicios debido a sus tradiciones arraigadas y al facilismo de su vida y su entorno. Sin embargo, si de buscar responsables se trata, son los consumidores como compradores compulsivos, los culpables por alimentar a este gigante de fantasía consumista, por su vulnerabilidad, ignorancia y poca resistencia en ser

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (19.9 Kb)  
Leer 12 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com