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Protocolo BDSM


Enviado por   •  13 de Noviembre de 2014  •  3.441 Palabras (14 Páginas)  •  603 Visitas

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Protocolo BDSM

En el BDSM existen, como en cualquier ámbito en el que se den relaciones entre individuos, ciertas reglas establecidas a las que se ajustan sus practicantes. El protocolo también sirve para desarrollar la fantasía y la imaginación, adornan el vínculo y explicitan la relación entre los participantes.

Sin embargo en el BDSM no hay reglas únicas universales aplicables a cualquier tipo de situación. En el cuanto al ámbito privado no parece necesario ajustarse a un protocolo predeterminado, ya que atañe a cada Dama en particular establecer las normas que crea más adecuadas, las que crea necesarias para sentirse dominante y disfrutar de la dominación. Sólo de esa manera la Dama puede transmitir su autoridad a su sumiso que se reafirma así en su sumisión y se siente feliz de complacer a su Dueña. aquellas reglas a seguir que pudieran considerarse muy convenientes para la práctica del Bondage son irrelevantes o quedan sin efecto para otras prácticas más próximas al sadomasoquismo. Por tanto no existe un único Protocolo.

El Protocolo existe porque existen las relaciones entre practicantes del BDSM. Es necesario para la buena armonía y convivencia de quienes se relacionan.

Los cuasi Dogmas del BDSM

El Protocolo existe porque el BDSM incide, afecta y altera al estado físico y emocional de quienes lo practican. En cualquiera de sus variantes, el BDSM desarrolla relaciones asimétricas: Una persona inmoviliza - otra queda inmovilizada; una persona ejerce autoridad y poder - otra obedece; una persona infringe dolor y humillación - otra lo experimenta.

En un nivel superior, inviolable por describirlo de algún modo y que pudiéramos considerarlas como dogmas están un conjunto de valores que giran sobre los conceptos "Seguro, Sensato y Consensuado" (acrónimo SSC); y “Riesgo Asumido y Consensuado para la práctica Sexual Alternativa” (acrónimo RACSA o RACK). Esta terminología conceptual, tantas veces citada y redefinida en cualquier espacio virtual o físico de BDSM, trata de garantizar que entre los participantes quedan consensuadas las prácticas, las formas de comunicación y mecanismos de seguridad, los límites y alcance de dichas prácticas; y que el proceso de recuperación o cuidado que se requiere y que cualquier alteración negativa física y emocional quedará adecuadamente reestablecida.

Otro conjunto de valores están destinados a identificar las actitudes y aptitudes que deben identificar los roles superior e inferior en estas relaciones asimétricas.

Básicamente es responder a dos preguntas: ¿Qué se espera de un Dominante?, ¿Qué se espera de un sumiso? Aquí el Protocolo es más díscolo y difícil de precisar, porque cada Comunidad BDSM acentúa unas cualidades o unos rasgos en detrimento de otros, buscando una mayor adaptabilidad para el conjunto de personas que congrega (por ejemplo, las sociedades hispanas han enfatizado mucho en aquellos valores que identifican claramente al BDSM fuera de toda sospecha relacionada con el predominio del hombre sobre la mujer y situaciones de abuso sexual).

Pero todas las Comunidades tienen en común que describen las características del comportamiento esperadas en ambos roles y el alcance de las respectivas responsabilidades y obligaciones de todos los practicantes según sea su rol. Están muy difundidas las 10 reglas para los Dominantes y las 10 reglas para l@s sumis@s:

Paciente, humilde, mente abierta, comunicativo, honesto, sensible, dominante/sumiso, realista, cuerpo sano, y diviértase.

Las cualidades del Protocolo

El BDSM no ha desarrollado su propio Protocolo sobre la base de un precedente ideológico o una corriente filosófica, ni siquiera una fantasía, (aunque el goreano tiene especificidades propias del mundo fantástico que recrea).

Podemos afirmar que, por una parte, el Protocolo del BDSM es el resultado de incorporar elementos específicos de su tradición, como pueden ser por ejemplo, el uso de un lenguaje – argot BDSM; las formas de tratamiento que marcan la distancia entre roles; determinadas formas y variantes de vestimenta y desnudez corporal; el uso de símbolos y adornos para el cuerpo; la adopción de determinadas posiciones corporales; algunas consideraciones relacionadas con la seguridad en la práctica BDSM, y todas aquellas otras variantes que hacen del ilo de Vida una práctica relacional y sexual alternativa que transgreden a las tradicionales y convencionalmente establecidas en nuestras sociedades. Y por otra parte, añadido a lo anterior, incorpora para sí valores universales como son el respeto a las personas, el sentido común, las buenas prácticas, y mantener las buenas formas.

La cualidad más importante de un Protocolo es su utilidad práctica, y en el BDSM la cumple. Existe porque es útil para cada situación. Por tanto su existencia y la consideración de ser tenida en cuenta no actúan de forma coercitiva ni merma creatividad a quienes la cumplen. Más bien al contrario, enfatiza y genera más atención para que el respeto, las buenas prácticas o las buenas maneras se lleven a la práctica con exquisito cuidado.

En los vínculos Am@ – sumis@, este sentido de la utilidad hace que el Protocolo actúe como un instrumento poderoso del aprendizaje a través del condicionamiento operante o instrumental, es decir, a través del reforzamiento y del castigo tan ampliamente utilizados en el BDSM.

Para el BDSM en general el Protocolo sirve para fijar las pautas generales de conducta de sus practicantes, la consideración de la admisión o no en el seno de la Comunidad a nuevas personas y sus posibles prácticas.

Para el Dominante, el Protocolo sirve para fijar los objetivos a corto plazo en relacion a su vínculo con su sumis@, es decir, dentro de los límites consensuados, qué cosas practicar y cómo espera que las practique para que le reporten el beneficio y placer esperados de la entrega del/de la sumis@.

Para el/la sumis@, el Protocolo es el camino a seguir para llevar a cabo la conducta esperada por su Dominante, con el fin de proporcionarle el bienestar y placer debidos como fuente para la obtención de su propio placer.

El Protocolo ayuda para crear el adecuado ambiente de sumisión, centrándose en las tareas que debe cumplir, dejando a un lado aquellos otros factores que pudieran condicionar el desempeño eficaz de dichas tareas.

El Lenguaje de los Símbolos

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